El presa canario es un perro originario de las Islas Canarias, conocido especialmente por ser un perro de gran tamaño y de raza peligrosa, puesto que, como su nombre indica, tiene una mordida que hace presa y no abre con facilidad. No obstante, cualquier perro, independientemente de sus características, puede ser una mascota de familia si se educa correctamente desde cachorro y si se socializa debidamente.
Ha llegado a ser considerado como símbolo natural de la isla de Gran Canaria por el Gobierno de Canarias por su importancia, junto con la especie vegetal cardón. Se cree que los antepasados de esta raza habitaban la isla desde sus comienzos, especialmente las islas de Tenerife y Gran Canaria.
Los primeros perros de presa de las Islas Canarias eran majoreros, y datan del siglo XIV. Los indígenas de las islas tenían una estrecha relación con estos canes, pues junto a ellos encontraban protección, guarda, y guía del ganado. Cuando las Islas Canarias fueron conquistadas por la Corona de Castilla, y comenzaron a llegar a dicho territorio otros europeos, estos primeros perros se fueron extendiendo para otros usos, y también comenzaron a probarse en ellos algunos cruces para conseguir una mayor efectividad en sus nuevos trabajos.
De la mezcla de los majoreros con otros perros de presa español, como el Alano o el Dogo español, surgieron animales fuertes y robustos, que además destacaban en cuanto a agilidad y empuje. Estos canes se utilizaron principalmente para tareas relacionadas con la ganadería, o como apoyo para los carniceros que necesitaban la fortaleza de los perros para sujetar a los animales cuando iban a ser sacrificados.
También durante una época, hacia el siglo XVIII, los perros similares al presa canario tal como lo conocemos en la actualidad, se utilizaron en peleas de perros combatiendo contra otros perros llegados junto a los británicos que acudían tanto provisional como definitivamente. Durante este tiempo, el carácter de los perros se fue modificando para desarrollar un instinto de lucha, o al menos una buena predisposición. Así, se hicieron por lo general campeones al luchar contra otras razas de tipo bulldog o bulterrier, mucho menos potentes que el presa canario.
No obstante, con el paso del tiempo, muchas son las razas que influyeron en la genética de la raza actual. Desde los primeros majoreros, hasta los propios bulldog y bulterrier traídos por los ingleses. En esta época se buscaba un tipo de perro especialmente fuerte y con características adecuadas para la lucha, y apenas se tenía en cuenta la estética del animal. De ahí que incluso hoy en día resulte un perro principalmente funcional con unas cualidades físicas envidiables.
En el avance de la historia, llegó el momento en que las peleas de perros se prohibieron en toda España, lo que también significó la pérdida de interés en la raza de la mayoría de las personas. Esto hizo que el presa canario llegara casi a desaparecer extinguido, debido también al hecho de que otras muchas razas llegaron a las islas. En este punto, hacia 1960, eran muy pocos los ejemplares de la raza que se podían encontrar.
Por suerte para la supervivencia de la raza, un grupo de personas decidió salvarla unos 10 años más tarde, y se inició un programa de recuperación a través del cual conseguir los mismos ejemplares robustos y fuertes, pero que además tuviesen unas características físicas concretas. Tras este esfuerzo, la raza se constituyó nuevamente, captando el interés de las personas de las islas que lo veían como parte de su patrimonio. También comenzó a exportarse a otros lugares del mundo, aunque no es una de las razas más numerosas en todo el globo.
En la actualidad, existe una importante controversia en torno a este animal y al dogo canario, dos razas muy semejantes, que algunos aseguran que son la misma, y otros garantizan que son diferentes. Lo cierto es que ambos provienen del mismo lugar y de los mismos cruces, pero en la actualidad están regulados por diferentes clubes, y cada uno con unas características ligeramente únicas. El dogo canario está registrado por la FCI desde 2001, y el perro de presa canario está registrado por el UKC desde 2003. Además, en la descripción del estándar de ambas razas existen algunas diferencias importantes como una morfología destinada a diferentes objetivos. En cualquier caso, actualmente ambas razas están reconocidas y tienen la misma relevancia en hogares de todo el mundo.
El perro de presa canario es un animal de tamaño medio o grande, muy fuerte y robusto, con una notable masa muscular que sin embargo no le resta agilidad o potencia a la hora de moverse. Su altura media no es mucho más grande a algunos perros pastores, incluso puede ser algo más pequeño, pero su corpulencia y musculatura hacen que se perciba como un animal de mayor tamaño, muy imponente para cualquier otro perro y también para los seres humanos.
Entre las características del presa canario destaca su cabeza, de forma cuadrada y compacta, bastante grande en proporción al resto de su cuerpo. El hocico no es demasiado largo, pero si grande y fuerte, también de forma cuadrada que indica la potencia de su dentadura. Termina además en una nariz grande y negra, que le otorga su característica expresión. Llaman la atención también en su rostro los ojos almendrados y de color marrón o más oscuros, y unas orejas de tamaño medio, que naturalmente caen a ambos lados de la cabeza pero que por desgracia todavía se amputan a los cachorros en la actualidad para que adquieran una forma erguida y picuda con la intención de que el animal dé una sensación de mayor peligro.
En cuanto al cuerpo, cabe destacar que es más largo que alto, también recto y de proporciones adecuadas y marcadas. Su pecho es ancho y también muy profundo, y la espalda culmina en una cola gruesa que se afina hacia el final, de longitud media. Las patas no son excesivamente largas, pero si fuertes y anchas, y proveen al animal de toda la potencia necesaria cuando se encuentra en movimiento o cuando tiene que realizar algún esfuerzo físico concreto.
