Ocicat

Una de las obsesiones de los seres humanos tiene que ver con la posibilidad de domesticar animales salvajes. Cuando esto no es posible, se buscan los medios para hacer que los animales domésticos sean lo más parecidos posibles a aquellos que no pueden controlar. Y son los gatos los que más sufren esta suerte de tener que responder a las demandas de las personas, ante la imposibilidad de domesticar a los grandes felinos.

Son muchas las razas de gatos con parecidos casi idénticos a felinos salvajes, y una de las más conocidas es sin duda el Ocicat. A pesar de que no tiene ninguna relación con el Ocelote, del que toma parte de su nombre, lo cierto es que esta raza de gato se parece en gran medida al felino salvaje. Y esto es debido a los cruces que las personas realizaron entre diferentes gatas de gatos hasta lograr el físico que buscaban, como el manto moteado tan representativo del ocicat.

La historia de este animal es muy reciente y sencilla de entender. En el año 1964, una criadora de Estados Unidos realizó un cruce entre un gato siamés y una gata mestiza de siamés y abisinio. El resultado del cruce fueron cachorros tabby point, similares en apariencia al ocicat que conocemos hoy en día. Fueron muchos los criadores que se interesaron en las características de los cachorros nacidos entre dicho cruce, por eso comenzaron a cruzarse diversas razas en busca de unas características que recordasen aún más al ocelote.

Así, durante algunos años se cruzaron ejemplares de razas como abisinios, siameses, orientales, mau egipcios y americanos de pelo corto, hasta conseguir la morfología y tipología que se buscaba. Una vez obtenida, se potenció a través de algunos cruces más, y fue en 1988 cuando oficialmente se dio a conocer la raza ocicat y cuando también se reconoció como tal. Para entonces, los ejemplares de ocicat estaban muy extendidos en los Estados Unidos, pero todavía tardaron en dar el salto a Europa y a otras regiones.

Concretamente, fue en 1992 cuando también se oficializó la raza en Europa, y a partir de ese momento empezaron a aumentar en número también en esta zona. Actualmente es posible encontrar ejemplares de Ocicat en todas partes del mundo, y su belleza es una de las más aclamadas junto a la de otros gatos de apariencia salvaje como el bengalí o el mau egipcio.

Características del Ocicat

La parte más llamativa del aspecto físico del ocicat es su tamaño y su pelaje, que recuerdan en gran medida al ocelote. Se trata de un animal grande, de perfectas proporciones, muy atlético, fuerte y musculoso. Su cuerpo es largo en comparación con otras razas felinas, pero en ningún caso se ve delgado. Su apariencia salvaje viene otorgada en parte por ese tamaño, pero mucho más por el tipo y aspecto de su pelaje, además de por la forma de la cabeza, que escapa levemente a los cánones de los gatos en general para ser más redondeada en algunas partes.

Y es que su cabeza es ancha y redondeada, y muestra además un hocico compacto, ancho y fuerte, más similar al de los grandes felinos que al de los gatos. Refuerzan ese aspecto salvaje unas orejas grandes y erguidas, y unos ojos almendrados, bastante separados y especialmente grandes y profundos. El tono de ojos puede presentarse en cualquier color excepto en el azul.

Otra de las características llamativas del ocicat es que posee unas partas de longitud media, bastante gruesas, más largas las traseras que las delanteras. Y una cola fuerte y larga, más ancha en su base que en la punta, y que generalmente tiende a ser más oscura que el resto del manto.

El pelaje del ocicat es su rasgo estrella. Muy corto, fino y suave al tacto. Satinado y brillante en cuanto a lo visual, que se muestra en varias capas de color a pesar de ser tan corto. Suele se más claro en la cara y en el pecho que en el resto del cuerpo, pero en toda su extensión se mantiene el brillo que remarca su musculatura. También cabe destacar en su pelaje una serie de marcas o motas de colores oscuros, que se expanden por todo el cuerpo sin seguir un orden concreto, aunque suelen ser bastante grandes. Las tonalidades más habituales de su manto suelen ser azul, canela, marrón y variedades de silver.

Comportamiento del Ocicat

Aunque el aspecto del ocicat sea el de un animal salvaje en pequeño, lo cierto es que su creadora no tenía intención de que su carácter siguiera el mismo camino. De hecho, procuró todo lo contrario, conseguir un gato muy sociable y fácil de tratar a pesar de su fiera apariencia. Y así es el ocicat, un gato extremadamente cariñoso y afectuoso, que demanda una gran cantidad de atenciones y que no disfruta especialmente de la soledad. Tampoco se trata de un gato al que le guste estar en el exterior, prefiere la tranquilidad de las casas, por eso es ideal como mascota para familias de cualquier tipo.

