La gran cantidad de razas de perros, con sus diferentes tamaños, colores y comportamientos permite que exista un perro para cada persona. Un animalito con el que cada quien se siente identificado y a gusto. Así, para algunos, lo importante es un perro tierno a quien tener en brazos todo el día. Para otros lo que cuenta es el carácter fuerte y vigilante del can.
Con el bulldog hay una gran fascinación por diversos motivos. Por lo que es fácil verlos en muchas casas, como un miembro más de la familia. Juguetón, travieso, sereno y paciente. Puede ser testarudo pero es una gran compañía social.
Como con cualquier compañero es importante conocerlos para saber darle los mejores cuidados para que esté feliz y seguro. Para ello hay que saber sobre su alimentación, problemas de salud, precauciones. También debes conocer sobre los ejercicios y todo lo que necesitan para estar activos.
Aquí te diremos todo lo que necesitas saber sobre estos hermosos compañeros
El origen de este can se ubica en Gran Bretaña. Su nombre se puede rastrear hasta el año 1630 cuando, de acuerdo a los expertos en estudios sobre origen de razas, fue clasificado.
La fuerza de estos animales está ligada a sus orígenes, en los que se utilizaba para lidiar con toros, tanto para controlarlos y custodiarlos, como para el combate. De acuerdo a diferentes fuentes, en esa época era usual presentar peleas entre estos perros y toros. Lo que podría explicar el origen de su nombre. Su carácter quedaba en evidencia con estas contiendas al que al enfrentar a otros animales de mayor tamaño.
Es descendiente de perros de gran tamaño, y uno de sus ancestros se ha documentado como Old english bulldog. Un perro de gran fuerza, con una desarrollada musculatura. Tenía la habilidad de morder a los toros sin dañar la carne. Ese antepasado, tenía un hocico saliente, en comparación con la actual raza. También, comparativamente, era más alto.
Una vez que las leyes prohibieron este tipo de peleas, su población disminuyó y junto con la práctica de cruzarlo con otras razas, este antiguo ejemplar desapareció. Debido a estas mezclas son varias las razas actuales cuyo origen se debe a este canino.
De este linaje canino valiente, seguro y fuerte, hay tres descendientes actuales, que son adorados por sus características y su aspecto.
Hay tres razas bien definidas de bulldog:
Cada raza tiene diferentes variaciones de diferentes características, aunque también comparten muchos rasgos.
Estas son algunas de las características de estas razas:
En general la primera impresión del bulldog es que puede ser agresivo. Es posible que esto tenga que ver con sus antepasados y las actividades a las que los dedicaban. Aunque en los hechos no es así, tal como lo veremos en las claves sobre su comportamiento.
Su aspecto compacto, que incluso podría decirse rechoncho es una de sus cartas de presentación, al igual que su rostro arrugado y aplastado. Su nariz es muy peculiar debido a que el hocico apenas sobresale. Se suele llamar trufa a esta nariz de escasas dimensiones.
Sus ojos son pequeños y bastante separados. La mandíbula es fuerte. La parte inferior sobresale respecto a la superior, dejando expuestos algunos dientes. Posee una capacidad de gran presión al morder. Su cuello es llamativo por lo ancho y fornido.
Las orejas son pequeñas y delgadas, suelen caer un poco hacia adelante. Su cuerpo es firme, musculoso, tanto como sus patas que de modo usual son arqueadas y cortas, lo que lo hace muy estable.
Son varias las tonalidades que presentan estos amigables compañeros. Los más usuales que puedes ver son leonado, pinto, rojo, blanco, en combinaciones de hasta 3 colores, atigrado.
En una medida general los machos suelen pesar cerca de los 25 kilogramos, mientras que las hembras tienen un aproximado de 23 kilogramos. En cuanto a la altura las hembras alcanzan los 37 centímetros, mientras los machos, los superan por muy poco con un promedio de 40 centímetros.
El pelo del bulldog presenta características muy propias. Es corto y liso, por lo que no es excesivo el cuidado que requiere para mantenerlo sano. Sus notables arrugas son parte de rasgos más reconocidos.
A diferencia de otros perros, la piel del bulldog no es ceñida o ajustada. Por el contrario luce colgante, con pliegues cuya profundidad o espesor pueden variar. Su papada suele ser notoria, ya que guinda de su rostro, así como sus mejillas.
Es muy común que el bulldog sea percibido como amenazante, ya que puede parecer feroz. Lo cierto es que su conducta está muy alejada de esa descripción, pero esta imagen se puede remontar a sus orígenes y al uso que le daban a su antepasado.
Este pequeño y fuerte perro es un gran compañero tanto para adultos como niños. Su carácter sereno, amigable, amante de estar en casa, así lo demuestra. Una cualidad de su comportamiento, que es perfecta si hay niños en casa, es su paciencia. Lo que ayuda a que puedan interrelacionarse sin peligro.
Estas expresiones de su conducta no deben confundirse con una actitud sumisa. El bulldog sigue siendo un animal protector y guardián, mantiene distancia ante extraños y animales desconocidos.
Como suele ocurrir con todas las razas, cada una puede tener sus propias dolencias, además de las que comparten como caninos.
Entre los problemas que puede enfrentar está una afección en los párpados. Estos pueden curvarse, de modo anormal, hacia adentro o hacia afuera, lo que afecta el globo ocular y la visión.
