Resulta complicado conocer el origen exacto de algunas razas caninas, lo que ocurre con el pastor belga. Mucho antes de que apareciese el interés de las personas por los perros de pura raza, existían perros que se criaban y valoraban por sus características físicas y para desempeñar determinados trabajos. Los antepasados del pastor belga, eran animales utilizados principalmente para cuidar de los rebaños, y así se mantuvieron hasta 1890 aproximadamente, sin preocuparse por la imagen de los ejemplares que nacían.
A partir de 1891, algunos criadores fijaron su atención en la raza, y comenzaron a dedicarse a depurar todas las características de sus animales mediante la cría selectiva. Así, ese mismo año se fundó en Bruselas el Club du Chien de Berger Belge, aprovechando para reunirse y definir el tipo que se repetía en los ejemplares de la raza, a pesar de que hasta entonces la mano del hombre no había hecho su aparición para desarrollar sus características.
Así, se encontraron pastores con anatomías similares, pero que eran muy diferentes en las características de pelaje, color, etc. De entre todos los ejemplares analizados, que fueron unos 120, se seleccionaron 40 para la cría, con la intención de marcar poco a poco determinadas características. Un año más tarde, se celebró la primera exposición monográfica de la raza, y ya entonces se presentaron ejemplares de todos los colores y tipos de capa, que serían los mismos que han llegado hasta la actualidad.
También en 1892 se redactó el primer estándar de la raza, donde se describían tres variedades de pastor belga. Este primer estándar cambió mucho con el paso de los años, hasta que en la actualidad se definieron las cuatro variedades que se conocen en todo el mundo y que poseen unas características muy concretas.
El principal desarrollo de esta raza tuvo lugar en Bélgica, de donde toma su nombre. Sin embargo, no tardó demasiado tiempo en dar el salto a otros países, como Gran Bretaña, donde se popularizó rápidamente. Los primeros pastores belgas llegaron a Inglaterra hacia 1931, pero no sería hasta principios de los 70 cuando llegaría también a otros lugares como Francia o Estados Unidos.
En la actualidad, el pastor belga en todas sus variedades es conocido en todos los países del mundo, y uno de los más populares debido a sus características como perro de trabajo y también como animal de compañía. Sin duda alguna es un animal muy especial que ha sabido ganarse el aprecio y el respeto de personas de toda clase, y que en muchos países se mantiene en los primeros puestos de número de ejemplares inscritos al año por todas sus cualidades.
Desde que se originó como tal la raza pastor belga, se desarrollaron diferentes variedades que poseían características distintas. Sin embargo, el estándar de la raza fue cambiando con el paso del tiempo, y no en todos los periodos se reconocían las mismas clases de pastor belga. Por eso, era bastante frecuente que los distintos tipos de pastor belga se cruzaran entre ellos, dando lugar a ejemplares con características muy diversas.
Con el tiempo, se definieron cuatro variedades de la raza, que son las que se mantienen en la actualidad, cada una con sus propias características, aunque todas parten de la misma tipología del pastor belga. Aquí puedes encontrar las características de las distintas clases de pastor belga.
Debe su nombre al a ciudad de Malinas, donde se desarrolló la variedad de la raza. Los criadores de la zona buscaban un perro de trabajo con buen carácter y que fuese fácil de adiestrar e inteligente. Además, apostaron por un tipo de perro de pelo corto, aunque en principio se tuvieron mucho más en cuenta sus habilidades para el trabajo que su aspecto físico.
Esta variedad ha sido la preferida en muchos países, como dentro de la propia Bélgica, pues los belgas valoraban y valoran especialmente a los perros de trabajo con facilidad para el adiestramiento y la educación. De las cuatro variedades, el pastor belga malinois es el que siempre ha mostrado mejores resultados realizando sus tareas, por eso es tan habitual verlo desempeñando importantes labores como pastor belga policía, como perro de terapia, etc. Sin duda alguna, el pastor belga malinois y su temperamento han sabido hacerse un hueco entre personas de todo tipo.
Dentro de las clases de pastor belga, ha sabido destacar también el pastor belga laekenois, un animal de pelo duro que comparte buena parte de su genética con el malinois. Se cree que los primeros cruces de pastor belga dieron como resultado a las variedades de pelo duro y pelo corto. El pastor belga laekenois recibe su nombre del parque real de Laeken, donde se desarrollaron los primeros ejemplares de esta variedad. En un principio eran de color gris ceniza, pero con el tiempo se popularizó el color leonado en el manto, que es el más destacado en la actualidad.
El pastor belga tervueren es quizá el más diferente del resto en cuanto a su estética. Durante mucho tiempo fue infravalorado por los amantes de la raza, y se creía que se trataba de un animal originado a través del cruce de la variedad groenendael y el rough collie. Sin embargo, ambas variedades proceden del mismo lugar, e incluso se puede decir que el pastor belga tervueren y el pastor belga groenendael son la misma raza, aunque se diferencian en el color de su manto. El nombre de esta variedad procede de la ciudad de Tervueren, lugar donde tuvo lugar su aparición.
El pastor belga groenendael es, en términos generales, la misma variedad que el tervueren, del que se diferencia exclusivamente por el color del pelaje. El pastor belga groenendael muestra únicamente un manto largo de color negro, y en la categoría de tervueren entrarían todos los demás colores de la misma tipología. Por eso es conocido también como pastor belga negro.
