Hay perros que, por diferentes causas, correctas o no, se han ganado la fama de ser peligrosos. Así le ocurre al hermoso akita americano.
Esta raza proveniente de Japón, es el resultado de la mezcla del perro de la región de Akita con razas como pastor alemán, tosa inu y mastín inglés. Lo que incrementó su tamaño, fuerza.
Su fama agresiva se empezó a formar desde el siglo XVII, cuando se empezó a usar como perros de pelea.
Aunque estas fueron prohibidas hace mucho tiempo, sus cualidades de inmensa fuerza física, tamaño y corpulencia le han dado un lugar preferente en actividades militares y policiales.
Por qué se cree que el akita americano es peligroso
Las dimensiones de este peludo pueden ser impresionantes. Posee un cuerpo fuerte, sólido y vigoroso que se ve voluminoso por manto denso y esponjoso. La cabeza y los miembros son musculosos, y el hocico es ancho, fuerte y romo.
Su mordida es de gran fuerza y es muy difícil abrir sus mandíbulas si opone resistencia. A esto se suma que tienen mordida en forma de tijera, así que se aferran con mucha fuerza a lo que tengan entre sus dientes.
Como dato que puede ilustrar su capacidad de mordida, hay que saber que era usado para la cacería mayor, es decir, tenía como presas, por ejemplo, osos y ciervos.
La altura puede sobrepasar los 70 cm en los machos, mientras que su peso está alrededor de los 70 kg. Lo que lo hace un animal de gran tamaño.
Es valiente y combativo, con una postura elegante, casi altiva.
Su relación con otros animales, en especial perros de su mismo sexo, puede ser conflictiva. Es un animal al que le gusta imponer sus propias reglas, es un líder nato, y con un fuerte impulso territorial y no duda en hacerlo saber.
Cuando la reacción del otro can es la sumisión, entonces queda delimitada la jerarquía, por lo que no hay mayor problema. Pero si no es el caso, y el otro perro reta al akita, este entrará en un modo feroz. Solo dejará de luchar si el contrincante cede, en caso contrario no se detendrá.
A diferencia de otros perros que fueron usados de modo similar, no se llegaron a acostumbrar a estar en manadas. Como mucho, tenían un compañero, así que es algo a tener en cuenta si en casa hay otros perros.
El contacto con los extraños no es del gusto, en general, de la raza. Ante personas desconocidas se mantendrá atento, no se acercará y se sentirá muy desconfiado.
En este punto, hay que señalar que desarrollan un vínculo muy estrecho, aunque mantienen su independencia con su familia humana. La protegerán a toda costa. Por lo que la actitud o cualquier gesto de algún visitante, si el akita lo percibe como amenazante reaccionaría en segundos de un modo violento.
Estas conductas son modificables con una educación adecuada. Sin embargo, son parte de la naturaleza del akita americano, así como su instinto de cazador.
Con estos datos no se puede concluir que sea un perro de naturaleza agresiva con los humanos. Solo es un vigilante y cuidador muy comprometido en defender su grupo y la propiedad en la que habiten.
¿Qué precauciones y cuidados hay que tener con el akita americano?
En casi todas las razas, los machos suelen ser más agresivos, más territoriales y más dominantes. Esto no representa un riesgo, pero sí es recomendable una castración temprana, siempre de acuerdo con las recomendaciones de un veterinario.
Es una operación rápida y sencilla que lo alejará del influjo de las poderosas hormonas, con lo que su carácter se hará aún más tranquilo.
Lo que hacen los perros tiene una relación directa con cómo han sido tratados. Por lo que más que una raza peligrosa, hay que considerar entrenamientos o familias que vuelven peligroso a un perro. De hecho, es muy común ver otros tipos de perros tener conductas más agresivas por el modo en que fueron educados. Entonces, lo principal es adiestrarlos de la manera correcta, incluso puedo que se necesite la ayuda de un profesional.
Con las características que hemos mencionado, es indispensable que empiecen a estar en contacto con otras personas y animales desde cachorros. Que vayan diferentes personas a casa y no tengan la sensación de que pueden ser peligrosos.
Al mismo tiempo, hay que evitar toda actividad que destaque o estimule su lado más feroz. No impulsarlo a morder, atacar y perseguir personas o animales.
Uno de sus primeros instintos, común en casi todos los canes, es morder en etapa de cachorro. Es la forma en agarran cosas, comida y también es una manera de relacionarse con todo lo que les rodea, incluyendo los humanos. Esta conducta debe ser modificada con el entrenamiento. Un dato para esto es, reaccionar con una voz de dolor cuando muerda. No debe ser un grito, solo una expresión y detener cualquier juego o actividad que se esté realizando. Ayuda utilizar una palabra exclusiva para detener esta conducta. De esta manera, se dará cuenta que lastima y se acostumbrará a no hacerlo. Así que más que una raza muy agresiva, lo que puede haber es una educación que incite este aspecto.
Son perros que necesitan estos procesos desde cachorros. También hay que decir que con perros tan poderosos, hay que considerar que necesitan un líder fuerte. Alguien que pueda controlar a este can pesado en caso de ser necesario.
Para ayudar a que se mantenga sano, equilibrado y entretenido, necesita hacer mucho ejercicio. Por lo que hay que darle largos paseos, actividad al aire libre, juegos, retos que activen su mente.
Lograr todo esto implica disponer de tiempo para estar con el akita, así que antes de llevarlo a casa hay que tener en cuenta todos estos factores.
Akita americano como perro de ayuda
No solo se tiene al akita como un perro guardián seguro, confiable y atento. También se desempeña en actividades más serenas, ya que es parte de grupos de rescate.
Su confianza y estabilidad ante diferentes situaciones, así como su olfato y resistencia, le permiten ser de gran ayuda en estas tareas. También es un perro de ayuda o terapia en donde demuestra un instinto protector, su gran inteligencia y docilidad. Todo esto con apoyo del entrenamiento correcto.