Puede parecer sorprendente, pero es un hecho que hay riesgo de resfriado en perros en verano. Son varias las causas por las que, durante esta época, los perros enfermen. Lo importante es saber qué hacer para ayudarlos.
El primer paso siempre es observar a tu perrito y conocerlo bien para poder detectar cualquier cambio que llame tu atención. Si bien las señales de enfermedad son claros, a veces, se pueden detectar de manera temprana por lo que es más fácil ayudarlo, y más rápido.
Por qué se resfrían los perros en verano
Existe varias condiciones que facilitan el resfriado en perros en verano. Una de ellas es el cambio brusco en las temperaturas ya que el sistema inmunológico de los canes no siempre lo pueden controlar.
Con el aumento del calor también hay más actividades en las que los perros se mojan. Ya sea que vayan a piscinas, playas u otros lugares de agua al salir pueden estar expuestos a la brisa, vientos, etc.
También ocurre que pasan muchas más horas con el pelaje húmedo y aunque muchos tienen protección natural, esto no ocurre en todos. Además, se conjuga que estando mojados o no totalmente secos pasan a ambientes donde hay aires acondicionados o ventiladores en funcionamiento.
Otro elemento es que en esta temporada se juntan más perros, las personas llevan más sus canes a sitios públicos. De esta manera, cualquier peludo que esté enfermo puede contagiar a sus compañeros de juegos.
¿Cómo saber si tu perro está resfriado?
Un resfriado en perros en verano se puede detectar, o al menos sospechar, con varias señales que ocurren en el peludo.
- Decaimiento
- Pierde interés en jugar o salir
- Tos constante
- Estornudo constante. Hay que recordar que los perros estornudan por múltiples razones, por lo que no significa que siempre se trate de una constipación.
- Ojos llorosos
- Presencia de secesiones nasales
- Inapetencia
- Se queja, emite chillidos leves, no se siente cómodo en ningún lugar.
- En muchos perros hay expresiones faciales que indican que no están bien. El malestar puede ser detectado de esta manera si es algo inusual en el can.
Hay otros síntomas que deben ser revisados para comprender el grado de severidad del resfriado. Entre ellos hay que verificar la temperatura del perro que en promedio debe estar entre 38° y 39°.
Esto quiere decir que su temperatura normal es mayor que en los humanos, por lo tanto, no es suficiente con sentirlos calientes para determinar si tienen malestar.
Es indispensable usar un termómetro adecuado y así verificar su estado. Si están por encima de la temperatura normal, es un síntoma claro de que no está bien y es necesario que lo revise el veterinario.
En ese momento, las medidas que se apliquen en casa, tal vez, ya no sean suficientes. Por esto es muy importante actuar antes de llegar a un cuadro de fiebre.
La mayor señal de alarma es que tenga problemas respiratorios. Desde respiraciones más profundas, entrecortadas, o que emita algún silbido, es una situación que requiere atención especializada.
¿Qué hacer si tu perro está resfriado?
Ante todo, hay que mantener la calma, los perros son animales muy resistentes si están bien alimentados y cuidados. Sobre todo, si ya han pasado la etapa de cachorros a menos que presenten los síntomas más severos mencionados arriba.
- Espacio tranquilo:
Los perros necesitan calma y estar tranquilos para recuperarse. Por lo que hay que colocar su cama en un lugar de poco movimiento en el hogar.
- Evitar que se propague:
Mientras no esté bien es mejor que permanezca separado de cualquier otro perro, así se evitará enfermar a otros peludos ya sea en casa o en sitios públicos.
- Hidrátalo:
Es importante que pueda tomar mucho líquido, dale agua fresca y si no la toma, usa una jeringa ya que existe riesgo de deshidratación. Esto sería una situación más complicada.
- Aliméntalo:
Puede ocurrir lo mismo que con el agua, sin embargo, debe comer para poder reponerse. En ocasiones, ayuda que sea alimento blando para que le sea más fácil tomarlo.
Hay que asegurarse que se encuentre a una temperatura adecuada. Si es necesario protegerlo con mantas o en un sitio aireado según las condiciones del hogar.
Una medida de ayuda es suministrarle suplementos que respalden sus defensas inmunológicas. Para esto puedes contar con el apoyo de un veterinario para darle las cantidades y tipos adecuados.
Síntomas de agravamiento del resfriado en perros
El resfriado en perros en verano suele mejorar en el periodo de dos semanas. Si los síntomas se mantienen luego de este tiempo es necesario solicitar la ayuda del veterinario.
Es factible que requiera medicamentos específicos para superar el virus. También es posible que se necesite detectar si hay otro problema, que debe ser atendido por un profesional.
Otras señales que necesitan atención son la pérdida total de apetito. Pasar más de un día sin ingerir alimento, en esas condiciones, resulta muy perjudicial. También si presenta uno o varios de estos problemas vómitos, diarrea, sangramiento, mareo, debilidad muscular, inestabilidad.
Todos son elementos para considerar que hay riesgo grave, por lo que hay que acudir con prontitud al especialista.
¿Se puede confundir el resfriado en perros con el moquillo?
El moquillo es una enfermedad muy peligrosa que afecta a los perros, además de otros animales, en especial cuando son cachorros. Se produce por un virus, de rápido y agresivo contagio.
Los síntomas son similares a los del resfriado, por lo que muchas personas se preocupan al ver estos en sus peludos.
Sin embargo, hay características de esta enfermedad que no ocurren en el resfriado. El moquillo se manifiesta con la aparición de pústulas o erupciones en la piel, las almohadillas se endurecen de manera visible y se dan inusuales e involuntarios movimientos de la mandíbula.
También aparecen contracciones musculares, similares a una convulsión, además de pesadez o rigidez en la cabeza. En general, la medida más efectiva para prevenir esta peligrosa enfermedad es la vacunación cuando son cachorros, así se evitan riesgos a futuro.
Ante cualquier molestia de tu perro es necesario prestar atención a cada señal que puedas observar, así podrás tener una idea más clara sobre cómo actuar.