La larga vida de las tortugas es algo que se ha hecho muy famoso. Sus procesos biológicos les permiten existir una gran cantidad de años que varía de acuerdo a ciertas circunstancias, pero que, sin duda, son mucho más que los años humanos.
Son animales que se han asociado a una vida tranquila, serenas, amables, pero a la vez curiosas y que pueden dedicarse a excavar de un modo incansable. Otras son viajeras que atraviesan los océanos en recorridos fantásticos.
Hay una gran cantidad de curiosidades sobre estos animales, con sus casas móviles, que debes conocer para disfrutar más de las tortugas. Aprende más sobre su mundo y sus características con estos datos infaltables.
¿Hay un solo tipo de tortuga?
El carácter tranquilo de las tortugas puede llevar a creer que hay un solo tipo de estos animales. Lo cierto es que están clasificados como reptiles y tienen una historia que se remonta a más de 200 millones de años. Sin embargo, tuvieron diferentes cambios en este inmenso periodo de tiempo, de allí que algunos grupos evolucionaran como animales de tierra, mientras que otros se dirigieron al mar.
En la actualidad existe una gran diversidad de grupos y especies, que se identifican por sus conductas, diseños, formas, etc.
Hay grandes diferencias entre las tortugas, también conocidos como quelonios, de mar y tierra. Una de las más significativas es la expectativa vital. Para las que hacen vida terrestre se ha observado que pueden vivir por un periodo de hasta unos 50 a 60 años, en tanto que las acuáticas pueden llegar incluso a los 100 años.
Algunos ejemplares han sido todo un record al lograr vivir incluso hasta 175 años. Esto se ha visto más en las especies gigantes como la de las Islas Galápagos.
En parte su capacidad de larga vida se relaciona con el hecho de ser animales de sangre fría, que se calientan a partir de la luz del sol. También se ha mostrado que el deterioro de sus órganos ocurre a un rimo mucho más lento, con una alimentación amplia, variada, y poco expuestos a los ataques de depredadores al llegar a una edad adulta.
Por otra parte, las especies que habitan las aguas dulces, que también representan un número importante y son bien conocidas por los amantes de estos animales, tienen vidas más cortas. Se estima que tienen una longevidad de unos 15 a 20 años.
Cómo saber si tu tortuga está muerta o hibernando
A pesar de todas las características de larga vida que se han explicado, es perfectamente posible que una tortuga pueda morir en cualquier momento. Hay muchas razones o circunstancias por las que puede ocurrir, sin embargo, no necesariamente es así, incluso cuando algunas señales parecen indicarlo.
Una cualidad de estos quelonios, como se dijo, es que no son capaces de controlar su propia temperatura, por lo que son fáciles de afectar por los cambios en el ambiente. Por este motivo, cuando perciben modificaciones que las afectan se pueden disponer a cumplir un proceso importante para su supervivencia: la hibernación.
En los periodos en que la temperatura baja, sus procesos orgánicos se tornan más lentos, como por ejemplo todo lo relacionado con el metabolismo, la liberación de energía, la digestión, entre otros. Es entonces que entran en ese proceso, donde todas estas funciones parecen que se detienen, pero en realidad no es así.
Es común que algunas personas sientan que la tortuga dejó de respirar durante este proceso cíclico, pero se puede verificar que aún sigue viva. Una manera muy simple es acercar un objeto a la nariz del quelonio. En un espejo, por ejemplo, se podrá ver la pequeña huella de su exhalación.
Otra manera de confirmar que sigue respirando es aproximar una pluma, de preferencia pequeña, cuyos vellos sean delicados y livianos. Debes saber que la reacción no se verá de inmediato por lo que es necesario tener paciencia, ya que habrá que verificar, al menos, por un lapso de unos 10 minutos, hasta confirmar si sigue respirando.
Durante este proceso, las tortugas pueden sentir el contacto con otros seres. Es por ello, que, aunque no lo parece, reaccionan si perciben algún toque. De manera que así también se puede verificar su estado. Puedes tocar con tus dedos sus patas, y podrás observar que reacciona, esto también funciona si se aplica presión en la cola. Será muy fácil ver que el animal rechaza el contacto.
Dado estos riesgos, de que pueda morir en el proceso, lo importante es asegurarse de que la tortuga está en las mejores condiciones posibles antes de iniciar la hibernación.
Hay varias actividades que puedes emprender para tratar de resguardar su bienestar. Por supuesto, hay que asegurarse de que ha estado bien alimentada, que no ha perdido apetito y por tanto no tiene debilidad por ese motivo. Por ello siempre hay que llevar un registro o control de tu mascota, así sabrás, por ejemplo, si hay variaciones significativas en el peso, estado de ánimo o aspecto de tu tortuga. Tener estos datos te permitirá detectar cualquier cambio negativo con rapidez.
Puedes verificar que no tenga ninguna herida o alteración en la piel, que la haga susceptible a infecciones o ataques de insectos o parásitos. Es indispensable asegurarse que todos sus niveles vitales se encuentran en perfecto estado, así como revisar que no tiene huevos o se haya quedado retenido alguno. Siempre es una buena decisión contar con una revisión del veterinario, para que evalué el estado de tu tortuga en mayor detalle.
Por lo general, se recomienda que la hibernación se produzca en condiciones controladas. Ya sea una especie de tierra o de agua, es preferible que ocurra en dentro de casa, para ello puedes preparar el ambiente para ello. En ese caso, hay que disponer de un espacio oscuro, tranquilo y silencioso, en donde la temperatura no sufra muchas modificaciones.
Una vez que empiece el proceso es necesario revisar que se encuentre cómoda y sobre todo bien hidratada. Por lo general, si hibernan en ambientes naturales obtienen humedad del hábitat, pero si no es el caso hay que disponer de agua para colocarla por un par de horas, siempre que esté a temperatura ambiente.