El Akita inu, también conocido como Akita, es una raza canina de gran tamaño, originaria de Japón, una de las pocas que existen creadas por completo en este país. La traducción de su nombre significa perro Akita, por lo que habitualmente se nombra solo como Akita. Se dio este nombre a la raza porque precisamente se originó en la prefectura de Akita, y en seguida fue muy valorado por los seres humanos por sus características únicas.
Su tamaño, fuerza y robustez, hacían que fuera un animal perfecto para combatir, y se utilizaba en la caza mayor, incluso para cazar osos. Además, fue también muy valorado por los guerreros japoneses como perro de defensa y ataque en las batallas.
Se desconoce el momento exacto en que apareció la raza, puesto que tiene más de 3000 años y su pueblo natal es uno de los más aislados. Su historia se mantiene oculta, pero se cree que pudo provenir de otras razas originarias de Japón y sus cruces con algunos perros llegados de Europa. Con el tiempo, este animal se fue definiendo para ser capaz de llevar a cabo las tareas que los japoneses requerían. Buscaban un perro de pelea, grande y agresivo, por lo que lo cruzaron con otros canes como el Tosa Inu o el Mastín Inglés, llegando a participar en las cacerías de osos. Según la función a la que se destinara, el Akita inu recibió durante muchos años diversos nombres, como Matagi-inu, Kurae-inu y Odate-inu, que significaba perro de caza, guerra y providencia respectivamente. Con el tiempo, se aunaron en una sola nomenclatura y se empezaron a valorar como animales de compañía, especialmente cuando se prohibieron las peleas de perros hacia 1908.
A partir de ese momento, la raza prosperó en su país de origen, hasta llegar a crearse una Sociedad de Preservación del Akita Inu en 1927. Años más tarde llegó incluso a considerarse el perro nacional de Japón y a designarse como Monumento Nacional en 1931, por lo que fue protegido por todos los medios incluso durante la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos canes servían como alimento o para producir ropa para los soldados. Por suerte, los perros que sobrevivieron en las zonas más rurales, pudieron conservar la raza, que volvió a proliferar al finalizar la guerra.
Durante mucho tiempo, solo en Japón pudieron disfrutar de este animal, puesto que se reservaba a los nobles y se trataba como símbolo de riqueza, prestigio y buena suerte, y no sería hasta después de la guerra cuando empezaron a verse akitas en otros países.
Aunque el Akita inu y el Akita americano comparten muchas características, lo cierto es que están consideradas como dos razas independientes. El Akita americano parte del Akita inu, y de los primeros ejemplares que llegaron a Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Había algunas características de aquellos ejemplares que no terminaban de convences a los americanos, por eso se dedicaron a modificarlos a su gusto a través de los cruces con otras razas. El Akita americano se diferencia principalmente del inu por el colorido de su pelaje. Además, el Akita americano es un poco más grande y robusto, más musculoso y con el pecho profundo. La mejor forma de diferenciar a ambas variedades es a través de su cara, puesto que generalmente el Akita americano presenta una máscara negra alrededor se su hocico y de sus ojos.
El Akita inu es un perro de tamaño grande, muy proporcionado y estilizado en toda su figura, con un cuerpo musculoso y fuerte, capacitado para afrontar cualquier situación con valentía. Llama la atención su gran cabeza, también proporcionada con el resto del cuerpo, con un hocico potente y bastante ancho, que muestra una mordida en tijera muy poderosa. Su nariz es negra y grande, y sus orejas pequeñas y en forma triangular, siempre erguidas sobre la cabeza. Los ojos también tienen una forma ligeramente triangular, son pequeños y oscuros, y están bastante separados entre sí.
Tanto su cuello como su pecho son musculosos y fuertes, muy profundos. Además, llama la atención su cola, de longitud media, que siempre se mantiene enroscada sobre su lomo. Sus patas son largas y también musculosas, bastante anchas y preparadas para cualquier actividad enérgica, que además mantienen un movimiento flexible y ágil. Su constitución grande pero equilibrada y su belleza han hecho que sea un perro conocido y querido en todo el mundo.
El Akita inu es una raza grande, con un tamaño importante, que puede alcanzar los 71 centímetros de alto, con un mínimo de 64. Un macho adulto puede llegar a pesar más de 50 kilos de peso, siendo un poco inferior en el caso de las hembras, pero unas proporciones impactantes de todos modos. Es un animal imponente que requiere una persona capacitada para manejarlo tanto a nivel físico como mental, porque su fuerza no es fácil de controlar para cualquier persona.
El Akita inu muestra un pelaje en dos capas, muy similar al de las razas nórdicas por excelencia. La capa interna se compone de un pelo suave y denso que protege al animal de los cambios de temperatura. La capa externa es de pelo corto, grueso y áspero al tacto, que además repele el agua y la humedad. Puede presentarse en diversos colores, como el rojo, el atigrado o el blanco puro.
