El mundo de los hurones es fascinante, tanto como su simpatía y ternura que se transmite con su pequeña cara, sus ojos redondos y sus cortas orejas. Para muchas personas reúne las mejores características de una mascota, por su carácter e inteligencia, por ello hay mucho que aprender sobre ellos incluyendo cómo es un hurón bebé y sus cuidados.

En general los niños se sienten muy atraídos y a gusto con estos mamíferos de la familia de los mustélidos. Esta buena recepción se debe a que los hurones están entre los mejores compañeros de juegos. Son muy curiosos, les gusta correr, perseguir y su propia naturaleza es jugar, incluyendo jugar a acechar y cazar, aunque esa conducta, en ocasiones, puede arriesgar un rasguño o una mordida.

Reproducción de los hurones

Como una conducta normal en el mundo animal, estos peludos les gusta marcar su territorio para lo cual usan unas glándulas que están alojadas en su zona anal. También suelen activarse cuando se encuentran en un estado de alta excitación. Aunque a diferencia de lo que se cree, este olor se desvanece con rapidez.

La etapa de la madurez la alcanzan alrededor de 8 a 12 meses de edad. A partir de ese momento ya pueden entrar al proceso de celo y apareamiento. Se recomienda esperar a que la hembra tenga 8 meses y el macho 10 meses.

Es importante conocer que hay diferencias de tamaño entre la hembra y el macho. De manera muy general se puede establecer que el macho le saca unos 10 centímetros a la hembra. La longitud está alrededor de los 40 centímetros.

El proceso de celo en la hembra ocurre cada 7 meses. Es muy usual que coincida con la época primaveral. Durante este periodo la hembra tiene cambios para transmitir al macho su disposición. En particular se activa un olor muy específico, más fuerte que su olor natural. Es un llamado químico, cargado de las feromonas.

El apareamiento, tal como ocurre con otras actividades, suele ser marcada por cierta agresividad. Ya que el macho persigue a la hembra, la aferra con fuerza por el cuello con su boca, la sacude. Debido a esta conducta, en algunas situaciones le causa lesiones.

Proceso de gestación del hurón

Tras el apareamiento da inicio el delicado proceso de la gestación. Durante este pueden presentarse diferentes problemas por lo que, en los casos de los hurones domesticados, es preferible que sea controlado por expertos en el tema o quienes ya posean experiencia.

Los hurones son animales vivíparos, desarrollan placenta donde se desarrollan la cría. Allí reciben la alimentación al igual que el oxígeno a través de la madre. El tiempo que requieren Las crías para formarse de manera saludable requieren un tiempo de alrededor de las siete semanas, o cercano a los 42 días, cuando se produce el nacimiento. La cantidad de crías que nacen por camada varia entre 5 a 12 aproximadamente.

Su tamaño es bastante diminuto, son de un modo entero dependientes de la madre para poder recibir calor y alimentación a través de la leche materna. El peso de una cría puede alcanzar cerca de los 20 gramos. Es común que las crías ya tengan una pelusa muy suave, por lo general de tono blanco que va cambiando de color, textura y patrón a medida que va creciendo.

Hurón recién nacido

Con cada nueva camada la madre debe dedicar buena parte de su tiempo a amamantarlos. Este alimento no solo los nutrirá, sino que es esencial para protegerlos de diferentes enfermedades. Es un periodo crucial en la vida y el desarrollo integral de los pequeños hurones.

Llegado el momento de parir, hay que crearle las condiciones para establecer su nido. Un espacio cómodo, donde esté tranquila y con poca luz. Esto se suele hacer una semana antes del nacimiento, en el que tenga una cama, se puede usar aserrín, colocar una sabana o trapo donde se puedan cobijar.

El proceso de parto, por lo general, transcurre en un periodo de aproximadamente 2 horas. Hay que vigilar a la hembra ya que, si transcurre más de una hora y no logra parir ninguna cría, es señal de que hay que buscar ayuda profesional.

Los primeros días suelen ser también vitales en su supervivencia. Nacen con los ojos cerrados y los abren alrededor de los 5 días, así que la protección de los padres es esencial para dedicar su tiempo a comer, dormir y alcanzar su tamaño apropiado. Al nacer no llegan a superar los 4 centímetros.

 

 

Hay que vigilar a la hembra, ya que se encarga de todo, limpiar a las crías, romper el cordón umbilical, etc. hay casos en que se desentienden de las crías, o incluso llegan a agredirlas, si eso ocurre hay que quitárselas y criarlas de modo artificial.

Para que su estado de salud se preserve, es necesario vigilar la temperatura. Ya que las altas temperaturas no le sientan bien, es ideal que puedan estar entre 18 y 22º C. La madre también se encarga de estimular a las crías para que excreten. Esto lo hace al pasarles la lengua por la zona anal.

De hecho, el periodo de lactancia puede tomar alrededor de 10 a 12 semanas. Una vez que transcurra este tiempo, podrás ver un hurón que empieza a hacer algo primordial, buscar su propia manera de sobrevivir y así se independiza.

Se recomienda que a partir de las 3 o 4 semanas haya contacto humano con las crías. Cargarlas, revisarlas, tocarlas, de esta manera empezarán a adaptarse a la presencia de las personas. Esto debe hacerse de manera muy delicada, pero constante para lograr su efecto.

Antes de este período es mejor dejar en paz a la madre y las crías, incluso se recomienda no limpiar el nido. Solo intervenir si alguna cría muere, entonces es necesario retirarla.

A pesar de lo delicado y frágil de su constitución cuando nacen, los hurones tienen un acelerado crecimiento. De hecho, a pocos días de haber nacido es muy probable que empiecen a aparecerle sus primeros dientes.

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