El Boyero de Berna es una raza canina muy grande, incluso gigante, que llama poderosamente la atención por su belleza y por su tamaño. Por su poder y fuerza, originalmente era utilizado como perro de rescate y búsqueda de personas en zonas con temperaturas frías extremas, aunque su carácter hizo que poco a poco se convirtiera en la mascota familiar perfecta.
Este animal tiene su origen en Europa del Este, concretamente en Suiza, por lo que sus características físicas están principalmente adaptadas al clima de la zona. Toma su nombre precisamente del lugar donde nació, Berna, y por donde se expandió rápidamente. Es muy popular en los Alpes Suizos desde el principio de su historia, y resulta habitual encontrarlo en casas y granjas como perro guardián, o incluso tirando de trineos.
También se utilizaba habitualmente en ganadería como perro de pastoreo de animales de gran tamaño, puesto que estaba capacitado para dirigir reses por su tamaño, fuerza y temperamento tranquilo.
La raza comenzó a estudiarse en el siglo XVIII, y ya desde ese momento se encontraron en estos animales características inigualables como perro de compañía para personas de todo tipo. También cumple con una imprescindible misión como perro de terapia, y es que posee un temperamento envidiable que se adapta a cualquier situación.
Su primer nombre fue el de Dürrbächler, un mote que obtuvieron, según la historia, porque se dejaban ver con mucha frecuencia en los alrededores de una posada del cantón de Berna llamada Dürrbach de Riggisberg. Posteriormente, hacia 1910, empezó a conocerse como boyero de montaña bernés, y ganó popularidad como perro de familia, y llevando a cabo multitud de tareas entre las que se encontraba el trabajo, pero también empezó a asistir a exposiciones.
La popularidad de la raza en la actualidad es indiscutible, tanto que posiblemente sea el más conocido de entre todos los perros de montaña suizos, y cuenta con seguidores en todos los rincones del mundo.
El boyero de Berna es un perro de tamaño grande, o gigante, con unas características y necesidades casi únicas en el universo canino. Se trata de un animal robusto y bien proporcionado, con una cabeza que destaca en el conjunto debido a su gran tamaño, proporcionalmente grande con respecto al cuerpo.
La cabeza es cuadrada, y culmina en un hocico largo y ancho, con una gran nariz que garantiza un poderoso sentido del olfato. Llaman también la atención sus ojos, de color oscuro y forma almendrada, que parecen adentrarse en las profundidades de la cara. Sus orejas son también grandes, con forma de triángulo, que crecen a ambos lados de la cabeza y caen grácilmente.
Se trata de un perro alto y largo, impactante a primera vista, con una fuerza descomunal y una potencia única en todos sus movimientos. Podría parecer un animal destinado a la protección o a buscarse problemas, pero lo cierto es que su imagen no hace justicia a su temperamento.
Posee además unas patas largas y muy fuertes, y una cola repleta de pelo, a media altura, que cuelga cuando el perro está en reposo pero que se eleva hacia la espalda cuando inicia su actividad. Su expresión y postura tiende a ser de tranquilidad y confianza, pero siempre estará alerta para comenzar cualquier actividad que sea necesaria.
La raza boyero de Berna está considerada de gran tamaño, incluso gigante, debido a las dimensiones del animal. Sin duda alguna, destaca por su apariencia, y es que este moloso puede llegar a medir fácilmente 70 centímetros hasta la cruz, y puede tener un peso aproximado de entre 45 y 51 kilogramos. Con estas cifras, no es de extrañar que no sea un perro adecuado para todo el mundo, ya que tenerlo implica proporcionarle un espacio donde no se agobie y unos cuidados concretos para poder manejar a un animal de semejantes proporciones.
Una de las características que más llama la atención en el boyero de Berna es su pelaje. Posee un manto de dos capas, muy largo en la capa exterior, que puede protegerlo de las temperaturas frías más extremas. Por eso no es un animal que se adapte bien a vivir en climas calurosos, ya que su pelaje haría que lo pasara realmente mal.
El pelo es lacio y muy denso, además de largo y brillante. Puede cambiar ligeramente en cuanto a tonalidades, pero siempre tendrá el negro azabache, y presentará distintas manchas de color marrón o rojizo, y otras manchas blancas. Nunca será de un solo color, aunque las manchas pueden tomar multitud de formas.
A pesar de lo que pueda parecer por su aspecto físico, la realidad es que el boyero de Berna es un animal de carácter muy tranquilo, cariñoso y afectuoso. Puede ser un animal valiente si la ocasión lo requiere, pero no se mostrará agresivo por lo general, ya que se trata de una raza muy equilibrada y capacitada para tomar decisiones.