Dada la estructura aplanada del rostro, lo que hace que la nariz tenga poca proyección, facilita los problemas respiratorios. Esto se puede ver en síntomas en dificultades para respirar, segrega fluidos por la nariz. Además, puede sufrir de problemas del corazón que pueden ser severos.
Otro problema común en esta raza es sufrir de golpes de calor. Algo común a animales con esta anatomía craneal. También tiende al aumento de peso, ya que no son muy activos, algo que puede derivar en obesidad. Lo que puede potenciar otro problema habitual en ellos como es la displasia de cadera, al igual que problemas óseos en general.
Hay que tener presente que la longevidad de un animal está en relación a los cuidados que se le den. Sin embargo, hay un estándar sobre los años de vida en cada especie.
En el caso del bulldog se observa que vive entre los 8 y 10 años. Lo importante es tener toda la información y asesoramiento para que sea saludable, con una vida rodeada de cariño.
Tal como comentamos el peso de estos animales suele ser un problema. Para prevenirlo hay que ser vigilantes con la comida. Tanto con la calidad del pienso, como con la cantidad. Tienden a ser sedentarios, así que porciones adecuadas lo ayudarán a no enfermarse.
Tan importante como la alimentación en raciones adecuadas es la hidratación. Asegurarte que tome agua de manera regular ayudará en prevenir en problemas de calor y del corazón.
Es muy importante el control con el veterinario. Su ayuda en todos los temas de salud, son esenciales para que tengan una vida óptima.
En cuanto a su aseo, pueden ser bañados cada 3 a 4 semanas. Como son de pelo liso, no requieren que sea más a menudo. Los baños son importantes para eliminar insectos u hongos que lo puedan afectar.
Lo que no puedes dejar pasar es el aseo de los pliegues o arrugas. Se debe hacer al menos dos veces a la semana, ya que en estos pliegues pueden generarse problemas de hongos, irritación, entre otros. Puedes usar toallas húmedas e incluir un producto antibacteriano. Después hay que usar otra toalla para dejar seca por completo la zona. La humedad en esta zona es un aliado de hongos.
Su carácter sereno, pacífico y con mucha seguridad lo hace un candidato para un buen aprendizaje. Además su paciencia es un valor para un entrenamiento exitoso.
Por estas cualidades es más sencillo enseñarles, siempre que se empiece cuando son cachorros, ya que su testarudez puede ser un desafío si se empieza muy tarde. Para una buena educación hay que ser firmes, de lo contrario su instinto de ser dominantes saldrá victorioso.
Es el humano el que sabe qué es lo hay que hacer, eso hay que transmitírselo con cariño, pero de manera consistente. Entre los mandos básicos está responder a los movimientos de la cadena, reaccionar al nombre y permanecer quieto.
El proceso de socialización también será exitosa mientras mas pronto esté entre seres humanos, al igual que con otros animales.
Para educarlo y que acepte el entrenamiento, hay que enfocarlo en refuerzos positivos. Esa es la clave, premiar sus éxitos y no centrarse en sus fallos. Y siempre con mucha dosis de paciencia.
Para un pero sedentario el ejercicio es indispensable. Pero dadas sus tendencias a los problemas de salud que mencionamos, no se puede exprimir al bulldog. Lo adecuado es llevarlo a diario de paseo de manera tranquila por periodos de 25 minutos, siempre vigilando que sea en la hora más fresca del día. Así no se recalentará.
En casa hay que estar pendiente de los juegos con los pequeños, que no genere una actividad física fuerte.
Un dato para su alimentación, es que el recipiente no debe ser profundo. Dada la estructura de su rostro, no podrá comer bien si está muy hondo donde debe alcanzar el alimento.
En el periodo de cachorros, luego de dejar la lactancia deben comer 3 o 4 veces al día. El alimento debe ser de gran calidad. Al finalizar esta etapa se pueden alimentar 2 veces al día. Al ser adultos solo debe comer una vez al día. Son menos activos que de cachorros así que hay que atender el peso.
Su digestión es delicada, darles comida de la cocina no los ayudará y puede afectarlos de modo negativo. Nunca debes darle chocolate porque las consecuencias para su salud pueden ser graves.
Pasar de un alimento a otro debe ser gradual para evitar rechazo.
Su pelo corto y liso favorece su mantenimiento. Para mantenerlo suave y brillante hay que cepillarlos de manera habitual, de preferencia dos o tres veces a la semana. Es un momento especial para alimentar el nexo con tu bulldog.
El cepillado hay que hacerlo con delicadeza, para que sea placentero para el perro y no maltratarlo. Usa un cepillo con puntas suaves.
Lo mejor que puedes hacer por la salud de tu perro es llevarlo de manera habitual al veterinario. Sus consejos cuidarán las características particulares de tu compañero.
Si quieres ayudarlo en su salud, es importante atender su piel. Por ejemplo, no puedes dejar de limpiar el espacio entre sus pliegues, también puede aplicarle alguna hidratación así estará más suave, no se crearán grietas mínimas que puedan permitir el paso de bacterias.
En el caso de que lagrimee puedes usar una toalla sueva para limpiar sus ojos. Debes verificar que no sea de manera continua o en exceso, si es así es mejor consultar con el profesional.
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