El foxhound inglés es una de las razas de caza tipo sabueso más populares que existen. Se conoce en todo el mundo por las representaciones artísticas donde aparece, especialmente aquellos cuadros representativos de la caza del zorro de Inglaterra, donde sin duda alguna estos canes eran los protagonistas.
Su origen se remonta posiblemente a cruces entre perros muy antiguos, uno de ellos extinto en la actualidad. El perro de San Huberto, originario de Bélgica, y el Talbot, cuya aparición en Gran Bretaña fue escasa y desapareció al poco tiempo con toda la raza. Mediante las características de dichas razas, se empezó a gestar un perro con un olfato inigualable, deseado especialmente por los cazadores para acompañarles en sus actividades diarias.
Con el tiempo, se fueron definiendo sus características hasta conseguir un perro muy esbelto, de tamaño medio, y capacitado para la caza como ninguno. Incluso hoy en día es difícil encontrarlo únicamente como perro de compañía, por lo que es de suponer que en sus inicios servía como animal de caza en exclusiva. Este animal estaba capacitado para trabajar sin descanso durante muchas horas, moviéndose por cualquier terreno y persiguiendo rastros que para otros pasarían desapercibidos. Además, tienen un fuerte marcado instinto de apego con su dueño, por lo que su forma de actuar pasa por no separarse del cazador montado a caballo.
Estos animales trabajaban siempre en jaurías, por lo que lo más común era verlos en grupos grandes. Por este motivo, se trata de una raza de perro muy sociable por naturaleza, que tiende a llevarse bien con otros canes.
Aunque se sabe que la historia de esta raza tuvo su inicio en el siglo XIV, no se tienen registros de ella hasta finales del siglo XVIII. Desde ese momento, su crianza fue muy selectiva, y realizada solo a partir de líneas muy cuidadas y de ejemplares selectos, con el objetivo de potenciar aquellas características más útiles como perros de caza. Estos animales fueron también la base para otras razas francesas y europeas, por lo que se le debe mucho a la raza foxhound inglés.
En 1964, el English Kennel Club publicó por fin el primer estándar de este perro de caza inglés, y ese mismo año fue reconocido por la FCI. Durante mucho tiempo, fue una de las razas más importantes y numerosas de Inglaterra, llegando incluso a conocerse unas 250 jaurías de foxhound en el país, pero la prohibición de la caza del zorro en la actualidad hace que el futuro de estos animales sea incierto, puesto que no es habitual que se tengan como mascota.
En cuanto a su apariencia, esta raza recuerda al Beagle, con quien comparte muchas características. Ambos poseen rasgos muy similares en el rostro, un manto parecido, y orejas y tamaño también del mismo tipo. Se trata de una raza de tamaño medio, un poco más grande que el Beagle, muy esbelta y proporcionada, de gran fortaleza. Su cuerpo fibroso y estilizado, y sus patas largas y robustas consiguen un conjunto perfecto para el ejercicio en todas las circunstancias, por eso es tan buen perro de trabajo.
El foxhound inglés es un animal muy atlético, uno de los más grandes de entre todos los sabuesos, pero no tanto en comparación a otras razas. Destaca en su cuerpo la forma de su cabeza, alargada y cuadrada, con unos ojos grandes y profundos, generalmente oscuros, y unas orejas grandes que se doblan en la cabeza y caen a ambos lados de la cara. La cola es bastante larga y tiene forma de látigo, habitualmente la lleva a media altura, especialmente cuando caza. Sus movimientos son además rápidos y ágiles, y está capacitado para moverse por todo tipo de terrenos con facilidad.
La altura media el perro foxhound es de unos 58 centímetros a la cruz, con una pequeña diferencia entre machos y hembras, que son por lo general más pequeñas. Su peso se mantiene en unos 30 kilos de media, aunque hay ejemplares más grandes que pueden llegar a pesar más de 35 kilos. Su peso siempre está muy proporcionado con su altura, por lo que consigue mantenerse ágil y sano con facilidad.
