Como todos quienes aman tener perros, siempre quieres que tu compañero esté sano, feliz y juguetón. Sin embargo, todo animal tiene sus riesgos y uno de los factores que es muy común que los afecte son las garrapatas.
Estos arácnidos anidan en el perro, se alimentan y crecen con su sangre, muchas veces de manera indetectable. Es decir, son parásitos que además transmiten muchas enfermedades. Aquí te mostraremos sus síntomas y opciones para que las garrapatas en tu perro no sea un dolor de cabeza.
Garrapatas en perros: Señales de alerta
La principal pista de la presencia de las garrapatas en perros es su desesperación por rascarse. Puede haber varios motivos para que el can se rasque, pero las garrapatas a menudo tienen el protagonismo.
Es posible que aparezcan señales de sangrado en la piel, más visibles si son de pelo corto. Esto es una alerta para palpar en detalle a tu perro por el cuello, vientre, bajo la cola, bajo las orejas estas zonas son las más habituales de infestación. Lo ideal es que revises por completo a tu compañero.
Otras señales de este problema es la pérdida de energía, pasa mucho tiempo inactivo, o incluso tener inmovilidad. Esto se ve en casos más severos.
Tipos de garrapatas en perros
Tal como señalamos las garrapatas no son insectos, son más bien arácnidos con sus cuatro pares de patas. Se suelen encontrar de manera más habitual en zonas cálidas, por lo que el verano puede ser más frecuente aparición.
Las garrapatas son ácaros muy resistentes, pueden pasar largos períodos sin alimentarse, incluso las larvas. Por lo que pueden pasar un tiempo prolongado a la espera de que se aproxime un huésped para subir a alimentarse.
De manera general se han establecido dos grupos de garrapatas. Se han diferenciado de acuerdo a su consistencia. Las garrapatas con un caparazón resistente, lo que las hace duras; en tanto que hay otras que son blandas, al no poseer esa estructura.
Elimina y previene las garrapatas en tu perro
Existen diferentes métodos para eliminar las garrapatas de tu perro. Algunos de ellos incluyen elementos naturales como el uso de los cítricos, el vinagre o la manzanilla. Así que puedes mezclar uno de estos elementos con agua y ponerlo donde ubiques al parásito. Este dejará de morder, por lo que será más seguro quitarla con una pinza, sin peligro de que una parte de la garrapata quede aferrada a la piel.
También se puede utilizar para este fin aceite de oliva, vaselina. Un instrumento de gran ayuda es el peine antipiojos que funciona también para retirar las pulgas. Lo importante es que tras retirar el arácnido, usa agua oxigenada en la zona para evitar que se infecte la zona.
Para este problema también hay una variedad de productos químicos. Entre ellos están las pipetas, atomizadores, collares entre otros. Cada uno tiene un campo de acción para generar resultados efectivos.
Prevención de garrapatas en perros
Aunque parece casi inevitable que las pulgas lleguen a tu perro, hay medidas que puedes tomar para evitarlas.
La limpieza es esencial para mantener alejados a los parásitos. Por eso hay que lavar a menudo todo los textiles que estén en contacto con tu perro: ropa, ropa de cama, almohadas, etc. también hay que ser constante en el aseo de alfombras y muebles.
El uso de collares antiparásitos es de gran ayuda, ya que mantiene su efecto por un período largo de tiempo. Para bañarlo emplea champú que indique actúe contra las garrapatas. Su efecto no es tan prolongado como los dispositivos que liberan sustancias contra estos, pero es un gran apoyo para prevenir su aparición.
Una estrategia, que te será de gran ayuda, es revisar a tu perro al volver a casa luego de un paseo. Sobre todo si estuvo en un sitio donde suelen estar otros perros, o espacios como parques, lugares con vegetación, entre otros.
La fumigación, tanto en interiores como exteriores, es de gran ayuda para evitar infestaciones tanto de garrapatas como de otros parásitos. Existen diferentes productos eficaces y seguros para esta tarea.
Si el problema se agrava o detectas que la salud de tu perrito decae, es recomendable que acudas con tu veterinario. Así tendrás opciones o tratamientos que requieren autorización profesional.