A pesar de aceptarse las cuatro variedades de la raza y de definirlas por separado, lo cierto es que todas ellas se clasifican como pastor belga porque son básicamente el mismo perro con algunas pequeñas diferencias estéticas.
El pastor belga es un perro de tamaño grande, ligero, con gran fuerza y agilidad. Puede alcanzar fácilmente una altura de hasta 66 centímetros a la cruz, y generalmente se mantiene en un peso de unos 30 kilos. Muestra una estructura cuadrada, con unas proporciones perfectas en la altura y la longitud de su cuerpo. Muchas veces se ha comparado el pastor belga y el pastor alemán por sus fisionomías similares, pero lo cierto es que son perros muy distintos, mucho más atlético el pastor belga que el pastor alemán.
Además de la perfecta forma de su cuerpo, destaca la forma de su cabeza, alargada y estrecha en el hocico. Los ojos son almendrados y profundos, y pueden ser de diversos colores, y las orejas son triangulares y de tamaño medio, que siempre se mantienen erectas sobre la cabeza. Destaca también el poder y la fuerza de su mordida, una de las características que ha hecho que este perro sea tan valorado como animal de trabajo para la policía.
La cola en todas las variedades es larga y se mantiene a una altura media, y las patas son largas, rectas y muy estilizadas, que confieren al perro un movimiento único, agilidad y destreza. El pelaje cambia dependiendo la variedad, y puede aparecer corto, como en el malinois, o largo para el resto de variedades, y también en diferentes durezas y texturas. Dependiendo de la variedad, su color será uno u otro, siendo los colores del pastor belga más destacados los leonados, los negros y los grises. Además, algunos ejemplares pueden mostrar una máscara negra en el rostro. Todas estas características del pastor belga son las que hacen que sea una raza tan bien valorada en cualquiera de sus tipos.
El pastor belga es un animal activo, inteligente y capacitado para obedecer y desempeñar diversos tipos de trabajo. Es un animal fácil de entrenar con la dedicación y la experiencia necesarias, porque siempre tratará de complacer a su dueño. Este perro es muy fiel y cariñoso, juguetón y fácil de adaptar a cualquier situación. Se lleva muy bien con los niños y con los adultos, y es bastante sociable por naturaleza, por lo que es fácil conseguir que se lleve bien con otros perros si se trata de la forma correcta.
El carácter del pastor belga es sin duda envidiable. Son perros muy equilibrados y tranquilos cuando deben serlo, pero también pueden ser impulsivos y emotivos. Necesitan un elevado volumen de atenciones y afecto, y también un nivel alto de ejercicio diario. Crea relaciones muy estrechas con su familia, y también tiene un marcado instinto protector hacia los suyos, pero no es un perro de naturaleza agresiva.
Pueden llegar a desarrollar ansiedad por la separación, y si se dejan demasiadas horas solos en casa, podrán tener comportamientos destructivos nada deseables dentro de la vivienda. No obstante, con el cariño y la educación adecuada, es bastante fácil poder disfrutar de un perro equilibrado y de temperamento envidiable.
El pastor belga es una raza canina bastante saludable, menos propenso que otras razas a sufrir determinados problemas de salud. No desarrolla enfermedades hereditarias y es raro que se presenten en ellos enfermedades tradicionales como displasia de cadera o torsión de estómago. Manteniendo unos hábitos saludables en su vida diaria, es posible disfrutar de este animal durante muchos años, ya que además es una raza bastante longeva. Lo más aconsejable para mantenerlo en perfecto estado es llevarlo al veterinario cada seis meses aproximadamente, tener al día su calendario de vacunaciones y desparasitarlo interna y externamente con la frecuencia necesaria.
Por otro lado, su pelaje requerirá cuidados concretos, especialmente en las variedades de pelo largo, entre los que se incluyen los cepillados habituales y los baños completos con champús específicos. Con estas pautas, es sencillo que su pelaje se mantenga sano y brillante, ya que no suele presentar demasiadas complicaciones.
También hay que tener en cuenta su alimentación, que no debe ser excesiva para que no coja demasiado peso, ya que es un perro que debe mantenerse siempre atlético y ágil. La comida de alta calidad, racionada durante todo el día, es la clave para que su salud esté bien cuidada.
Otra de las cuestiones más importantes para el pastor belga es la relativa al ejercicio y a su educación. Como ya hemos visto, es un animal que puede educarse fácilmente con las herramientas adecuadas, que es obediente e inteligente como el que más, pero que también requiere altos niveles de ejercicio para gastar toda la energía que contiene. Lo más aconsejable es dar largos paseos diarios con ellos, pero también necesitan espacios donde correr libremente, y actividades que mantengan despierta su mente. Con estas pautas de entrenamiento y educación, y una buena socialización desde cachorro, tendrás un perro ideal como mascota y como compañero de todas las aventuras.
Si consideras que esta raza es la mejor para ti y para tu estilo de vida, entonces debes buscar un criador experto en ella. Por lo general, podrás encontrar personas dedicadas a una de las variedades, de modo que conseguirás el cachorro que deseas con todas las garantías respecto a su salud y a su genética. El pastor belga, en cualquiera de sus variedades, es una raza muy especial, por eso es conveniente que te informes mucho sobre ella y sus necesidades antes de tomar la decisión. Solo un conocedor de la raza podrá ofrecerte todos los datos relativos a su temperamento y características, así que aléjate de vendedores particulares o de cachorros de tiendas de dudosa procedencia. Tu nuevo mejor amigo merece el esfuerzo de encontrar a un criador que ofrezca garantías en todos los aspectos.
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