Fornido, un poco tosco y con una figura maciza. Su pelaje enmarañado y alambrado puede dar la impresión de un canino vagabundo o que es un animal de tiempos remotos.
Sin embargo, no es una raza tan antigua como puede parecer aunque si sus antepasados.
Es descendiente de razas como el braco alemán, el braco de Weimar, el grifón de Checoslovaquia. Fue criado luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando la URSS imperaba en diferentes naciones. La categorización oficial internacional ocurrió apenas en 1983.
Es un perro de trabajo, incansable, muy resistente a climas feroces y diferentes terrenos accidentados. Como cazador, una vez que le fijan un objetivo para rastrear, mostrar y traer una presa, no abandonara su tarea hasta que lo consiga.
Además de su obediencia, hay un mundo que esconde el hermoso braco eslovaco de pelo duro que debes conocer.
El braco eslovaco es de buenas proporciones, mucho más flexible y adaptable de lo que parece. Se mueve con facilidad en diferentes ambientes, ya sea bosques, zonas rocosas, planicies e incluso agua. Para todo está preparado.
Visto de modo lateral luce casi cuadrado ya que hay poca diferencia entre la longitud y la altura a la cruz. Aun con su capa de pelos, muestra un cuerpo robusto y potente.
La cabeza puede parecer delgada, en relación con la complexión corporal, pero se compensa con su longitud. Por la parte posterior, el cráneo es casi plano o apenas con una leve línea ondulada.
La frente es más pronunciada, con un notable surco en la zona nasofrontal, para dar paso al hocico fuerte, grueso que tiene casi la misma extensión del cráneo.
Los labios son firmes, rodean bien los dientes y la mordida calza en forma de tijera. La trufa es negra, ancha y bien abierta en las narinas.
Las orejas tienen un punto de entrada por encimas de los ojos, son anchas y hacia la punta se estrechan, finalizando de forma redondeada. Cubren el orificio del oído ya que caen hacia los lados hasta el punto inicial de la garganta.
Los ojos muestran una expresión mansa, inteligente y dulce. Están notablemente hundidos en las cuencas y son medianos. En la edad adulta son de color ámbar, en tanto que la etapa de cachorros y, en algunos casos en los jóvenes, son azules.
La cola es más bien gruesa con una entrada alta de una extensión media a larga. La suele llevar alta u horizontal.
El cuello es fuerte y mediano. El pecho fornido al igual que los hombros. La espalda traza una línea bastante uniforme hasta los cuartos traseros con la grupa un poco redondeada.
Por la zona inferior, el abdomen y las costillas se alzan un poco hacia la zona de la entrepierna.
En general es un peludo musculoso, robusto y firme.
Aunque se puede pensar que es un perro pesado, su volumen, tanto en la hembra y el macho es de 25 a 30 kg.
El tamaño no es igual en ambos sexos. La hembra tiene una estatura entre 57 a 64 cm, mientras que el macho mide de 62 a 68 cm.
El manto es una marca distintiva del braco eslovaco de pelo duro. En efecto su pelo es duro, liso, fuerte, denso y un poco grueso. Tiene una longitud de alrededor de los 4 cm.
Posee una capa más profunda, lanuda, corta, mucho más fina. Tiene una pérdida moderada y muda una vez al año.
En el rostro, sobre los ojos el pelaje es de mayor volumen, un poco más largo y tiende a enroscarse. Bajo el hocico el pelaje es más abundante y largo que en el cuerpo, formando una pequeña y peculiar barba. También la cola tiene pelo abundante.
El color es una mezcla de tonos grises, arenosos, pardos y zonas más claras casi blancas.
El tiempo de vida, en promedio del braco eslovaco, es 12 a 14 años. La calidad de vida depende de los cuidados que se le suministren.
Su instinto natural es ser un cazador, de manera que debe ser socializado desde periodos tempranos de edad para que pueda convivir sin inconvenientes.
Poseen un carácter muy perseverante, firme, tal como lo desarrollaron como cazadores.
Son perros que se establecen con familias humanas con las que son tranquilos y cariñosos. Sin embargo, hay que considerar que sus cuidados y gran necesidad de actividad y espacios abiertos, requieren personas con el carácter y el tiempo para satisfacer sus necesidades.
En general no son agresivos, y tienen buena conexión con los pequeños de la casa, sin embargo, se mueven con brusquedad por lo que se necesita una supervisión y acompañamiento de adultos.
Hay que decir que son obedientes, pero muy enérgicos. De allí que necesiten un entrenamiento muy específico para lograr una buena conducta en este aspecto.
Tienen muy buena salud y no hay enfermedades propias o relacionados de manera particular con la raza.
Sus afecciones son las comunes a la especie canina, problemas de desgaste en la visión, articulaciones y musculatura.
El bravo eslovaco de pelo duro es un peludo que está habituado a vivir al aire libre, correr detrás de las presas, acompañar al cazador, hacer tareas pesadas durante muchas horas.
Por todo esto, requiere mucha actividad física. Una caminata corta no es suficiente para que se sienta bien y use toda su energía. De manera que es preferible que viva cerca o en espacios naturales, rurales, amplios.
Su inteligencia, facilidad de aprendizaje y perseverancia lo llevan a perder interés con facilidad, si una actividad no es retadora. Por lo tanto, hay que hacer juegos, circuitos, dinámicas de agilidad, seguir órdenes y estimulación de olfato para su equilibrio anímico.
El manto no requiere demasiados cuidados, se puede usar un peine especial, paños húmedos si se ensucia en exceso y no es necesario bañarlo a menudo.
A pesar del entrenamiento, siempre hay que vigilar que animales pequeños no capten su atención excesivamente o desaten su carácter de cazador.
Recuerda que está adaptado a meterse al agua, de manera que parte de sus actividades físicas pueden hacerse en piscinas, lagunas o similares, además de ser muy divertido, tu braco eslovaco de pelo duro lo disfrutará mucho.
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