El manto de esta raza es muy corto, duro y áspero al tacto, además de denso. Es un tipo de pelo muy fácil de mantener, que apenas requiere cuidados. En cuanto a su color, están admitidos todas las tonalidades, aunque lo más común es que su pelaje aparezca como el del Beagle, en dos o tres colores predominados por el blanco, con manchas negras, marrones o fuego.
La energía desmesurada es la base del temperamento del foxhound inglés. Es un animal que necesita estar activo la mayor parte del día, realizando ejercicio o cualquier tipo de actividad que le mantenga ocupado. No es un perro recomendable para las personas que busquen tranquilidad al llegar a casa.
Además de ser enérgicos, son muy ruidosos, y es que siempre hacen gala de las características habituales de los perros cazadores que son. Si se aburren, pueden volverse muy destructivos y molestos dentro de casa, por lo que antes de optar por esta raza hay que asegurarse de poder ofrecerle toda la actividad diaria para que desgaste esa energía que puede durarle varias horas sin descanso.
Adoran los juegos y los paseos en familia, y también son cariñosos en su justa medida. Se recomienda tenerlos atados por la calle, puesto que su instinto de caza hará que salgan corriendo detrás de cualquier presa que localicen. A través del ejercicio y de una educación adecuada, será posible disfrutar de un perro muy alegre y dócil, bueno con los niños y sociable con otros perros.
El foxhound inglés es una raza de gran fortaleza, que no tiene asociadas enfermedades genéticas como sí ocurre con otras razas. Pueden sufrir displasia de cadera en su madurez, epilepsia o enfermedades renales, pero su incidencia es proporcionalmente más pequeña que en otras razas caninas.
Para mantener al foxhound en un perfecto estado de salud, hay que incidir especialmente en su alimentación y en la cantidad de ejercicio que se le puede ofrecer. También es aconsejable acudir al veterinario con frecuencia para realizar las revisiones oportunas y descartar cualquier problema, además de mantener al día su calendario de vacunas y de desparasitaciones.
Su pelaje apenas necesita cuidados, y basta con un cepillado de vez en cuando para que se vea perfecto. Lo mismo ocurre con los baños, que no deben ser muy frecuentes para proteger su propia piel.
Habrá que cuidar la alimentación del foxhound, tanto en calidad como en cantidad, para evitar que engorde demasiado, porque esta raza tiende a la obesidad cuando no se ejercita correctamente, lo que puede desembocar en diversos problemas de salud de importancia. También es recomendable dosificar el alimento en varias tomas al día, para evitar que pueda sufrir torsión de estómago, especialmente en ejemplares de edad avanzada.
Lo más relevante a nivel de cuidados y de salud de esta raza es procurar que puedan realizar el ejercicio adecuado, de varias horas al día, y con diversas actividades que vayan más allá de los largos paseos. Este perro necesita correr y ejercitarse también a nivel mental, porque si no se aburrirá y empezará a tener comportamientos indeseados dentro de casa.
Por último, en cuanto a la educación, esta raza es relativamente fácil de enseñar si se hace a una edad temprana, ya que es muy dócil y sociable por naturaleza. Es importante sobre todo tratar de controlar sus instintos de caza por su propia seguridad, y procurar que obedezca a las órdenes. Lo más aconsejable para lograr un perro educado es mezclar las sesiones de entrenamiento con otros juegos para que no se aburra, y hacerlo siempre desde una perspectiva positiva.
Aunque no se trata de una raza habitualmente tenida como mascota, lo cierto es que el foxhound puede ser un gran compañero de aventuras para personas deportistas y con vidas muy activas. Si quieres hacerte con un ejemplar de la raza, tendrás que buscar algún criador especializado en la raza, porque así obtendrás la información de primera mano y contarás con todas las garantías que necesites sobre la salud del cachorro. Todo el esfuerzo que realices merecerá la pena para poder disfrutar de tu nuevo mejor amigo, que te acompañará en todo momento y durante muchos años.
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