El carea leonés, llamado también como pastor leonés, es una raza con una historia muy particular. Es popularmente sabido que esta raza cuenta con cientos de años a sus espaldas, pero lo cierto es que su historia oficial es muy reciente, puesto que su reconocimiento llegó en agosto de 2016, gracias a los esfuerzos de un pastor que durante más de 30 años se dedicó a criar y seleccionar los mejores ejemplares de la raza.
Se trata de un perro de tipo pastor, razón por la que también se ha conocido como pastor leonés, o perro de Aqueda. Una raza autóctona española que tiene su origen entre las regiones de León y Zamora, y que durante siglos ha sido y es compañero indiscutible de los pastores de estas zonas. Sus inicios son inciertos, pero lo más probable es que tengan que ver con la mezcla de diversas razas y perros mestizos que poblaban estas zonas, y que fueran poco a poco introducidos en las tareas humanas, principalmente el pastoreo y la guarda de propiedades.
La importancia del perro carea leonés ha sido máxima a lo largo del tiempo como perro de trabajo, pero, al no ser tan llamativo en otros aspectos, no suscitó el mismo interés que otras razas como perro de compañía o para otras tareas. Esta es una de las principales razones por las que la raza ha tardado tanto en ser reconocida. Aún hoy, y a pesar de contar con el reconocimiento oficial como raza autóctona de la Real Sociedad Canina Española, no existe ninguna otra organización fuera de las fronteras de España que reconozca al carea leonés o pastor leonés como una raza propia.
Además de su importancia en las regiones del norte de Castilla y León, esta raza posee una especial relevancia en todo el norte de España, por donde se expandió casi de forma natural al permanecer siempre junto a los pastores. Sus características originales eran muy similares a las actuales, y además se fueron potenciando con el paso del tiempo para conseguir ejemplares todavía mejores en el desarrollo de sus actividades. Tanto su tamaño como el resto de características físicas tenían como objetivo facilitar el pastoreo de ganado ovino, aunque también era frecuente ver al carea leonés guiando reses de unos lugares a otros.
La adaptación al medio de este animal es una de las más impresionantes de todas las razas de perros, de ahí que fuese más bien sencillo encontrarlo en otras regiones más allá de su lugar de origen. Además de su evidente funcionalidad como perro de pastoreo, el carea leonés se hizo un hueco durante la primera mitad del siglo XX como perro de trabajo en general debido a la escasez de mano de obra provocada por la Guerra Civil. Esto hizo que el número de ejemplares aumentara considerablemente, al mismo tiempo que el perro carea se ganaba la confianza, admiración y respeto de las personas.
El hecho de que principalmente se utilizara como perro de trabajo y no como mascota, ligado a que su apariencia no es de las más llamativas del reino canino, impidió que esta raza alcanzase en popularidad a otras razas en cuanto a número de ejemplares. Una vez que hicieron falta menos perros de trabajo, los cachorros de carea leonés que nacían cada vez eran menos, y, aunque en la actualidad la raza está afianzada y su supervivencia garantizada, lo cierto es que no resulta sencillo encontrar a estos animales de un modo tan evidente como sí ocurre con otras razas de perro que viven como animales de compañía.
Una de las principales características del perro carea leonés es la agilidad que presenta en su movimiento. Si bien no se trata del perro más robusto ni fuerte en cuanto a su tamaño o dimensiones, está más que capacitado para el ejercicio físico gracias a sus características morfológicas. Como perro de pastoreo, resultaba mucho más importante conseguir una raza rápida y ágil que demasiado robusta, y eso es algo que se consiguió con estos animales sin ninguna duda.
El pastor leonés es un perro de tamaño medio, capacitado para moverse por los terrenos más adversos del norte de Castilla y León, pues su adaptación al medio se gestó a lo largo de muchos años. Este mismo tiempo de actividad como perro pastor junto a los seres humanos permitió que arraigara su instinto de trabajo, por lo que es una de las razas con mayores capacidades naturales para ejercer la actividad de pastorear, lo que no quiere decir que sea también extremadamente inteligente y que pueda aprender diversos trucos y órdenes.
También se caracteriza esta raza por la energía que posee a nivel físico. Adora correr mostrando siempre un movimiento fluido y limpio, y está capacitado para aumentar o reducir bruscamente la velocidad en carrera, además de cambiar de dirección sin perder ni un ápice de su elegancia o el equilibrio. Aunque no tiene una velocidad punta extrema, lo cierto es que se trata de un perro rápido y deseoso siempre de correr, por lo que es de extrema importancia que el propietario de un ejemplar de esta raza pueda colmar sus necesidades en cuanto al ejercicio.
La morfología de un pastor leonés es similar a la de cualquier otro pastor. Son perros de tamaño medio, que guardan perfectamente las proporciones y que cuentan con una extremidades alargadas y fuertes. Destaca en su rostro una expresión que se mantiene siempre alerta, un hocico alargado, de tipo lobo, ojos de tamaño medio y profundos, y unas orejas grandes que pueden aparecer tanto erguidas como caídas a ambos lados de la cabeza.
La altura del pastor leonés suele encontrarse entre los 48 y 55 centímetros en machos, y entre 45 y 52 centímetros en hembras. El peso debe mantenerse siempre proporcional, y mostrar un perro fuerte pero ágil, con facilidad de movimiento. No tiene tendencia a engordar debido a su alto nivel de energía y actividad, pero siempre es recomendable controlar su alimentación para que se encuentre en perfectas condiciones de salud.
