Es bastante común escuchar que algunas personas se quejan de que sus perros no se toman nunca un respiro. Saltan, corren, se mueven de un sitio para otro, mordisquean y nada parece calmarlos. ¿Es posible que se trate de un perro hiperactivo?

Hay varias señales, muy claras, que ayudan a identificar si se trata de un perro un poco juguetón o es algo más serio. Hay que tener presente que ellos reaccionan a su entorno, al igual que al temperamento de las personas.

Ese dato es importante, al igual que factores como alimentación, ejercicio y el afecto, entre otros, para saber si tu perro necesita ayuda o solo un poco de atención.

¿Cómo saber si tengo un perro hiperactivo?

Es muy importante conocer la raza de tu perro para saber su nivel de energía. Hay canes que evolucionaron como cazadores, vigías, pastores, etc. Por esta razón, algunas razas necesitan tener verdadera actividad física que ponga en movimiento todas sus reservas. Dálmatas, Beagles, Cockers, Border Collies, Bóxers, Retrievers y muchas otras razas caninas y mezclas son miembros del club de perros altamente enérgicos.

Un perro de estas características con una vida sedentaria es probable que se vuelva frenético en cualquier momento. Con esta ida clara hay varias conductas que pueden calificar al perro hiperactivo. Entre ellas hay que mencionar que tiene conductas dañinas: muerden los muebles, las puertas, los zapatos, incluso llegan a destrozar muebles.

No pueden permanecer en un sitio. Incluso con recompensas, les cuesta estar en reposo. Saltan o empujan a los otros perros, incluso a los humanos a su alrededor, casi como si no los vieran. Además, buscan atención constante, chillan, se quejan y lloran. Muerden a las personas aunque no sea necesariamente un grado peligroso.

Hacen sus necesidades en cualquier lugar de la casa y luego se esconden. Es común que tengan la postura de un cazador, como si fuese a saltar en cualquier momento.

¿Por qué un perro se vuelve hiperactivo?

La primera respuesta es que muchas veces lo causan los humanos. Sobreestimulan a los perros, hacen que estén ansiosos, corriendo o con juegos que los alteran todo el tiempo. Al final lo adoptan como la conducta aceptable.

Algunos padecimientos pueden hacer que el perro esté en continúo aceleramiento, de modo que la consulta regular al veterinario es obligatoria. En ocasiones, es una respuesta ante la ausencia del humano al que están conectados. Esto ocurre cuando no se les ha educado para estar solos.

¿Cómo ayudar un perro hiperactivo?

La primera sugerencia parece la más obvia y la más difícil de llevar a cabo: calmar al perro. Lograrlo requiere ante todo tener una actitud tranquila, ya que el perro capta el estado de ánimo con mucha facilidad. Si el perro está excitado y humanos reaccionan en el mismo nivel emocional, se está alimentado esta conducta. Así que evita alterarte o tratar de entrar en su misma conducta. Es decir, en esos momentos no puede haber caricias, regalos, hablarle como un niño pequeño, darle comida o snacks o subirlo a la cama. Todo ello solo le hará creer que está comportándose como lo esperan. 

Prueba con no reaccionar si te busca, te mordisquea. Puedes usar un comando de autoridad como “no” o el que prefieras. Pero, sobre todo, trata solo de permanecer inmóvil o con mucha calma. Al principio, reaccionará confundido y tratará de que le sigas el juego. Si en algún momento notas que baja la intensidad, entonces dale afecto, caricias, sin mucho sobresalto. Incluso alguna golosina. Es un hecho repetido que ignorar a un perro que salta alrededor, incluso encima de una persona, lo hace tranquilizarse muy rápido.

¿Qué más puedes hacer por tu perro hiperactivo?

El ejercicio es esencial para que pueda explotar su energía. Algunos canes necesitan más que un simple paseo. Puedes usar circuitos que físicamente lo exijan más. Si le gusta nadar, usa eso también para que se mueva.

Ahora bien, el punto más importante es terminar la actividad. Planifica una rutina, con una misma duración de tiempo y que al final le haga entender que terminó el juego, las carreras o lo que esté haciendo. Usa una palabra que identifique con claridad, al mismo tiempo debes detenerte y hacer que vaya hacia ti. Una vez que se siente o se acueste, mejor, entonces hay que premiar sin excitar. Caricias calmadas, un snack y no estimularlo a la actividad de nuevo.

Para evitar que coja todo en casa como un campo de mordisqueo, dale un juguete o varios. Al final se conectará mejor con uno o dos, enséñale que los puede morder, y si quiere morder algo diferente, usa el comando de reprender. Luego señala o dale el juguete.

Los perros no son solo capacidad física, también tienen emociones y poseen inteligencia. Estos elementos necesitan tener atención igual que la parte motora. Utiliza juegos que estimulen sus sentidos, que requieran que resuelva enigmas, descifre problemas y le haga tomar decisiones. Es muy probable que un perro hiperactivo sea un perro que no tiene estimulación mental porque es a lo que menos se presta atención.

Recuerda que casi siempre los perros reaccionan al trato que tienen. De este modo, gratificar que se encuentre tranquilo y relajado, lo ayudará a tener esa conducta. Tener un lugar para su cama, sus juguetes y donde se pueda refugiar también lo ayudará a calmarse. Hay que llevarlo a entender que allí es para acostarse, descansar y permanecer tranquilo.

Identifica si hay sonidos, luces o actividades que en especial lo lleven a estar en un nivel de energía exagerada. De ser así, es necesario evitar que el can se vea expuesto a esos estímulos. En caso de que no se puedan suprimir o no se pueda tener al peludo lejos de ellos, entonces hay que educarlo para que no lo alteren. En esos casos viene muy bien el consejo del veterinario, para que oriente respecto a cómo modificar estas reacciones o con un entrenador de conducta.

Todas estas recomendaciones y observaciones están dirigidas a perros que ya han dejado de ser cachorros o muy jóvenes. En las primeras etapas de la vida es normal que los perros estén en constante actividad, que no quieran hacer otra cosa que jugar todo el tiempo. Los problemas inician cuando quieren seguir así al convertirse en adultos.

Si no ves cambios en tu perro, con todos estos consejos que te ofrecemos, es necesario recurrir al especialista. En ocasiones, algunos alimentos lo llevan a un estado alterado o debido a algún valor químico o biológico se descontrola. Para descartar esto, debe ser evaluado por el profesional.

Por otra parte, hay que desechar cualquier castigo violento o agresivo hacia el perro ya que lejos de ayudarlo, eso solo hará que sea más enérgico o incluso agresivo.

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