Los perros como cualquier animal pueden sufrir diversas enfermedades, aunque son animales muy resistentes. Entre los problemas que pueden sufrir, y para los que hay que estar preparados, es el ataque epiléptico en perros.

Es una experiencia impresionante ver como tu querido perro se agita sin control. Las causas y los efectos que produce son diversos, pero no permiten una vida adecuada, así que necesitas saber todo sobre este problema.

¿Qué son los ataques epilépticos en perros?

Los ataques epilépticos en perros están relacionados con problemas neurológicos, es decir, por un funcionamiento anormal en las células y estructuras en el cerebro.

En los ataques epilépticos ocurre una especie de tormenta eléctrica. Se desencadena de forma abrupta y se refleja en la masa muscular. Un ataque epiléptico o convulsiones no implica de manera inmediata que padezca de epilepsia.

El diagnóstico debe provenir de un veterinario después de examinar y hacer diferentes pruebas. En general, se estima que un solo ataque en un momento determinado como un caso aislado puede deberse a varios motivos, por lo que no es suficiente para identificar este problema.

Si ocurren dos ataques en un periodo de más de 24 horas, entonces se puede afirmar que hay condiciones para señalar la epilepsia.

Durante el ataque se observa fuerte salivación, puede ocurrir que vomite, pierda el control de los esfínteres, tenga incapacidad de movimiento o, incluso, pérdida del conocimiento.

Fases de la epilepsia

Los ataques se producen con diferentes características, antes, durante y después.

Prodrómica: es el que antecede a los ataques, puede durar varios días o unos minutos antes del choque. En general se observa mucha inquietud y nerviosismo.

Aura: es la etapa casi inmediata antes del ataque. Se manifiesta en una conducta alterada del perro y dificultades de movilidad, así como de los sentidos.

Fase ictal: es el periodo de la crisis como tal y puede ocurrir como una convulsión localizada o generalizada. Puede durar desde varios segundos a varios minutos.

Fase postictal: es la etapa luego del ataque, que se puede extender por horas o días. El perro se muestra ansioso, agotado, desanimado y, en algunos casos, atemorizado o agresivo.

Tipos de epilepsia

La forma generalizada ocurre cuando ambos hemisferios del cerebro enfrentan este fallo. En esta categorización hay diferentes subgrupos de acuerdo a los síntomas que presente el perro. Entre estos se pueden señalar movimientos involuntarios como los de pedaleo, excreciones involuntarias o lasitud de la masa muscular.

La forma focal se identifica porque se afecta un sector de un solo hemisferio. En los perros que padecen esta condición se puede observar dificultades sensoriales, fallos en la contención orina y heces, pupilas dilatadas, irritabilidad y vómitos.

Focales que se transforman en generalizadas: es la forma más habitual de esta enfermedad. Se inicia con fallos en un solo hemisferio que luego abarca el otro hemisferio. Los desmayos, debilidad corporal, cambios severos de comportamiento.

Causas de la epilepsia

Determinar las causas específicas que conlleven los ataques epilépticos en perros es un proceso complejo. De hecho, no siempre es posible identificar qué origina esta afección.

En algunos casos, la causa es una lesión del cráneo que se identifica por estudios de imágenes. Se origina por diferentes enfermedades, golpes o problemas genéticos, entre otros.

En los estudios se han determinado otras causas como la presencia de un gen específico. De hecho, se señala que está presente en varias razas como labrador, dálmata, border collie, pastor alemán y otras más.

Hay razas en las que no se ha determinado de manera definitiva la presencia de un gen específicos, pero está en investigación, por la incidencia en determinados grupos caninos.

Por último, hay una cantidad de casos en los que ninguna de estas causas se manifiesta por lo que no se logra determinar el origen y se clasifican como causa desconocida.

¿Qué hacer ante un ataque epiléptico en perros?

En estas circunstancias es necesario tener mucha calma, tanto para tomar decisiones como para no transmitir miedo al perro. Nada de gritos ni ansiedad, por lo que hay que llevar niños y otras mascotas a otro lugar.

Hay que despejar tanto como se pueda todo alrededor, así se evitará que el peludo sufra lesiones por los movimientos incontrolados. Es algo muy común que se corten o tumben cosas que les caen encima.

Como es común que los ataques epilépticos en perros ocurran de noche es preferible dejar las luces apagadas. Esto ayuda a tranquilizar un poco a los peludos.

Hay que llamar a la brevedad al veterinario, escuchar con atención sus instrucciones y seguirlas con exactitud. De ser posible, es importante grabar el ataque para que el veterinario la revise. Es muy probable que le suministre información valiosa.

Otra tarea importante es indicar el tiempo que dura el ataque. Esto también aporta datos sobre las posibles evaluaciones y tratamientos. También es importante mantenerse cerca del perro, buscarle mantas o almohadas donde se pueda recostar, así estará un poco más cómodo. 

Una vez que culmina el ataque, hay que tratar de darle la mayor tranquilidad con las palabras o la presencia. No se debe obligar de ninguna manera a ponerse de pie, o adoptar alguna posición, tampoco a tomar agua o alimentos.

Riesgos en los ataques epilépticos

Las complicaciones con los ataques epilépticos en perros son variadas. Lo pueden afectar de diferentes maneras, y escalar a situaciones graves.

Entre los riesgos está la posibilidad de que el perro sufra una dificultad respiratoria, dado que los músculos del tórax se pueden colapsar y llevar a la muerte. Las probabilidades de esta consecuencia aumentan en la medida en que se hace más largo el ataque.

Es importante saber que la incidencia de esta enfermedad es muy baja, por lo que es poco probable que tu perro la llegue a padecer.

La vida de los perros puede verse afectada en mayor o menor medida, de acuerdo a la frecuencia de estos episodios. En algunos casos pueden quedar secuelas en la movilidad, la funcionalidad sensorial, así como en la conducta.

¿Se pueden curar los ataques epilépticos en perros?

La respuesta a esta interrogante depende de la causa de la enfermedad. Como se ha señalado hay varias causas, cambios en el origen y desarrollo de la enfermedad.

Existen diferentes medicamentos que pueden mejorar y controlar los ataques epilépticos en perros, pero no siempre son totalmente efectivos. En general, se trata de una enfermedad que no puede superarse plenamente, por lo que debe estar bajo control y atención, de acuerdo a la gravedad del caso.

Al final el veterinario será quien deba evaluar, diagnosticar y tratar de dar con el tratamiento más adecuado. Siempre buscará que pueda vivir lo mejor posible a pesar de los ataques epilépticos que pueda sufrir un perro.

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