Pocos perros hay que hayan sido y sean a la vez tan útiles y serviciales para el ser humano, y tan maltratados por sus propios propietarios. La del galgo español es una historia dura en muchas ocasiones, difícil de entender para los verdaderos amantes de los animales, e indignante cuando en la actualidad siguen existiendo casos de un salvaje maltrato animal hacia estos fieles y bondadosos canes.
Se desconoce a ciencia cierta el origen real del galgo español. Pero es más que probable que se encuentre en los antiguos perros egipcios, cuya morfología y características quedaron representados en el arte de ese tiempo y que guardan infinidad de parecidos con el galgo español y con otras muchas razas de galgo. Según una de las teorías, estos primeros perros de Egipto se habrían expandido por todo el mundo para dar lugar a todas las razas de galgo, aunque también es posible que en el origen del galgo español se encuentren otras razas como el galgo árabe o saluki, o el podenco ibicenco.
De lo que no hay duda, es de que el galgo español ha formado parte de la historia de España desde la antigüedad. Y es que hay documentos que prueban que ya se utilizaban galgos en las cacerías de la Edad Media en nuestro país. Sus características físicas únicas de agilidad y fuerza, y un temperamento dócil y fácil de tratar, sirvieron para que los aficionados a la caza se fijaran en estos animales. Muchos de ellos miembros de la nobleza y la aristocracia. Lo que puede dar una idea de la importancia de estos animales desde el primer momento.
A lo largo de los años, el galgo español siguió sirviendo principalmente para la caza, aunque se añadieron las carreras de galgos como actividad o trabajo que realizaban estos perros para el disfrute de las personas. A pesar de la relevancia de la raza en la sociedad, no se concebían como animales de compañía, sino como perros de trabajo en exclusiva. Esto provocaba que las personas no tuviesen ningún tipo de empatía con sus animales, y que se deshicieran de ellos o los asesinaran cuando consideraban que ya no servían para trabajar o al terminar la época de caza. Por desgracia, estas prácticas se siguen manteniendo en la actualidad, razón por la que los galgos españoles son una de las razas caninas más maltratadas.
A pesar de todas las peticiones para que se prohíba la caza y el uso de galgos en las mismas, sigue siendo una actividad permitida en la que existe un claro maltrato animal. Como única esperanza, está el hecho de que cada vez son más las personas concienciadas al respecto, más quienes rescatan galgos en malas condiciones, y más quienes los adoptan como animales de compañía para que puedan disfrutar de una vida tranquila y feliz.
Definir las características del galgo español es sencillo. Estos perros son muy reconocibles por su aspecto físico y por su tamaño. Se trata de un perro de raza grande, muy alto y desgarbado, que puede llegar a parecer demasiado delgado. Pero todo forma parte de su naturaleza atlética. La agilidad es una de sus características por excelencia, al igual que la velocidad, una de las más elevadas de todo el reino canino debido a su ligereza.
Destaca por tener un cuerpo alargado en todas sus partes, además de fibroso y sin un gramo de grasa. Son animales que guardan unas proporciones de lo más estilizadas, y que llaman la atención tanto cuando se encuentran en reposo como en movimiento debido a las perfectas líneas de su anatomía.
Además de su cuerpo como tal, destacan en su anatomía las patas, alargadas y muy delgadas, pero con una asombrosa capacidad para correr y realizar actividades de gran exigencia.
También hay que mencionar una cola más larga de lo común, muy fina y acabada en una simpática curva, que en carrera cumple la función de conseguir que mantenga el equilibrio. Y, por supuesto, una cabeza alargada y fina hacia la nariz, con orejas pequeñas que se doblan en la punta y unos ojos almendrados y no demasiado grandes, que generalmente aparecen en tonalidades oscuras.
Un cuello largo, un pecho profundo y un vientre que parece retraerse, son también características físicas a tener en cuenta en este interesante animal. Que en demasiadas ocasiones está tan infravalorado.
El perro galgo español es un animal grande en cuanto a su tamaño, aunque no lo sea tanto en cuanto al peso. Puede llegar a medir fácilmente hasta 70 centímetros a la cruz. Por eso choca tanto que su peso aproximado se encuentre entre los 10 y los 25 kilos dependiendo del ejemplar. Aun así, se trata de la morfología normal del galgo español, por lo que no hay que preocuparse siempre que se mantenga proporcionado en cuanto a su tamaño y peso.
