El gato siamés es probablemente uno de los animales más conocidos de todo el reino felino. Esta raza ha formado parte de los hogares de los seres humanos desde sus orígenes, aunque no es fácil definir con exactitud su procedencia. Lo que está claro en torno al nacimiento de la raza de gato siamés es que apareció en el reino de Siam, de donde recibe su nombre.
Concretamente, fue desde el año 1880 cuando comenzaron a verse ejemplares como parte de las familias humanas de Siam, zona que hoy se conoce como Tailandia. En poco tiempo se expandieron a otros países del mundo por medio de los comerciantes, en primer lugar, a Reino Unido y después a Estados Unidos. Desde estos países se siguieron expandiendo debido a su belleza y características, y también comenzó a verse como parte de exposiciones felinas en diversos lugares del mundo.
El gato siamés más conocido es el gato siamés tradicional, también conocido como gato siamés Thai. La imagen habitual de esta raza corresponde al siamés tradicional, aunque no es la única variedad que existe. En el año 2001 apareció el llamado gato siamés moderno, cuyas líneas son mucho más orientales y alargadas. Los rasgos de esta variedad son más pronunciados y marcados, y es la que actualmente se suele ver en exposiciones felinas, incluso por encima del tradicional. A pesar de sus diferencias, lo cierto es que ambas variedades de gato siamés son puras y cuentan con características muy similares. Y es que la raza de gato siamés tiene una única procedencia a pesar de que con el tiempo se desarrollaran las dos variedades antes mencionadas.
En la actualidad es posible encontrar ejemplares de ambas variedades de la raza en todos los rincones del mundo, aunque en determinados lugares son más habituales unos u otros. Lo que ambos tienen en común es que han servido como base para muchas otras razas, lo que significa que es fácil dar con ejemplares felinos que no sean necesariamente siameses a pesar de que su apariencia tenga muchas similitudes con esta raza.
Aunque ambas variantes del gato siamés se parecen mucho, conviene mencionar las diferencias en sus características. El gato siamés tradicional o Thai tiene una figura y proporciones que recuerdan a los gatos más comunes. Fuertes, de formas redondeadas y musculoso. Por su parte, el gato siamés moderno es mucho más estilizado y alargado, y su figura está más próxima a los gatos orientales y asiáticos.
Por otro lado, se encuentran en el gato siamés características que tienen que ver principalmente con su pelaje y que se mantienen en ambas variedades. Aunque se pueden observar similitudes en el gran tamaño de sus orejas en ambos casos y en unos ojos rasgados que por lo general son de un color azul claro y profundo, muy llamativo.
El gato siamés es blanco y gris en cuanto a su pelaje, con pequeñas partes más oscuras que son las que le hacen inconfundible. En concreto, muestra una bella máscara color chocolate en la cara. De igual color son las orejas, la cola y los extremos de las patas, aunque puede verse un degradado en algunos ejemplares que se inicia en los pies y sube hasta aproximadamente la mitad de la pata.
El gato siamés destaca principalmente por su alto nivel de energía. Incluso llega a ser hiperactivo en muchos casos, por lo que requiere una familia que sea capaz de estimularle física e intelectualmente a diario, porque de lo contrario se frustrará con facilidad. Por lo demás, es un animal muy cariñoso y alegre, juguetón y sociable. Al contrario que otras razas, no suele mostrarse antipático con extraños, es curioso por naturaleza y tiende a llevarse bien con todo el mundo. Aunque también puede llegar a ser algo miedoso si no recibe una educación adecuada como gato siamés bebé.
Llama la atención también en este felino que es muy expresivo, y que tiene facilidad para hacerse entender a través de sus maullidos y gestos. Demanda una gran cantidad de atención a diario. Por eso, si pasas mucho tiempo fuera de casa, quizá esta raza no sea la más adecuada para ti. En todo caso, recuerda que el gato siamés tiene un temperamento excepcional, y que bastan unos pocos cuidados para conseguir un gran compañero de viaje a todos los niveles.
Una de las afecciones más común en los gatos siameses es el estrabismo. Aunque en la actualidad los nuevos cachorros no tengan tantas posibilidades de ser estrábicos como hace algunos años, sigue dándose con demasiada frecuencia. Esto es debido principalmente a los cruces entre ejemplares con consanguineidad que se llevaron a cabo durante mucho tiempo. No es algo peligroso, pero sí conviene que el veterinario lo revise para descartar otros problemas en los ojos.
Además de esta afección, los gatos siameses son propensos a padecer otras enfermedades, como infecciones respiratorias, enfermedades del corazón, infecciones en los oídos, obesidad o problemas de circulación. Aún así, se mantiene como una de las razas más longevas de todo el reino felino, por lo que bastará con cuidar correctamente de tu minino para que esté siempre saludable.
Los cuidados del gato siamés son probablemente inferiores a los que otras razas necesitan. Además de prestarle atención, darle cariño y horas de juego, solo requerirá algunas visitas rutinarias al veterinario y los cuidados habituales en cuanto a su higiene y alimentación.
Se trata de una raza muy limpia por naturaleza, que pasa buena parte del día acicalándose. Eso significa que un cepillado a la semana y un baño cada par de meses son más que suficientes para que su pelaje se mantenga en perfectas condiciones.
También es importante cuidar su alimentación y ofrecerle siempre productos de alta gama que mezclen comida seca y húmeda. Esta es la mejor manera de proteger su salud y de conseguir que su imagen sea la de un gato saludable y bien cuidado. Ten en cuenta que la cantidad de alimento dependerá especialmente de su nivel de ejercicio, que en este caso debería ser alto o muy alto. Por eso, no debería extrañarte que tu gato siamés coma más en proporción que otros gatos de talla similar.
En cuanto al resto de cuidados, lo más importante es ofrecerle una buena educación, cariñosa y firme, y socializarlo desde pequeño con todos los animales posibles. De esta forma, el carácter del gato siamés adulto será equilibrado y tranquilo. Y podrás presumir de tener un gato siamés de comportamiento ejemplar.
Si crees que esta raza es la más indicada para ti, es el momento de conseguir el mejor ejemplar. Por eso, antes de pensar cuánto cuesta un gato siamés, deberás ponerte en contacto con un criador profesional y especializado en la raza. Ten en cuenta que el gato siamés ha servido y sirve como base de muchos cruces felinos. Por eso es posible que encuentres gatos de apariencia similar al siamés que en su genética lleve mezcla de otras razas. De ahí la importancia de confiar únicamente en un criador que pueda ofrecerte todas las garantías acerca de la procedencia de tu nueva mascota. Quizá de esta forma el precio del gato siamés sea superior, pero te estarás asegurando de que tu gato tenga las características físicas y de temperamento que realmente buscas en una mascota.
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