Dentro de los perros pastores, uno de los menos conocidos es el mudi. Este perro pastor húngaro se encuentra siempre por detrás de los favoritos de este tipo, el pumi, el puli y el komondor. Quizá por esto, no se reconoció como raza hasta 1930, mucho después que cualquiera de las otras. Sin embargo, su origen se remonta a los siglos XVIII y XIX, y parte de la mezcla durante años de otras razas del mismo espacio geográfico, principalmente boyeros húngaros.
Se trata, no obstante, de un tipo de perro muy apreciado en los ambientes rurales de la antigüedad, debido a su capacidad de adaptación a todo tipo de circunstancias y lo versátil que es como animal de trabajo o de compañía. Especialmente útil como perro de pastoreo, esta raza es muy completa y ágil, por eso es tan valorada a pesar de que estuvo a punto de desaparecer tras la Segunda Guerra Mundial.
Fue a partir de 1970 cuando comenzó a recuperarse en términos de número de nacimientos de crías, y también a partir de aquí se hizo un poco más popular en otros ambientes que iban más allá del ámbito rural. En todo caso, su procedencia de otros perros pastores hace que se sienta especialmente bien en entornos de pastoreo.
Conduce especialmente bien a las ovejas, pero ha demostrado dotes pastoreando a otros animales de mayor tamaño. Incluso puede ser un buen perro de caza si se entrena para ello. En resumen, el mudi es un animal ágil y fuerte, capacitado para desempeñar todo tipo de tareas, como Agility o trabajo como perro policía, pero también es una perfecta mascota que se adapta a vivir en los entornos más tranquilos y sosegados.
El aspecto general del mudi es el de un perro pastor al uso, con cabeza en forma de cuña y orejas que terminan en punta. Es un animal fuerte y ágil, que sin embargo no destaca por una musculatura desarrollada en exceso. Su esperanza media de vida está entre los 12 y los 14 años, pero puede ser un poco más si vive con los cuidados adecuados.
Sus ojos son almendrados y de color oscuro, el hocico es largo y la boca se estrecha hacia el final. Otra característica que llama la atención de este animal es que su cola es de inserción media, y tiende a curvarse en forma de hoz cuando el perro está alerta.
El mudi es un perro de tamaño medio, que llega a alcanzar una altura de entre 38 y 47 centímetros hasta la cruz, y un peso de entre 8 y 13 kilos. Este tamaño hace que sea un animal bien proporcionado, dispuesto siempre a correr y a cumplir con su trabajo.
La cabeza y las extremidades presentan un pelo corto y liso, que se vuelve más abundante y largo en el resto del cuerpo, y que puede llegar a ser ondulado o rizado. Cuenta con dos capas de pelo, siendo la interior como una lanilla protectora destinada a resguardar al animal de los fríos inviernos.
Los colores que puede presentar el manto son muy variados, pero siempre con una característica común que es la de un solo color y uniforme. En ocasiones puntuales puede presentar también machas, pero no es lo habitual. Entre los colores que se permiten están el blanco, el gris, el negro, el marrón, o el azulado.
Al ser una raza de perro criada para el pastoreo, el mudi está acostumbrado a obedecer las órdenes de sus dueños. Además, es muy inteligente, por lo que resulta muy fácil enseñarle nuevas órdenes para que las aprenda casi de inmediato. Actualmente sigue cumpliendo en muchas situaciones sus tareas originales, entre las que se encuentran la conducción de ganado, la asistencia en caza o el cuidado de granjas. Además, no resulta extraño verlo como perro de defensa, como animal de detección de drogas, de alarma o de pruebas físicas como el Agility.
Es un tipo de perro que requiere mucha actividad física y de gran intensidad, por eso, aunque también se adapta a la vida como mascota, es recomendable tenerlo en entornos donde pueda liberar toda esa cantidad de energía.
Entre sus características de temperamento, se puede destacar que el mudi es un perro que siempre está alerta, activo y que rara vez se cansa. Son amigables con las personas, afectuosos con sus dueños, alegres y fieles. Pueden ser un poco desconfiados con extraños si no están bien sociabilizados desde cachorros, pero si se educan bien se convierten en el compañero perfecto para toda la familia, incluidos los más pequeños.
El único inconveniente de este perro con grandes cantidades de energía, es que puede volverse destructivo cuando se aburre o se queda solo mucho tiempo. Por eso, es importante colmar todas sus necesidades en cuanto a actividad y retos para que no haya problemas de conducta derivados de la inactividad.
Al ser una raza rústica, el perro mudi es bastante robusto en cuanto a salud. No presenta problemas de especial gravedad por herencia o genética, aunque hay que tener un cuidado especial con su pelaje para que no presente problemas en la piel. Cono los animales destinados a trabajos exteriores, también se debe tener un cuidado especial, con las orejas y los ojos para evitar infecciones producidas por las condiciones ambientales.
El mudi es un perro que no precisa de cuidados específicos más allá de los que son habituales en cualquier animal de compañía.
Las atenciones veterinarias habituales serán suficientes para mantener la buena salud de estos animales. Nunca se deben descuidar las vacunas ni las desparasitaciones tanto internas como externas, haciendo un especial hincapié en las pulgas y garrapatas. Así mismo, es conveniente revisar con frecuencia su pelaje, sobre todo si pasa mucho tiempo en el exterior, para localizar cualquier espiga clavada que puede llegar a convertirse en un serio problema para el perro.
Para evitar que se formen nudos en el largo pelaje de este perro, es conveniente cepillar el pelo con frecuencia, a poder ser cada día o mínimo tres veces a la semana. Los nudos dan una mala imagen del animal y pueden desembocar en otros problemas de salud, así que hay que prestar una atención especial en este punto.
El baño se puede realizar siempre que sea necesario, especialmente en animales que pasen mucho tiempo al aire libre. En cualquier otra circunstancia, un baño cada mes o cada mes y medio será suficiente para mantener al animal en buenas condiciones y su pelo brillante y sedoso.
La cantidad de alimento para esta raza es muy variable dependiendo del ejercicio que haga el ejemplar. No tendrá las mismas necesidades energéticas un perro de compañía que únicamente sale a pasear por la ciudad que uno de campo que pase el día corriendo detrás de las ovejas. Lo más importante es que el alimento ofrecido sea de calidad, para que su salud esté cuidada y protegida a nivel interno.
Como ya hemos dicho, el mudi es un perro que necesita mucho ejercicio y de varias formas. No basta con un paseo diario para mantener al mudi en un buen estado de salud físico y mental. Dejarlo correr en espacios controlados siempre es una buena alternativa, pero no olvides que es una raza perfecta para practicar Agility y otros deportes en equipo.
Aunque el mudi es un perro pastor y tiende a obedecer, también puede ser un poco testarudo si no se educa correctamente desde pequeño. Las sesiones de entrenamiento hechas con cariño, paciencia y firmeza serán muy efectivas para conseguir un compañero obediente, fiel y bien educado.
Como ves, el perro mudi es ideal para la mayoría de las personas, pero también requiere unas atenciones más especiales que otras razas. Si te decides a adquirir un animal de esta raza, procura contactar con un criador de reconocido prestigio para que pueda darte información de primera mano y la relación sea perfecta desde el comienzo.
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