El pelaje del galgo español es muy corto y fino, está muy pegado al cuerpo, a la vez que la piel, pero también es muy brillante y suave al tacto. Pueden aparecer ejemplares con el pelaje más duro y semilargo. El galgo español de pelo duro es igualmente aceptado dentro del estándar de la raza. Se admiten además todos los colores dentro del manto, aunque generalmente aparecen coloraciones atigradas, canelas, blancos, o tostados. En menor medida se encuentra el galgo español negro, aunque es un animal de gran belleza y serenidad.
El perro galgo español no es el más sociable de los perros. Su carácter es reservado y algo tímido, pero también cariñoso y sensible. Un animal al que hay que cuidar y dar mucho amor. Por eso es incomprensible el maltrato al que en ocasiones es sometido. Cuando tiene confianza con las personas, es atento y dulce en el trato, y extremadamente bondadoso. Con una buena socialización, se llevará bien con personas de todas las edades, especialmente con niños.
En sus genes existe un fuerte instinto de caza y persecución, de ahí que resulte imprescindible su socialización y educación para evitar que pueda tratar de capturar pequeños animales. Por otro lado, cuando viven dentro de casa tienden a generar buenas relaciones con otras mascotas, así que la convivencia entre ambos no debería suponer ningún problema.
Llama la atención cómo cambia el carácter del galgo español cuando está en casa y cuando sale al exterior. En el interior de la vivienda es frecuente que pase la mayor parte del día durmiendo y en tranquilidad, pero en la calle se llena de energía que debe tener la oportunidad de soltar. Por eso es aconsejable que tenga un espacio donde correr libremente y sin peligro, porque de no poder hacerlo se frustrará y no será todo lo feliz que debería.
El galgo español no es un perro especialmente propenso a sufrir enfermedades, aunque sí hay algunas afecciones que aparecen con asiduidad en razas grandes y delgadas como esta. Hay que tener especial cuidado con la torsión de estómago, un peligroso problema que puede poner en serio riesgo la vida del animal si no se atiende a tiempo. También puede sufrir cáncer de huesos, por ello es vital acudir con frecuencia al veterinario para realizar las revisiones pertinentes y para llevar al día sus desparasitaciones y su calendario de vacunaciones.
En términos generales, este galgo no va a necesitar cuidados demasiado diferentes a los de cualquier otro perro. Como cuidado a tener muy en cuenta, cabe destacar su alimentación. Debido a su propensión a sufrir torsión de estómago, es imprescindible ofrecerle siempre un alimento de máxima calidad, que además cuide de sus músculos y huesos. Es importante también proporcionarle dicho alimento en la cantidad adecuada y en diversas tomas al día, de modo que sea más fácil evitar cualquier problema gástrico. No olvides procurar ponerle la comida a una altura cercana a su cabeza, para evitar que tenga que agachar demasiado el cuello y que pueda hacerse daño.
Por lo demás, seguir unas pautas y buenos hábitos de vida será suficiente. Un cepillado cada par de semanas mantendrá su pelaje limpio y sedoso, junto con un baño completo una vez al mes o cada dos meses. Una educación adecuada hará que el animal sea tranquilo y obediente en todas las situaciones. Cariño y ejercicio físico y mental a diario y durante bastante tiempo serán los complementos para disfrutar de un compañero feliz y agradecido.
Si estás pensando en comprar un galgo español, recuerda que son muchos los animales abandonados cada año de esta raza después de la época de caza. ¿Qué te parece acudir a un refugio canino y dar una segunda oportunidad a alguno de ellos? El perro te agradecerá más que nadie su nueva vida, y además estarás ayudando a frenar la cría abusiva de cachorros de galgo español. Además, si encuentras cachorros de galgo español en venta, es posible que no pertenezcan a criadores profesionales y responsables. Los intereses de algunos criadores de galgo español no son lícitos, por eso no deberías confiar en personas que no tengan referencias anteriores o de dudosa procedencia.
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