Aunque no se puede considerar como un gigante al presa canario, lo cierto es que se trata de un animal muy poderoso, razón por la que se encuentra clasificado como un perro peligroso. No obstante, los perros de presa peligrosos no lo son por el hecho de pertenecer a una determinada raza. La mayoría de ocasiones el carácter de un animal tiene mucho más que ver con su educación que con su genética, y cualquier perro puede ser un gran animal de compañía si se educa correctamente.
El presa canario es una raza canina muy corpulenta y robusta, pero no es de las más grandes que se conocen. Las hembras pueden llegar a medir entre 56 y 62 centímetros a la cruz, y los machos entre 60 y 66. En cuanto al peso, por lo general se encuentra en torno a los 50 kilos, aunque se conocen ejemplares machos de la raza que han llegado a pesar hasta 65 kilos. Es el conjunto de la masa muscular y la potencia lo que hace que este animal esté visto como uno de los más peligrosos de todo el mundo canino.
El pelaje de esta raza destaca por ser áspero al tacto, muy corto y liso. Apenas pierde pelo durante todo el año, por lo que sus cuidados se reducen a un cepillado de vez en cuando y un baño solo cuando es necesario. En cuanto al color, se exige en el estándar de la raza que siempre sea atigrado, y generalmente con una máscara negra en gran parte de la cara. También puede mostrar a veces manchas blancas en diversas zonas del cuerpo, como el pecho, la garganta, las patas o los dedos, aunque nunca demasiado llamativas. También es posible que aparezcan ejemplares completamente negros, aunque estos no están siempre reconocidos en el estándar de otras organizaciones.
Con toda la mala fama que tiene esta raza, realmente su temperamento es muy tranquilo y calmado. Es seguro de sí mismo, pero no tiende a ponerse nervioso ni a alterarse en ninguna situación. Es un perfecto animal de compañía para la familia, puesto que es extremadamente leal y noble con los suyos, aunque puede mostrarse algo tímido y reservado con los extraños debido a su herencia como perro de guarda.
Por otro lado, el presa canario es un perro inteligente y muy obediente, que estará deseoso de aprender toda clase de trucos y que siempre tendrá buena predisposición. El carácter con niños del presa canario es generalmente bueno, pero habrá que tener cuidado con sus juegos porque es un animal con mucha fuerza que podría hacerles daño sin querer.
Esta raza goza de una buena salud en general, aunque puede ser propensa a ciertas enfermedades hereditarias por su tamaño y por sus características. Entre las enfermedades más habituales en la raza destacan la displasia de cadera, la displasia de codo, la epilepsia, o la torsión gástrica. Todas ellas controlables en mayor o menor medida si se mantienen unos buenos hábitos generales en el animal.
El presa canario no es un animal que requiera excesivos cuidados, aunque sí demanda una gran cantidad de atención y ejercicio para mantenerse sano y equilibrado a todos los niveles. Es especialmente importante para su salud acudir al veterinario con la frecuencia debida para chequearlo y para mantener al día su calendario de vacunación y sus desparasitaciones.
En cuanto a la estética, el poco pelo muerto que suelta se podrá eliminar con un cepillado semanal con un peine blando que no llegue a hacerle daño. También es aconsejable bañarlo cada 6 u 8 semanas para no dañar la capa protectora de su piel y que esté siempre brillante.
Otra de las cuestiones a tener en cuenta para garantizar el mejor estado de salud del animal es la alimentación. Siempre se debe optar por un alimento de alta calidad y en la ración adecuada. Además, se recomienda dividir su ración en varias tomas al día para evitar una posible y peligrosa torsión gástrica.
La demanda de ejercicio del presa canario es bastante elevada, puesto que tiene una gran cantidad de energía que puede derivar en estrés y en otros problemas de comportamiento si no la elimina de la forma adecuada. Los paseos diarios serán obligatorios, además de otros ejercicios más potentes y actividades que supongan un reto mental para el animal.
Esta raza no se recomienda para personas que no tengan experiencia en el trato de perros de raza peligrosa. Mediante una educación adecuada, es posible disfrutar de un perro equilibrado y de una gran mascota, pero será necesario un conocimiento concreto por parte del propietario, además de saber manejar a un animal de tales dimensiones y características. En cuanto a la educación, es muy importante adiestrarlo en obediencia desde pequeño, a ser posible con la ayuda de un adiestrador profesional. En cuanto a su socialización, es básica a partir de los 3 meses de vida, con todos los animales y personas que sea posible, para que de adulto nunca tenga el impulso de actuar de una forma poco amistosa.
Muchas personas se empeñan en comparar el presa canario vs dogo argentino. Lo cierto es que sus características como razas son a la vez similares y diferentes. Ambos son perros de presa de gran potencia, pero físicamente difieren en cuanto a su morfología y estética. Por lo general, el dogo argentino es más atlético y estilizado, mientras el presa canario es un animal musculoso y muy robusto.
Si crees que esta raza es la más adecuada para ti, el primer paso es acudir a un criador especializado y experimentado con la misma. Solo así tendrás todas las garantías de salud del cachorro, y también de su temperamento. Además, también podrá ayudarte en su educación y en cualquier duda que se te presente con el tiempo para que vuestra relación sea inmejorable y segura tanto para ti como para el resto de personas.
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