Por otro lado, es una raza que adora estar con su familia y participar en sus actividades cotidianas. Necesita sentirse acompañado, por lo que no lleva bien la soledad durante horas. Además, tenderá a adquirir los comportamientos que observe en su familia, de modo que su carácter de adulto dependerá en gran medida de cómo sea tratado por sus compañeros humanos.
Será un perro feliz si vive en una casa grande, con espacio amplio para desenvolverse y en un clima frío. Además, requiere un estilo de vida activo, porque de otra forma tenderá a aletargarse por ese temperamento apacible, lo que a larga puede ocasionarle diversos problemas de salud.
El boyero de Berna tiene un carácter muy marcado y peculiar, y requiere unas normas y una jerarquía desde cachorro para que no tome la posición de control, lo que hará que de adulto sea mucho más difícil de manejar. Sin embargo, una buena educación de base convertirá al cachorro de boyero de Berna en un perro equilibrado, tranquilo y deseoso de compartir todas las experiencias posibles con su familia.
Además, si no se educa correctamente, puede aflorar su instinto de guarda, con lo que será un perro menos dócil y juguetón, y tenderá a mostrarse reacio con los desconocidos. Por eso también es importante socializarlo correctamente desde el primer momento, con otras personas y animales. Este punto es muy sencillo si se hace bien, puesto que su propio temperamento hace que sea amistoso con otros animales.
Destaca también su paciencia y amor por los niños, a quienes tolera y deja jugar controlando su fuerza, y sin mostrar ningún gesto extraño. Es un perfecto perro de familia siempre y cuando las personas estén dispuestas a dedicarle todo el tiempo que necesite para ser feliz.
El boyero de Berna tiene las mismas posibilidades que otras razas de padecer las enfermedades más comunes de los perros. Sin embargo, muestra mayor predisposición ante ciertas afecciones, tanto por sus características como por su genética.
Es bastante habitual encontrar ejemplares de esta raza con displasia de cadera o displasia de codo. También puede sufrir histiocitosis y osteocondritis disecante, además de atrofia progresiva de retina. Tiene propensión a sufrir torsión gástrica, por lo que es muy importante controlar su alimentación y su forma de comer. Puede padecer también choque térmico si se expone a temperaturas elevadas por su tipo de pelaje, de modo que hay que tener muchas precauciones si el animal vive en un clima cálido.
El estado de salud del boyero de Berna dependerá en gran medida de los cuidados que se le ofrezcan y de su estilo de vida, por lo que es necesario tomar nota de todas aquellas pautas a seguir para que se mantenga siempre en perfectas condiciones.
Entre los hábitos saludables que se deben mantener para que el perro se encuentre en buen estado de salud, destaca la importancia de acudir frecuentemente al veterinario, y de mantener al día sus vacunaciones y desparasitaciones internas.
El boyero de Berna es de pelo largo, por eso requiere unos cuidados concretos y regulares en su pelaje. Los cepillados deberán realizarse a diario en época de muda, y entre dos y tres veces a la semana el resto del tiempo. Los cepillados son básicos para eliminar la suciedad y cualquier posible elemento no deseado que se encuentre en el pelaje, además de evitar que se formen nudos.
La frecuencia adecuada para bañar a un perro es de aproximadamente 8 semanas, aunque puede realizarse con más frecuencia si el perro se ensucia mucho. Hay que tener en cuenta que es un perro de gran tamaño, por lo que es posible que requiera de un peluquero canino profesional si no se dispone en la vivienda de un espacio adecuado.
La alimentación es una de las claves en la salud del boyero de Berna. Necesita un alimento de alta calidad, que no tenga demasiados hidratos de carbono, para evitar así la temida y peligrosa torsión gástrica. Por este mismo motivo, se recomienda dividir su ración en varias tomas al día, y vigilar que no coma demasiado rápido, que no beba mucha agua después de la comida, y que no haga ejercicio en las siguientes dos horas.
El carácter tranquilo del boyero de Berna hace que no tenga especial predilección por el ejercicio por su cuenta. Sin embargo, requiere un nivel moderado de deporte para mantenerse activo y sano, y prevenir la aparición de algunas afecciones como atrofia muscular y obesidad. Por eso, hay que acostumbrarle desde pequeño a salir a caminar todos los días, y a ser posible realizar también otros ejercicios complementarios dentro y fuera de casa.
La educación de esta raza es fundamental desde el primer momento, porque de otra forma, el ejemplar adulto será difícil de controlar. Hay que ofrecerle liderazgo desde la tranquilidad, y realizar siempre un entrenamiento en positivo. Así, la relación entre el perro y el dueño será siempre satisfactoria.
Si estás pensando en compartir tu vida con un ejemplar de esta raza, lo más recomendable es que acudas a un criador especializado en la raza, que pueda darte todas las garantías en cuanto a su salud y carácter y que pueda explicarte todo lo que necesites saber acerca de la raza.
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