La raza de gato Snowshoe es el resultado del cruce entre el gato siamés y el American Shorthair en los años 60 en Philadelphia (EEUU) por parte de una aficionada a los felinos llamada Dorothy Hinds-Daugherty.
Esta criadora buscaba un animal con las patas blancas y una V invertida en su rostro de este tono.
Con este cruce, obtuvo un cuerpo alargado como la raza siamesa y la musculatura de los americanos de pelo corto. No obstante, hay ciertas partes de su historia que se desconocen y, por tanto, no se sabe con exactitud cómo lograron mantenerse esas características peculiares a lo largo del tiempo.
Fue en las dos décadas posteriores cuando se reconoció como raza en América y Europa y, así, comenzó a extenderse como animal de compañía.
El gato Snowshoe tiene un aspecto atlético, robusto y elegante. Con un tamaño mediano, suele tener un peso de entre 3 y 5 kilos.
Su cabeza es triangular pero con un aspecto algo redondeado, dentro de la cual se encuentra uno de sus aspectos más característicos: sus ojos azules logran una expresividad y un brillo únicos en su especie.
Las orejas de la raza de gato Snowshoe están muy separadas y son largas y puntiagudas. Además, la cola del snowshoe es ancha en su base y se va afinando a medida que se llega a la punta.
Su pelaje es corto, que logra una textura muy suave, con unas tonalidades más oscuras en el rostro, orejas, cola y parte de las patas que en el resto del cuerpo.
Se trata de una raza muy enérgica, que maúlla mucho para demandar distintas cosas a sus dueños. Y es que de los siameses hereda un maullido algo molesto para quienes le acompañan. Aún así, es un felino muy inteligente, exigente, cariñoso y sociable, así como pacífico y tranquilo a partes iguales.
Necesita la atención del ser humano, requiriendo con frecuencia jugar con distintos utensilios que despertarán su atención e inquietud. Además, los machos se caracterizan por ser muy territoriales y posesivos.
La raza de gato Snowshoe es la perfecta elección de compañía de niños pequeños y de otras mascotas, por lo que pueden ser el complemento ideal para un hogar familiar.
En cuanto a las enfermedades del gato Snowshoe, destaca que no se ha constatado grandes patologías hereditarias como en el caso de otras razas. Es por ello que se le considera una de las razas más sanas de felinos al no conocerse afecciones específicas.
Cuentan con una resistencia notable a las enfermedades, por lo que se le presupone una esperanza de vida de entre 12 y 18 años siempre que se respeten sus vacunaciones y desparasitaciones correspondientes.
La peculiaridad de esta raza también abarca que no requiere cuidados específicos: puede bastar con un cepillado semanal para mantener en condiciones óptimas su pelaje y un baño mensual con gel específico para el cuidado del pelo corto y así se verá en condiciones.
En cuanto a su alimentación, es conveniente que la adaptes a sus condiciones de tamaño, con proteínas de origen animal, carbohidratos y vegetales, además de proporcionarle suplementos vitamínicos recomendados por el veterinario.
Su ejercicio es también fundamental para mantener la esbelta figura que le define desde su origen, además de que su inteligencia le otorga una capacidad importante para adquirir los hábitos deseados por sus dueños.
Si decides hacerte con un gato snowshoe, es una opción recurrida entre los amantes de los felinos por su carácter tranquilo y sociable, además de su sintonía con el ser humano y con otros animales.
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