Es muy natural querer hacer todo lo que está en tus manos para ayudar a tu perro si lo ves enfermo o decaído. Eso lleva muchas veces a darle algún medicamento sin haber consultado con un veterinario. Eso puede traer diferentes resultados, por lo que hay que ser prudente en el uso de medicinas como la aspirina en perros.
Este medicamento, es parte de los elementos básicos de salud para las personas. Los efectos del ácido acetilsalicílico fueron descritos en 1899, dos años después que se diera a conocer cómo se sintetizaba a partir del sauce.
En principio se utilizaba para mitigar o quitar el dolor de cabeza, migraña, fiebre, malestar general. Con el transcurso del tiempo se han incluido otros efectos en los humanos como prevención de infartos, al incidir en evitar que se desarrollen coágulos, así como prevención de derrame cerebral. Hay otros usos que se le da en la medicina actual, que varían de acuerdo a la concentración, cantidad y otras características del tratamiento.
¿Se puede usar aspirina en perros?
Parece lógico suministrarle a un perro este medicamento si tiene los mismos síntomas o la presencia de un malestar similar. Es decir, para algún dolor o inflamación. El problema es que nunca es una buena idea darle un medicamento tu peludo sin las indicaciones veterinarias. Puede que todo salga bien, incluso se alivie, pero también puede que afecte más su salud, ya que hay que tener en cuenta varios factores antes de darle medicina a un perro.
Hay varios casos en los que el veterinario puede prescribir aspirina. En general referidos a dolores que ocurren en los músculos, al igual que en la estructura ósea. También puede ser recomendada si se detecta que hay riesgo de que forme obstrucciones o trombos, por su efecto anticoagulante.
En los casos de perros con artritis, una degeneración que causa mucho dolor, también es recomendada ya que además del dolor ayuda con la inflamación. Así mismo, podría tener efectos positivos en casos de golpes o atropellos como una medida extrema, pero siempre bajo una estricta recomendación profesional.
Dosis de aspirina para perros
Como en todas las medicaciones que se le pongan a un perro, hay que seguir las indicaciones del especialista. En especial las que tienen que ver con las dosis, así como la cantidad de veces o el tiempo por el que se suministre.
Dadas las variaciones en las características físicas en las distintas razas, no hay una sola medida que abarque todos los tipos de perros. Es por ello que se hace una estimación de entre 2,5 a 5 mg por kilogramo de peso. Con esto se busca, no crear más problemas de los que se busca solucionar.
Si el veterinario lo considera necesario puede indicar una dosis mayor, sin embargo, por encima de los 15 mg se considera severamente dañino. De manera que nunca se debe llegar a esa magnitud.
En cuanto al tiempo de tratamiento, en general se estima que no debe durar más de 5 días.
Recomendaciones sobre el uso de aspirina en perros
Hay muchas advertencias y cuidados respecto al uso de este medicamento en caninos. Esto se debe a que hay múltiples problemas y reacciona dañinas para el perro.
En definitiva, no se debe usar en perros que hayan tenido una cirugía reciente o tengan activa alguna hemorragia o sangrado de cualquier tipo. Así mismo si se ha diagnosticado ulceras o problemas estomacales, lesiones, pueden resultar muy abrasivos. Tampoco es conveniente en perros con problemas en riñones, hígado, o que padezcan Von Willebrands.
La deficiencia de vitamina K presenta síntomas relacionados con coagulación: sangrado, hematomas, abundante flujo en las perras con menstruación, por lo tanto, tampoco se debe usar el medicamento.
El uso de la aspirina también está prohibido en los cachorros, en especial si no superan las ocho semanas de edad. Del mismo modo, está contraindicado para las perras embarazadas o si están dando de lactar. Esto se debe a que componentes del medicamento pueden contaminar la leche y pasar a las crías.
Hay que evitar combinar la aspirina con otro medicamento. Las reacciones pueden ser muy dañinas para el animal. Si tu perro tiene un tratamiento, por cualquier causa, dictaminado por el veterinario, no le des aspirina por ningún motivo.
Posibles efectos adversos de la aspirina en perros
Tal como ocurre en los humanos, hay medicinas que causan daños o reacciones negativas de distinta magnitud.
En los perros con la aspirina pasa lo mismo. Hay un margen de probabilidades de que se produzcan ciertos efectos perjudiciales.
El estómago es un órgano muy sensible, por ello se recomienda colocar el medicamento en una cubierta que se digiere y hace más fácil el proceso, con menos riesgo. Aun así, pueden ocurrir problemas como dolor, irritación, en pocos casos inflamación. En escasas circunstancias se ha detectado ulcera gástrica, relacionada con un periodo muy prolongado con el uso de ácido acetilsalicílico.
Otros posibles efectos son lasitud o letargo, disminución o pérdida del apetito, efectos en la composición de las heces, ya sea con poca consistencia hasta diarrea. Por lo general, son de corta duración estos efectos.
Los riñones y el hígado son órganos de primera línea para digerir y procesar los medicamentos. Por lo tanto, también hay algunos casos en que estos se pueden afectar por la aspirina.
Por el mismo motivo, el intestino puede ser afectado con irritación, dolor, modificación del equilibrio bacteriano. De allí que en ocasiones puede defecar heces con sangre.
En casos más severos hay vómitos que de ser de color oscuro, podría indicar una hemorragia interna. Al igual que ocurre con deposiciones negras. Esto es importante a observar, para acudir cuanto antes al veterinario.
El perro también puede presentar fiebre, agitación en la respiración por lo general más acelerada de lo normal, conocida como taquipnea. También puede padecer temblores, espasmos y hasta convulsiones, aumento abundante en la salivación, dificultades de movilidad, mareos, decoloración de las encías. Lo normal es que estas sean rosadas brillantes, así que si se vuelven blanquecinas hay un problema, tal vez relacionado con la circulación sanguínea.
Lo mejor que puedes hacer es seguir las instrucciones del veterinario, darle toda la información en caso de que tu perro tenga algún problema de salud. Y sobre todo aclara siempre todas tus dudas.