El pelaje más típico del carea leonés es el que se conoce como manto alrequinado, con un negro disuelto que deja ver manchas de diversos colores, como grises y blancas, que se distribuyen sin un patrón único por todo el cuerpo del animal. También es posible encontrar ejemplares completamente negros y otros con una tonalidad leonada en la cara y en las extremidades. La textura del pelaje es suave y aparece en doble capa. La capa interna es densa y muy corta, la capa externa es un poco menos densa y semilarga, por lo que no requiere excesivos cuidados para mantenerse en perfectas condiciones.
Si hay una característica que define el temperamento del pastor leonés desde pequeño es que se trata de un animal incansable en su trabajo. Incluso el carea leonés cachorro mostrará habilidades únicas en su campo. Es capaz de trabajar sin descanso en sus funciones como perro pastor incluso en las peores condiciones climatológicas, lo que se debe al arraigo del pastoreo en su interior.
También hay que destacar que se trata de un can de gran inteligencia, que siempre se mantiene alerta y que está muy atento a su dueño en todas las circunstancias. El carea es un perro capaz de aprender todo tipo de órdenes y suele obedecer con facilidad, por lo que resulta un compañero de juegos inmejorable o a la hora de realizar cualquier actividad. Únicamente hay que tener en cuenta que el apego que siente por su dueño no lo siente en la misma proporción por los desconocidos, por lo que puede mostrarse algo tímido con ellos. Esto quiere decir que la socialización es fundamental en esta raza ya desde el carea leonés cachorro. De esa forma será un adulto equilibrado y amistoso con todo tipo de perros y también con los seres humanos.
También cabe mencionar que es un animal que establece un fuerte vínculo con su propietario, pero no tiene una dependencia tan grande como sí ocurre con otras razas. Por eso se recomienda para personas que no necesiten un afecto físico constante, pero que sí sepan valorar la compañía de su mascota.
Es posible afirmar que la salud de los perros de carea leonés es envidiable para la gran mayoría de razas caninas. Su forma de vida y crianza a lo largo de los años han hecho que hoy en día este animal sea más fuerte y robusto que muchos de sus parientes cercanos. No se conocen enfermedades hereditarias que afecten a la raza, y es menos propenso a desarrollar las enfermedades más habituales de los perros. No obstante, siempre se recomienda acudir al veterinario a hacer un par de chequeos anuales, además de mantener al día su calendario de vacunas y desparasitaciones.
El carea leonés es un perro que necesita pocos cuidados básicos en relación a otras razas más conocidas. Buena parte de su mantenimiento tiene que ver con la propia naturaleza de la raza, por lo que lo más importante es mantener unos hábitos de vida que sean saludables en lo que se refiere a alimentación, educación, ejercicio e higiene.
Es importante cepillar el manto del carea leonés un par de veces a la semana, quizá más en la época de muda, para eliminar todo el pelo muerto y la suciedad. Además, si se trata de un perro que pasa mucho tiempo en el campo, conviene revisar su pelaje con frecuencia para descartar que se hayan podido colar espigas o parásitos externos en su interior. Con estas precauciones y un baño cada 6 u 8 semanas, será suficiente para que el aspecto del perro pastor leonés sea siempre óptimo.
La alimentación y el ejercicio son dos cuestiones íntimamente relacionadas, que no pueden entenderse la una sin la otra. En primer lugar, hay que tener en cuenta que la mayoría de los perros carea son muy glotones por naturaleza, pero no controlar las raciones de comida implica que pueden desarrollar obesidad con relativa facilidad. Siempre es recomendable apostar por un alimento de alta calidad, y dividir su ración diaria en dos o tres tomas. De este modo estarás además protegiendo a tu mascota de sufrir una peligrosa torsión de estómago. Por otro lado, esta raza requiere un elevado nivel de ejercicio, tanto físico como mental, a diario. Esta cantidad de ejercicio también determinará en parte la cantidad de alimento, puesto que no tienen las mismas necesidades de aporte calórico un perro que viva en un piso o uno que viva en un terreno donde correr.
No se puede olvidar tampoco la educación. El perro carea leonés es, en términos generales, un animal sencillo de educar, dócil y siempre dispuesto a obedecer. No obstante, es imprescindible educarlo correctamente desde cachorro, especialmente para controlar sus instintos de pastoreo si se pretende tener únicamente como animal de compañía. Con una educación firme, a través de los premios y el cariño, el carea leonés responderá perfectamente a cualquier orden y truco que se le quiera enseñar. Del mismo modo, es muy conveniente incidir en la socialización con todo tipo de animales y personas, para que de adulto no tenga ningún comportamiento adverso con extraños.
En la película de Ridley Scott, ‘El Reino de los Cielos’, aparece un ejemplar de esta raza que tiene cierto protagonismo en el transcurso de la historia. Aunque mucha gente no lo reconoce debido a que sus características físicas no son tan únicas como en otras razas, este perro es especial en muchos sentidos, y demuestra sus dotes tanto físicas como psíquicas siempre que aparece en pantalla.
Si estás pensando en hacerte con un ejemplar de esta raza para compartir tu vida, es imprescindible que busques un criador especializado que pueda darte todas las garantías acerca de la salud y temperamento del cachorro. Ten en cuenta que la raza se ha reconocido recientemente, por lo que no todas las personas que crían carea leonés pueden asegurar que sus cachorros cumplen con el estándar marcado por la raza. Aunque resulte una tarea algo compleja y costosa, también será más que satisfactoria cuando llegue el momento de comenzar una nueva vida junto a tu cachorro.
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