Fruto del envejecimiento, el tamaño o el sobrepeso y la obesidad, la artrosis en perros es una enfermedad molesta y sin cura que precisa de mucha atención. Pese a que su tratamiento se limite a los cuidados paliativos, factores como protegerlos del frío extremo o controlar su dieta pueden marcar una gran diferencia. En especial, actuando como mitigadores que prolonguen y estabilicen la calidad de vida de nuestros peludos.
Una enfermedad que podemos paliar, pero no eliminar
Tomando como origen distintos indicadores, la artrosis canina puede ser dolorosa y muy molesta alterando el bienestar de nuestros peludos. Sin embargo, aunque exista un tratamiento, se trata de una enfermedad que carece de cura, pero que, si sabemos abordarla correctamente, cuyos síntomas podremos paliar o mitigar. Siempre, teniendo en cuenta sus hábitos como también sus características y el grado de la enfermedad.
Por ejemplo, la comida para perros con artrosis suele ser una buena solución. Se trata de comida deshidratada para perros con problemas de articulaciones, con recetas a base de alimentos naturales y nutritivos como la dieta Naku para remediarlos. En todo caso, existen diversos conceptos a tener en cuenta para el tratamiento de un perro con artrosis. Desde sus cuidados y alimentación hasta la medicación y otros consejos.
Los factores que causan la artrosis en perros
Aunque el envejecimiento, como sucede con los humanos, es uno de sus factores de riesgo, la artrosis en perros puede tener distintas causas. De hecho, incluso el tamaño del perro puede determinar la patología, ya que los canes de mayor volumen como los Pastores Alemanes o los Rottweiller son más propensos a causa del mayor peso. Y, en relación a ello, el sobrepeso y la obesidad pueden ser verdaderamente negativos.
El exceso de peso en perros puede provocar un desgaste de las articulaciones. En concreto, de sus cartílagos, traduciéndose en la posterior fricción de sus huesos. Algo que resulta verdaderamente doloroso y razón por la que, tratándose de una alteración degenerativa y crónica, afecta evidentemente en el comportamiento de los perros. Ya que el problema afectará a su movilidad, su ánimo y, por ende, a su calidad de vida.
Así, nuestro perro puede proyectar su artrosis mostrando pocas ganas de jugar, una dificultad o lentitud mayor para moverse y otras conductas derivadas fruto del dolor y el impacto psicológico al que se ven sometidos. Motivo por el que, como se ha dicho, el poder paliativo del tratamiento puede hacer de la artrosis una enfermedad más llevadera. Aunque su impacto en la salud y el bienestar sea, por desgracia, irreversible.
¿Cuáles son los síntomas?
La artrosis causa en los perros una serie de problemas que se afectan entre sí y, al final, dando como resultado una reducción considerable de la movilidad. Siendo una de las zonas más propensas, y a menudo fruto de la displasia aparecida en el crecimiento del can, la cadera. Afectando así al movimiento de modo que nuestro perro presente cierta cojera al caminar o que le sea más difícil realizar pequeñas actividades.
Además, otro punto a tener en cuenta es que el dolor empeora en invierno, ya que le frío extremo puede incrementar la percepción del dolor de la artrosis. Sin embargo, hay que estar atentos también al otoño, ya que la humedad también puede agravarlo. En conjunto, síntomas muy molestos, dependientes de la climatología, y contra los que debemos combatir mediante tratamientos que mitiguen su impacto lo mejor posible.
Poniendo un ejemplo, una de las soluciones aconsejables frente a la exposición al frío son las mantas terapéuticas y los abrigos térmicos e impermeables. Eso, al menos, al pasar tiempo en el exterior. Ya que, si la baja temperatura también acaece sobre el ambiente interior, podemos encontrar camas y colchones térmicos que preserven el calor. En todo caso, soluciones a las que deben añadirse otros cuidados de importancia.
Los cuidados paliativos son la única solución
En primer lugar, uno de los aspectos que debemos valorar es el de la medicación En caso de seguir esta pauta, será preciso optar siempre por fármacos de origen natural y sin efectos secundarios. Pero, además, para evitar que el exceso de peso causado por la inactividad agrave otra vez la artrosis, controlar su dieta es imprescindible. En especial, y según se ha mencionado, con comida deshidratada como la de Naku.
Asimismo, y aunque le resulte dificultoso, debemos incentivar el ejercicio físico de nuestro perro para ralentizar el desgaste articular. En caso de que percibamos un mayor dolor, pudiendo usar protectores ortopédicos para reducir el impacto del ejercicio en sus codos, cadera, rodillas y otras zonas. Además, consiguiendo aliviar las molestias llegando incluso a poder acelerar la curación de las lesiones de nuestro peludo.