Si tener un peludo como parte de la familia es una responsabilidad amorosa, mucho más lo es tener cachorros de braco de Weimar. Al igual que con cualquier can que entre en gestación, hay que tener múltiples cuidados y atenciones.
Es común que surjan muchas dudas respecto al embarazo, cantidad de cachorros y otras informaciones que ayuden a preservar su salud.
Hay que saber que el braco de Weimar es una raza antigua, con cientos de años de historia. Originaria de Alemania, también se conoce como Weimaraner.
Sobre esta raza noble, de larga estirpe de cazadores, hay muchos secretos sobre su reproducción. Sigue adelante para descubrirlos.
Datos sobre el origen del braco de Weimar
Para conocer más sobre esta raza hay que tener algunos datos sobre su aparición y desarrollo. Lo primero que hay que decir es que no se ha confirmado el origen exacto del braco de Weimar.
No existen dudas de que se desarrolló en Alemania, pero hay varias teorías sobre su origen. Entre las razas que se consideran como sus antepasados están el perro de San Huberto, está es la más comúnmente aceptada. Otras teorías señalan a una raza de Francia, que incluso tendría origen en África.
Datos curiosos sobre los bracos de Weimar
Las características físicas de los bracos de Weimar son reconocibles fácilmente. Mediano, esbelto, de extremidades y torso alargado, fibroso con su color gris en distintos tonos, aunque también son comunes en color pardo en tonos oscuros.
Hay que decir que el color de su corto pelaje puede lucir diferente en determinadas condiciones de luz o si está mojado.
Una de las cualidades únicas de estos canes tiene que ver con el color de los ojos. En la etapa adulta, son ámbar en tonos claros u oscuros. Esto es algo que varía en cada individuo.
Ahora bien, esta coloración no es la misma que presentan desde el nacimiento. Y es que durante la etapa de cachorros, poseen un llamativo color azul nítido.
La transición de color empieza luego de los tres meses. Al principio, como se dijo, es azul claro, luego se vuelve verde que va aclarando hasta llegar al tono ambarino característico.
Por lo general, este proceso se completa al cumplir o alrededor del primer año. Sin duda, es uno de los cambios más notorios de cachorro a joven, entre las razas perrunas.
Cachorros de braco de Weimar
El primer ciclo de celo de esta raza ocurre entre los 10 meses al año. Esto se hace evidente por la conducta de la hembra, y también por los cambios fisiológicos.
Presenta una cantidad de flujo inusual, inflamación en la zona inguinal. Además, dedica más tiempo a lamer la zona. También está más activa, estará más en movimiento, aumenta la frecuencia de la micción.
Es muy probable que quiera escapar de casa, así que es necesario estar pendiente y cerrar bien las puertas. Todas estas conductas varían en cada hembra, algunas son más inquietas, y otras apenas se alteran.
Finalmente tendrá sangrado, no demasiado abundante, aunque siempre se le puede poner ropa específica para perritas en celo, así evitarás manchas en muebles, piso, etc.
Este ciclo tiene una duración de 7 a 10 días. El periodo de receptividad sexual, o estro, inicia después. Puede prolongarse de 5 hasta 15 días. En caso de que quede en estado, tendrá un periodo de 115 a 140 días en que no admitirá nuevos apareamientos. La gestación transcurre en un periodo de unos 63 días y el resto del tiempo se ocupa de la crianza y cuidado de las crías.
Después del primer celo, el siguiente ocurrirá entre 6 y 8 meses después. Siempre es aconsejable anotar o llevar un registro exacto del primer día del celo hasta el último. De esta manera se tendrá una idea bastante aproximada de cuánto durará el siguiente periodo.
Con el fin de proteger tanto a la madre como a los chorros, es recomendable esperar al tercer periodo de ovulación para realizar la cruza. De esa manera se le da tiempo a que todos sus órganos estén lo suficientemente maduros, además de que sus instintos la lleven a cumplir sus tareas con los cachorros de braco de Weimar.
Cantidad de cachorros de braco de Weimar
El organismo de cada ejemplar responde de manera diferente debido a varias causas. Influye el tamaño, alimentación, edad, condiciones físicas, cuidados. Al final son organismos individuales que se ven condicionados por variables químicas y biológicas.
Así como algunos ejemplares son tolerantes a ciertas comidas y otros no. Algo similar ocurre con las camadas, hay hembras muy prolíficas, en tanto que otras tienen pocas crías.
De manera muy general se puede estipular que, en promedio, la hembra de braco de Weimar puede tener de 6 a 7 cachorros. Esto no es una regla que se cumple siempre. Hay hembras que han dado a luz 1 o 2 cachorros, y otras que han tenido hasta 14.
También se observa que la primera camada no siempre es la más numerosa, sino la segunda.
En ocasiones alguna cría nace muerta o enferma. Por lo que es aconsejable cuidar a la madre en el momento del parte. Lo usual es que la peluda atienda a las crías, las limpie, les de calor, pero si hay una emergencia es preferible estar preparado.
Una manera de prevenir situaciones delicadas es tener bajo control del veterinario a la hembra. Así se le suministran los nutrientes y refuerzos necesarios, se verifica el aumento en la alimentación en cantidades adecuadas.
Otro elemento invaluable es hacerle un eco, así se constata la cantidad de crías en camino. Este dato es importante, porque no es inusual el riesgo de que una cría no logre salir de manera espontánea.
Esta circunstancia podría poner en riesgo la vida del cachorro, así como la de la madre. Una infección generada por un cachorro muerto es algo muy severo, lo que también afectaría al resto de la camada.
La mejor opción es buscar un cachorro con un criador especializado en esta raza. Los gastos, tiempo, dedicación y lo delicado de llevar a adelante cruzas en manos de pocas expertas incrementan los riesgos para la vida de estos hermosos animales.
Con los criadores hay certezas sobre una revisión exhaustiva del estado de salud y conducta de los padres. Así se evitan camadas que desarrollen enfermedades prevenibles en un proceso adecuado de desarrollo. También se evita sufrimiento innecesario a los canes en apareamientos y embarazos improvisados.