El temperamento del Akita es muy especial, leal a su dueño, reservado y silencioso. Se trata de un animal equilibrado que no pierde la calma ante ninguna situación, sabe tomar decisiones y actúa siempre con firmeza. Tiende a ser dominante y territorial, pero también muy sociable si se socializa correctamente desde cachorro.
Tiene un fuerte instinto de protección desarrollado hacia su familia, por lo que hay que educarlo correctamente para evitar que pueda mostrar malos comportamientos hacia los desconocidos. Sin embargo, generalmente es un perro amistoso, que no ladra si no es completamente necesario. Se adaptan además a la vida en cualquier lugar, pero es necesario ofrecerles un alto nivel de ejercicio diario.
Son animales muy inteligentes, pero con un carácter que hay que comprender, ya que no son tan dóciles y mansos como otras razas. Pueden desobedecer una orden si no se sienten ante su líder en jerarquía, tomando las decisiones que consideren por su cuenta.
Son fáciles de educar si se hace de la forma adecuada, controlando sus instintos de dominancia y marcando sus límites. Necesita un dueño con experiencia y capacitado para su control, y así creará la relación más afectiva y leal que pueda existir.
En muchos lugares, el Akita está considerado como un perro de raza peligrosa por sus características físicas, como son el tamaño, la potencia, y su forma de mordida en tijera, muy poderosa y peligrosa. Además, este can tiene un carácter muy marcado, que en ocasiones se puede descontrolar si su dueño no lo educa correctamente. Sin embargo, la naturaleza de este animal no es agresiva, y es raro que tenga tendencia a morder, a no ser que se encuentre con un oponente peligroso o agresivo. Por lo tanto, más allá del carácter del perro, su comportamiento dependerá en gran medida de la educación que se le ofrezca. El Akita es un perro cariñoso, amistoso, leal y protector, perfecto para quienes sepan comprenderlo. Teniendo en cuenta estos detalles, será posible disfrutar de un ejemplar equilibrado sin ningún inconveniente.
El akita inu tiene un temperamento a veces demasiado fuerte, pero eso no significa que el akita sea agresivo. Hay que tener en cuenta que la historia de estos animales está ligada a la guerra, puesto que los antiguos samuráis los utilizaban como perro de combate. Sin embargo, el akita mostrará un temperamento dócil cuando sea educado y criado en un ambiente familiar, respetuoso y tranquilo. La recomendación es que conozcas la raza de perro akita por tu cuenta antes de juzgar, porque muchas de las cosas que se dicen acerca del akita y su temperamento no son ciertas, o están basadas en experiencias personales que no pueden generalizarse. Por ejemplo, es habitual escuchar hablar sobre el akita y su temperamento independiente, pero puede ser un perro muy cariñoso si se le da la ocasión.
El Akita inu es un perro generalmente saludable, que puede presentar algunas afecciones genéticas de mayor y menor importancia. Puede sufrir displasia de cadera, patologías del sistema inmunológico, patologías de las rodillas y disfunción de la glándula tiroides. También es bastante propenso a la torsión gástrica, por lo que hay que tener un cuidado especial con su alimentación.
Lo principal para mantener a un Akita en perfecto estado es ofrecerle una educación y socialización adecuadas. Además de esto, será necesario acudir al veterinario con frecuencia para controlar su salud física, además de mantener al día su cartilla de vacunación y desparasitación. Por otro lado, se aconsejan los cepillados frecuentes, a ser posible a diario, para eliminar el exceso de pelo muerto. Los baños, por su parte, no serán necesarios más allá de cada par de meses, salvo si el animal se ensucia demasiado, ya que de esta forma se cuida su propia capa de protección natural.
Este perro se adapta fácilmente a la vida en un piso o en una casa grande, ya que siempre prefiere la compañía y la cercanía de su familia. Sin embargo, para evitar que desarrolle conductas indeseadas, será necesario que pueda realizar el ejercicio adecuado, incluyendo todo tipo de actividades más allá del paseo diario.
En España, esta raza está considerada como perro potencialmente peligroso por sus características, de modo que para poder poseer un ejemplar de Akita es necesario contar con un permiso legal.
Esta raza es famosa en todo el mundo gracias a la historia de Hachiko, un perro Akita inu que dio una lección de lealtad como no se recuerda. Este can esperó durante casi 10 años a su dueño fallecido, al que acudía a buscar cada día con la esperanza de encontrarlo. Hasta el momento, son dos las películas que adaptan y cuentan esta increíble historia del amor que puede profesar un perro.
Si quieres disfrutar de un ejemplar de esta raza como compañero de vida, lo primero que debes hacer es acudir a un criador con experiencia y con referencias. Solo así tendrás las garantías de salud que necesitas para tu cachorro y podrás además obtener toda la información que quieras sobre la raza de primera mano. Entender a tu perro es el único camino para construir una relación sólida, así que cuanto antes comiences a aprender sobre él, mucho mejor para ambos.
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