Tiende a llevarse muy bien con niños y con personas de todas las edades, y también con otros animales, aunque es algo dominante por naturaleza, por lo que hay que acostumbrarlos poco a poco a la presencia de otros gatos o perros. Su carácter es fuerte, activo, juguetón y curioso, además de muy inteligente. Suele mantenerse sereno, pero también tiene picos de actividad en los que deberá gastar parte de esa energía mediante juegos apropiados, para evitar comportamientos no deseados sobre muebles o cortinas. Para conseguir un animal equilibrado, lo más importante es entender sus necesidades y su carácter, aunque a veces pueda resultar complicado.

Principales enfermedades del Ocicat

Una de las características del ocicat es que se trata de una raza muy saludable y fuerte, de la que no se conocen enfermedades hereditarias asociadas ni habituales. Es un animal que tiende a mantenerse en perfecto estado de salud con cuidados muy básicos y limitados, lo que hace que sea perfecto como mascota. Lo más importante para conseguir un gato siempre sano es mantener unos hábitos de vida saludables y una educación adecuada.

Cuidados básicos del Ocicat

La belleza natural del gato ocicat se mantiene incluso con los cuidados más mínimos. Por su tipo de pelaje, no necesita apenas atenciones en lo que al pelaje se refiere, aunque por supuesto se recomienda mantener una buena higiene a todos los niveles. Un cepillado a la semana y un baño completo cada dos meses serán más que suficiente para que su pelaje brille y esté libre de polvo y suciedad.

En cuanto a los hábitos relativos a su salud, es importante visitar al veterinario con frecuencia, aproximadamente una vez cada seis meses, para hacerle una revisión completa y para mantener al día su calendario de vacunas y de desparasitaciones. Aunque no es propenso a sufrir enfermedades, la prevención es siempre la mejor lucha contra cualquier malestar, así que no hay que dudar en acudir al veterinario.

Como parte de dichos hábitos, hay que tener en cuenta la alimentación y el ejercicio. Una alimentación de calidad y en la proporción adecuada será una de las garantías más importantes de una salud de hierro. La cantidad de comida dependerá también de la actividad física que realice. Recuerda que el ocicat es un animal muy enérgico y activo, así que debería pasar buena parte del día jugando y gastando energía, con lo que requerirá una mayor cantidad de alimento.

Finalmente, no hay que olvidar la educación y la socialización para conseguir un animal sano y equilibrado a todos los niveles. El ocicat es un gato fácil de educar a pesar de su fuerte carácter, por eso es importante poner empeño en este punto desde que el gato es cachorro para conseguir los mejores resultados. Del mismo modo, socializarlo desde pequeño con otros animales hará tener buena parte del camino ganado en caso de querer añadir en el futuro otro miembro animal a la familia.

Curiosidades del Ocicat

  • Es una raza que tiende a maullar con mucha frecuencia, rasgo heredado del gato Siamés, raza de donde procede el ocicat. Se recomienda tener en cuenta este dato antes de adquirir un ocicat como mascota, porque para muchas personas supone un problema difícil de soportar, y es un rasgo que difícilmente podrá corregirse.
  • Es una de las razas felinas que más puede variar en cuanto a tamaño, y es que se han encontrado ejemplares desde los dos kilos hasta los ocho kilos de peso. El estándar no marca límites ni en cuanto al mínimo ni al máximo, así que cualquier peso es admitido.
  • También es uno de los gatos que más llama la atención por su aspecto físico y belleza, de ahí que el número de ejemplares no haya dejado de aumentar en los últimos años. Pero esta no es su única característica distintiva, y es que el ocicat es uno de los gatos más fieles que existen, de ahí también parte de su popularidad.

Si quieres poner un ejemplar de ocicat en tu vida, el proceso que debes seguir es muy sencillo. Localiza en primer lugar un criador especializado en esta raza y con buenas referencias. No debería costarte demasiado, puesto que cada vez es más habitual encontrar criadores de ocicat en cualquier parte del mundo. De esta forma, tendrás un cachorro con todas las garantías de salud, y podrás recibir además información privilegiada acerca de su comportamiento y de los cuidados que requiere. Recuerda que los animales vendidos en tiendas o a través de particulares no disponen de ninguna garantía respecto a su procedencia, así que nunca optes por estos medios para conseguir a tu nuevo mejor amigo.

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