Appenzell

Appenzeller o perro boyero de Appenzell

El Appenzell, también conocido como boyero de Appenzeller es una de las razas suizas de este tipo de canes. Otras son el gran boyero suizo, el boyero de Berna y el boyero de Entlebuch.

Se trata de un animal proveniente de la zona con su mismo nombre en Suiza. Posee cualidades excepcionales para ser guardián y protector, que vienen de su intenso desempeño en el pastoreo y cuidado de ganado.

Se estima que su origen ronda los dos mil años. Desde perros como dogo del Tíbet, al parecer traídos a Europa por los romanos, cruzado con otros perros, fue usado en la guerra, al igual que para mover carruajes con distintas cargas.

Pasó a ser un compañero de los granjeros que lo usaron como pastor de rebaños de ganado vacuno, entre otros. Es muy similar al gran boyero suizo, en una versión un poco más compacta.

Esa es parte de su historia. Ahora, descubre todo sobre el Appenzell y sus cualidades sorprendentes aquí.

Características del Appenzell

Valiente, sin ser agresivo, sabe lidiar con manadas de animales que le doblan el tamaño y sabe cómo controlarlos sin hacerles daño, una cualidad que lo ha hecho apto para otras actividades muy importantes.
El torso puede parecer cuadrado, pero en realidad es un levemente más largo que alto. Tiene un aspecto fuerte, macizo sin ser exageradamente voluminoso, es enérgico y con mucha resistencia física.

La cabeza es proporcional al resto de sus dimensiones, en forma de cuña. La parte posterior es plana, en tanto que la frente tiene prominencia leve. El hocico es corto, ancho y se estrecha un poco hacia la punta. La trufa es amplia y oscura.

Las orejas son amplias, medianas y cuelgan hacia adelante. Tienen forma triangular, con las puntas apenas curvadas. También forman parte de sus expresiones, ya que al estar en alerta o si algo llama su atención las puede levantar.

Los ojos son muy expresivos, reflejan curiosidad y mucha atención a todo lo que observa. Son pequeños con una forma ovalada y color ámbar claro. El cuello es corto, fuerte y ancho.

En general, su expresión es cálida y refleja que está preparado para entrar en acción en cualquier momento.

Appenzeller o perro boyero de Appenzell

La cola tiene una extensión mediana y está cubierta por el pelaje. Mientras el perro está en actividad la mantiene ondulada, en tanto que en reposo la deja colgar.

Las extremidades son gruesas, sin romper la línea del cuerpo. Son miembros fuertes, vigorosos. Le permiten moverse a gran velocidad y con mucha precisión en sus movimientos.

Peso del Appenzell

El volumen corporal varía entre los 22 y poco más de 32 kg.

Tamaño del Appenzell

La altura a la cruz es diferente entre el macho y la hembra. Esta, de menor tamaño, mide de 48 a 53 cm; en tanto que el macho se alza entre 52 a 58 cm.

Pelaje del Appenzell

Como casi todos los perros de su tipo, desarrolló un doble manto, así se protegía de las inclemencias del tiempo en el campo.

El manto profundo es denso, es de poca altura sobre la piel. Por lo general es de color gris, negro o marrón oscuro.

La capa externa es más larga, de gran densidad, sueva y brillante. No sobresale del cuerpo, sino que es bastante ajuntada a la piel, aunque en el pecho, parte del cuello y la cola es más abundante.

Tiene una hermosa combinación de tres colores. El más extenso es el negro, sobre el que se observan manchas bien demarcada en color fuego o marrón rojizo en varias zonas del cuerpo incluyendo sobre los ojos. Además, tiene manchas características blancas en la cara, el cuello, parte del pecho, la cola.

Esperanza de vida del Appenzell

La expectativa vital de estos hermosos canes se ubica, en promedio, entre los 12 a 14 años.

Comportamiento del Appenzell

Es un perro que regala alegría a su grupo familiar al que se apega con cariño con mucha facilidad. Disfruta la compañía, las caricias y le gusta jugar entre otras actividades físicas con sus humanos.

Su herencia de ser guardián y cuidador es algo que también hace con la familia, la casa, y cualquier espacio que considere como propio. De allí, que no sea confiado, ni cercano con los extraños. Puede reaccionar con ladridos, llamando la atención de alguien extraño.

Con otros animales, incluyendo perros, logra tener una buena relación, siempre que haya pasado por un proceso temprano de socialización. De no ser así, puede ser territorial, esto debe ser tomado en cuenta en el proceso de adiestramiento.

Principales enfermedades del Appenzell

Tal como ocurre con otras variedades parecidas, los problemas de salud son de tipo muscular, óseo, gástricos y de la vista.

Cuidados básicos del Appenzell

Con las características mencionadas de su pelaje, este no requiere una atención o cepillado constante. Se puede hacer esta tarea una o dos veces por semana, por precaución, también para mantener el brillo del manto, que es muy resaltante.

En este boyero se combina energía con inteligencia. Por lo que necesitan, por igual, mucha actividad física y juegos que estimulen su mente. Solucionar problemas, desafiar sus sentidos, así como el aprendizaje de trucos, obediencia.

En la parte física necesita más que un corto paseo. Gozan y se les debe dar sesiones de verdadero ejercicio. Se recomienda que pueda correr sin correa, por lo que necesita espacios cercados, o lugares donde no haya peligro de ser atropellado. Por lo normal, se sugiere que se sentirá mejor lejos de las ciudades, en el campo o espacios abiertos.

Lo anterior también se relaciona con el hecho de que deben tener una actividad diaria, que los tenga atareados, en los que apliquen su energía. Eso los mantendrá en buen estado de salud.

Curiosidades del Appenzell

El entrenamiento de estos animales equilibrados puede verse afectado si se le trata de un modo rudo o brusco. Los gritos y los castigos no son funcionales.

Para estimularlo hay que considerar juegos y refuerzos positivos, compensar el esfuerzo y premiar los logros. De esta manera, tendrá todo su interés en aprender, como es lo natural en la raza.

Es la raza que se suele recomendar para hogares donde hay niños, incluso si son pequeños. Estos canes se relacionan muy bien con ellos, siempre que hayan sido bien entrenados.

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