El xoloitzcuintle es una raza canina procedente de México, una de las más antiguas que existen y también de las más puras. Se trata de una raza cuya principal característica es que está desprovista de pelo, aunque en ocasiones aparecen ejemplares con un manto de color dorado o anaranjado. Esta característica no procede de una mutación genética, sino que es de la propia raza, lo que quiere decir que no ha existido intromisión por parte del ser humano para conseguir este especial animal.
Es un animal que tradicionalmente ha formado parte de la cultura mexicana en varios aspectos, y aunque no es una de las razas más numerosas, cada ejemplar se considera muy valioso debido a esta relación cultural y a su importancia en la historia y a nivel biológico. Se conoce también como perro calvo mexicano, y dada su importancia, llegó a declararse en agosto de 2016 como patrimonio cultural y símbolo de la ciudad de México.
Se calcula que los primeros xoloitzcuintles pueden datar de hace más de 3000 años, y que pueden estar emparentados con el chihuahua, otra de las razas más antiguas que se conocen. Aparecieron ya junto a los aztecas, quienes los utilizaban en muchos aspectos de su vida cotidiana. Por eso es fácil encontrar representaciones de la raza en estatuas o pinturas de la época, donde se ven perros de orejas erguidas, incluso en los edificios más sagrados, de ahí que se conozca su importancia a nivel espiritual.
Esta raza estaba y está asociada al dios Xolotl, de donde presumiblemente toma su nombre, el dios azteca de la muerte. Para los aztecas, este ser era un dios perro, con cuerpo de hombre y cabeza de animal, que protegía el inframundo. Las similitudes del xoloitzcuintle con las representaciones de Xolotl hicieron que los aztecas pensaran que la raza acompañaba a la deidad habitualmente, y que fue precisamente este dios quien entregó la raza a los hombres a modo de regalo sagrado.
Toda esta mitología en torno al xoloitzcuintle perdura hasta nuestros días, de ahí que se siga pensando que este animal es sagrado y especial, incluso en muchos casos se le siguen atribuyendo las mismas cualidades mágicas que les suponían los aztecas, como la posibilidad de guiar a los difuntos al inframundo. En la antigüedad, se cree que estos perros formaban parte del rito funerario de los humanos, y muchos de ellos eran sepultados con honores.
Sin embargo, no toda la historia fue buena con esta raza. Durante algunos siglos, se cree que los mexicanos de la época consumían la carne de estos canes, aunque se desconoce si con motivos rituales o como alimento habitual. Existen documentos del siglo XIV, cuando Hernán Cortés llegó a América, que relatan la venta de perros en los mercados para su consumo.
Desde esta época y hasta el siglo XIX, la raza entró en declive, y estuvo a punto de desaparecer por completo. Por suerte, algunos amantes de la raza se unieron para salvarla, y comenzaron a centrarse en la cría de ejemplares para que la raza recuperara su esplendor poco a poco.
En la actualidad, no es fácil encontrar ejemplares de la raza en otros países del mundo, pero en México sigue manteniendo su popularidad, y es una de las razas más queridas, a pesar de que no es tan numerosa en ejemplares como otras razas.
El xoloitzcuintle es un perro de tamaño medio en general, de aspecto sólido y proporcionado, que también puede presentarse en otros tamaños, por lo que no hay una homogeneidad en la raza. Además de su llamativa característica de la ausencia de pelo, también llama la atención por la forma de su cabeza y sus orejas, muy grandes y erguidas, de forma triangular. Presenta además algunos pliegues o arrugas por el cuerpo, y tiene unos llamativos ojos oscuros que siempre se mantienen alerta. Su cuerpo es esbelto en todos sus tamaños, su cuello es largo, y sus patas son robustas y fuertes.
Existen tres tamaños básicos del perro xoloitzcuintle, aunque varían mucho en talla. El xoloitzcuintle estándar, es el que se define con unas medidas de entre 51 y 76 centímetros a la cruz, y pesa entre 11 y 18 kilos. El xoloitzcuintle mediano, es ligeramente más pequeño, pudiendo medir entre 38 y 51 centímetros a la cruz, y manteniendo un peso de entre 7 y 14 kilos. La tercera variante es la conocida como xoloitzcuintle toy o miniatura, que mide únicamente de 23 a 26 centímetros y que se encuentra en un peso de entre 2 y 7 kilos. Una gran diferencia de proporciones que posibilita que cualquier persona encuentre un perro mexicano adecuado para su tipo de vida, sea la que sea.
