Hay varios motivos por los que las iguanas han pasado a formar parte de los animales que forman parte de la familia. El comportamiento, sus colores, su capacidad de aprendizaje y sobre todo la facilidad para ser domesticadas.

Tal vez sea una sorpresa para algunas personas, pero en efecto los grandes caminantes de los árboles pueden aprender a convivir con humanos. Para conseguirlo hay que conocer con mayor detalle la vida de estos reptiles, sus hábitos, su biología y lo que se debe evitar para que no enfermen.

Desde aquí podrás descubrir todos esos datos y detalles de lo que puedes para domesticar una iguana

¿Qué tipo de animal es una iguana?

Para tener una mejor relación con cualquier animal, hay que conocer un poco sobre sus características y sus hábitos. Las iguanas son reptiles por lo que se caracterizan por una piel cubierta de escamas. Están clasificadas bajo la familia Iguanidae, en la que se han agrupado varios géneros y sus diferentes especies. La más conocida es la iguana común o verde, de colores vivos, que puede llegar a medir poco más de 2 metros.

Estos animales no controlan su temperatura interna, por lo que dependen de la del ambiente para estar a un nivel adecuado. En el día deben encontrarse entre los 29° a 38° C y en la noche entre los 20° a 25°. Todos estos datos se necesitan para darle el ambiente idóneo.

¿Qué hacer para domesticar a una iguana?

Lo primero que hay que considerar es el espacio dónde va a vivir la iguana. Es decir, necesita un terrario en donde tenga la temperatura adecuada, recuerda que son animales que también necesitan humedad y una fuente de luz. Esta última puede ser luz solar o artificial. Se recomienda que esté cerca de una ventana o un tragaluz.

El terrario debe ser grande, recuerda que va a crecer y necesitará espacio para moverse, aunque no lo haga a menudo. Si se siente aprisionada se va a estresar y eso hará que se enferme y sea muy poco o nada sociable.

Es necesario que se sienta como en casa. Para lograrlo hay que ambientar el terrario, agrega vegetación, ramas, troncos, para que se pueda mover sobre ellos, incluso prepara una cueva donde se pueda resguardar si así lo quiere. No es algo que hagan en la naturaleza, pero en un ambiente diferente les puede ayudar a sentirse seguras.

Crear confianza con tu iguana

Las iguanas se pueden asustar al estar en contacto con humanos, de manera que todo lo que hagas cerca de tu mascota debe ser con calma. Lograr un nexo con estos lagartos requiere tiempo y paciencia.

La comida es el mejor modo en que podrás ayudarla a que se sienta cómoda. Una vez que esté en el terrario, puedes llevar tu mano o aproximarla en la altura de sus ojos. Al principio lo más probable es que muestre señales de alerta: abrir o inflar la bolsa bajo su hocico, levantar la cabeza. No hay agresividad, solo atención. Una iguana sin reacciones podría indicar que está enferma.

Si además de estos gestos, también abre la boca, mueve la cabeza en un vaivén de lado a lado, agita la cola con fuerza significa que se siente en peligro y podría atacar. Debes observar sus reacciones para medir cuándo avanzar. Con el tiempo se sentirá más tranquila, al ver que no tiene gestos de agresión, puedes llevar tu mano con una hoja o un brote tierno, también puede ser fruta. Así perderá tensión y se interesará en la comida. Siempre es de ayuda hablarle en un tono cálido y relajado.

Tal como cualquier entrenamiento esto hay que hacerlo todos los días, hasta que coma de tu mano. Luego, podrás tocarla o acariciarla, así asociará la comida con el contacto, y lo permitirá más a menudo.

Aumenta el contacto con tu iguana

Una vez que permite que la toques y lo hagas por largo tiempo, puedes cargarla. Nunca lo hagas por la cola ya que se puede lastimar. Debe ser un acto tranquilo, seguro así se sentirá confiada. Si ves que toma la posición defensiva, déjala que se calme antes de volverlo a intentar. Forzar la situación hará que te tema o que te vea como un peligro.

Al acercarla, colócala en ambas manos para que se sienta cómoda. La puedes aproximar a tu pecho, para que sienta tu calor. Recuerda que es un animal cuya evolución ha sido silvestre. Ser agarrada o cargada equivale a ser mordida, entonces la clave es hacerlo con calma y paciencia, sin oprimir con fuerza.

Todo este proceso siempre va acompañado de hablarle de la manera indicada. Así sentirá tranquilidad y confianza, además con el tiempo entenderá que si hablas en otro tono se dará cuenta que algo ocurre. Por ejemplo, dejar de hacer algo indeseado. Nunca hay que gritarle, ya que se asustará y será difícil hacerle sentir confianza de nuevo.

La cabeza y la zona ventral es especialmente sensible, por lo que las caricias allí las recibirá con agrado, una vez se sienta tranquila. Una indicación de que se siente bien y disfruta el contacto es que entrecierra los ojos, esta es una invitación a seguir con la caricia y repetirla a menudo.

Es muy importante que haya contacto a diario. Al principio solo será visual, hasta que ya llegues al punto de que te permita cogerla en brazos. Con paciencia harás que busque subir a tus manos o tus hombros.

Ten en cuenta que este proceso es más fácil si la iguana es joven, ya de adultas serán más resistentes al proceso de domesticación. También hay que decir que no son animales simples o uniformes. Cada espécimen puede tener reacciones diferentes, algunos se sienten en confianza en cuestión de días o semanas, en tanto que a otros les toma meses.

La clave está en aprender a leer las reacciones de tu iguana, ver si está tranquila, alerta, defensiva o puede pasar al ataque. Prevé sus movimientos para evitar que se sienta ansiosa.

Una iguana que se siente cómoda es una iguana que actuará con más docilidad. Lograrlo depende de tener buena comida, agua en diferentes envases, que el terrario esté limpio, también que tenga salidas exteriores tan a menudo como se pueda, aunque sea por un rato.

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