La exposición a los agentes externos de la piel del xoloitzcuintle es máxima, lo que hace que sea un animal extremadamente sensible a cuestiones como cambios de temperatura, exposición al sol, etc. Es una raza que requiere constantes cuidados para evitar reacciones o afecciones en su cuerpo. Los aceites y las cremas hidratantes son indispensables para cuidar de su piel y para que siempre esté suave y sana. Además, se recomienda cubrirlos con ropa para perros al salir a la calle durante el invierno. El perro azteca puede presentar diversas tonalidades en su piel, siendo la más habitual la negra, y todas ellas generalmente oscuras. No es extraño encontrar xolos marrones, grises o rojizos, con divertidos efectos en el escaso pelo que muestran en la cabeza o en la cola.
Por su parte, los ejemplares de xoloitzcuintle con pelo suelen ser de color rojizo, y llaman mucho menos la atención ya que su tipo parece el de un perro mestizo cualquiera, aunque son básicamente iguales que el xolo calvo, con la diferencia única del pelaje.
Cualquier propietario de xoloitzcuintle estará de acuerdo en que se trata de una raza muy especial en todos sus aspectos. Es un animal afectuoso y alegre, además de juguetón, aunque puede mostrarse algo tímidos con los extraños. Su cercanía con las personas desde hace siglos ha hecho que adore sentirse en familia y bien atendido, hasta el punto de que sigue a su dueño por toda la casa para demandar su atención.
Son perros especialmente cariñosos y fáciles de tratar y educar, ya que siempre muestran buena predisposición a agradar a sus dueños y a obedecer las órdenes. Además, son muy inteligentes, por lo que aprenden muy rápido, siempre y cuando se les realice un entrenamiento en positivo.
Son muy tiernos y juguetones, y están repletos de energía que querrán desgastar en compañía de su familia, por lo que requieren más atención que otras razas caninas, paseos y juegos casi constantes. Se adaptan perfectamente a la vida en el campo o en la ciudad, y a familias con niños o solo con adultos, siempre que sus necesidades de ejercicio se vean cubiertas.
El xoloitzcuintle es uno de los perros más longevos que existen, y es que han tenido mucho tiempo para adaptarse a la vida, por lo que apenas presentan problemas congénitos y tienden a tener una salud muy buena. No es raro ver ejemplares con 20 años de vida solo con el hecho de seguir unos hábitos correctos en cuanto a sus cuidados básicos. Especialmente importante es el cuidado de su piel, pero en general, es un perro muy fácil de cuidar para que se mantenga siempre en perfectas condiciones.
Como es lógico, para mantener al perro en perfecto estado de salud, serán necesarias las visitas al veterinario con frecuencia para llevar al día su cartilla de vacunaciones y de desparasitaciones. Además de esto, habrá que prestar una especial atención a su piel, pero por lo demás, es muy fácil de cuidar.
La ventaja de tener un perro sin pelo, es que no necesita cepillados, y tampoco habrá pelo suelto por la casa. Solo hay que tener cuidado con la exposición al sol o a temperaturas muy cálidas o muy frías. Para evitar que se queme durante el verano, bastará con controlar el tiempo que pasa fuera de casa, y aplicar una crema protectora, del mismo modo que en los seres humanos. Durante el invierno, se recomienda cubrir al perro con un abrigo o jersey para perros al salir de casa.
Se recomienda bañar de vez en cuando al perro xoloitzcuintle, aunque no con demasiada frecuencia para no eliminar su protección natural. Para limpiar la piel de suciedad o piel muerta, es aconsejable utilizar un trapo humedecido en agua tibia y pasarlo suavemente por su cuerpo. Procura que durante el baño el agua se mantenga siempre a buena temperatura y que el champú sea muy suave con la piel. Esto es algo que no deberás hacer muy a menudo, ya que esta raza no desprende olor a perro y tampoco se ensucia demasiado.
Tendrás que controlar también su alimentación dependiendo de su nivel de ejercicio, aunque siempre deberá ser un alimento de alta calidad para que cuente con todos los nutrientes necesarios. Recuerda también que, aunque no necesitan un ejercicio excesivo, sí requieren pasar mucho tiempo jugando en compañía de su familia, así que asegúrate de poder dedicarle el tiempo necesario antes de optar por este perro como mascota.
Aunque no resulta fácil encontrar criadores de esta raza en diversas partes del mundo, si quieres un ejemplar de esta raza, tendrás que esforzarte por encontrarlo. Solo un criador experimentado y con referencias podrá darte las garantías de salud necesarias del cachorro, además de ofrecerte toda la información de la raza de primera mano.
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