Elegante y distinguido, el mau egipcio es un animal que puede recordar fácilmente a otros como el gato bengalí, pero que tiene unas características propias que lo convierten en un animal único. Como su nombre indica, el comienzo de su historia y origen se encuentra en el antiguo Egipto. Incluso se conoce que los antiguos faraones eran propietarios de los antepasados de estos gatos, quienes formaron parte del imperio y fueron venerados como seres casi divinos por toda la población.
La creencia de que los gatos eran animales sagrados facilitaba que los ejemplares aumentasen en número con facilidad. Y es que matar a uno de ellos estaba penado con la muerte. Por eso los gatos en general, y el mau egipcio en particular, encontraron en esta civilización su propio paraíso, donde podían campar a sus anchas y donde además eran cuidados y queridos por las personas más poderosas que allí habitaban.
Pruebas de ello se pueden encontrar en algunos jeroglíficos creados por aquel entonces, donde se adivinan las figuras de gatos que se corresponden con las características definidas posteriormente para el gato mau egipcio. Estas representaciones datan de hace más de cuatro mil años, por lo que es posible que estemos ante una de las razas más antiguas del mundo, por no decir la más antigua.
Durante toda la historia antigua, el mau egipcio siguió desarrollándose con facilidad y sin que la mano del hombre interviniera. Quizá una de las razones por las que en la actualidad es un gato tan especial. Para encontrar los primeros ejemplares presentados fuera de Egipto hay que avanzar hasta la década de los 50, cuando la princesa Natalia Trouetzkoi los mostró en Roma en una exposición felina de belleza. Este gato causó una gran expectación debido a su belleza natural y a su historia, y desde entonces comenzaron a aparecer infinidad de criadores interesados en la raza en todas partes del mundo.
Después de la llegada del mau egipcio a Italia, dio el salto hasta los Estados Unidos, donde se desarrolló la línea americana a partir de tres ejemplares, aunque posteriormente se importaron más ejemplares desde Egipto. Curiosamente y, a pesar de que su desarrollo fuera de Egipto comenzó en Europa, su popularidad aumentó mucho más en América. De hecho, en la actualidad los ejemplares criados en Estados Unidos de mau egipcio pueden contarse por miles, a diferencia de los pocos que por el momento se mantienen en el continente europeo, donde la raza pasa prácticamente desapercibida.
Una vez que los criadores comenzaron a seleccionar los ejemplares más aptos para la cría y definición de determinadas características, se consiguió un gato de gran belleza que mantuvo la elegancia de los primeros ejemplares. Además, su carácter naturalmente asilvestrado se pulió hasta conseguir una raza de temperamento tranquilo y sociable en todas las situaciones. Por eso en la actualidad es tan valorado como animal de compañía, aunque no es una de las razas más numerosas y populares del mundo.
El gato mau egipcio puede parecer similar a otros gatos de razas más comunes. Pero lo cierto es que posee algunas características que lo hacen único y totalmente distinto a los demás. Para empezar, es el único gato cuyo manto adquiere una tonalidad manchada o moteada en su manto de forma natural. Ciertamente, existen otras razas felinas con patrones similares en su pelaje, pero todas lo han desarrollado como parte de la intervención del ser humano en su crianza. Las principales características de su manto, por o tanto, son esas motas oscuras que deben ser más bien redondeadas y que deben encontrarse en todo su cuerpo, aunque también se admiten en forma de pequeñas líneas. Por su parte, el color de base del manto puede ser crema, plateado, o marrón.
Su anatomía puede recordar a otros gatos estilizados de origen asiático. Y es que posee un cuerpo alargado y fino, aunque no demasiado delgado. Es similar al gato abisinio, aunque más musculoso y de tamaño algo superior. Otra de sus características únicas es que sus patas traseras son más largas que las delanteras, algo que no se nota ni a nivel estético ni funcional. La cola es de tamaño medio y se estrecha hacia el extremo.
Destaca su cabeza triangular y afilada, con pómulos marcados y hocico de tamaño medio. Sus orejas son más bien grandes y se mantienen siempre erguidas y bastante separadas. En su rostro, hay que mencionar una característica que ninguna otra raza posee, y es que sus ojos se curvan ligeramente hacia arriba en el extremo superior. Además, entre ellos se dibuja en el pelaje una marca en forma de ‘M’, algo que tampoco ocurre en ninguna otra raza. El color de ojos puede ser ámbar o verde claro, aunque se prefiere este último.
Teniendo en cuenta que esta raza felina es una de las que menos se ha modificado a través de la cría selectiva, es lógico pensar que su carácter tiene que ver mucho con su origen y su naturaleza. Esto quiere decir que se trata de un gato más independiente que otras razas. Le gusta estar en familia, pero también suele querer su espacio sin ser molestado. Es muy inteligente y tranquilo, pero también tiene momentos de actividad y juego, incluso de búsqueda de cariño.
Con las personas suele ser sociable y amigable cuando las conoce y forman parte de su familia, pero también es un animal posesivo y territorial. Por eso conviene socializarlo y educarlo adecuadamente desde pequeño para evitar posibles comportamientos poco deseados. Puede llevarse bien con niños, pero no se recomienda dejar que jueguen sin vigilancia debido a ese carácter posesivo del gato con sus cosas. Y es que en caso de tratar de quitarlo de su lugar o de coger alguno de sus juguetes, es posible que reacciones de manera un tanto agresiva. De ahí la importancia de una buena educación temprana.
También cabe mencionar que el gato mau egipcio posee un instinto de caza bastante marcado, y que además es un cazador muy ágil y capacitado. Lo que significa que no es una buena idea que conviva con otros animales como pájaros, ratones o conejos. Aunque también se puede trabajar en su relación para que se acostumbre a ellos y sea tolerante.
El gato mau egipcio es algo más frágil que otros felinos, aunque eso no significa que sea propenso a enfermedades hereditarias. Esa fragilidad se muestra en determinadas situaciones, como la exposición a cambios bruscos de temperatura o a ciertos tipos de medicamentos. Las reacciones alérgicas, los resfriados o el asma felina son algunas de las enfermedades a las que mayor propensión tiene por las causas antes mencionadas.
También puede sufrir obesidad con mayor facilidad que otras razas, por eso es importante cuidar su alimentación y hacer que practique ejercicio con frecuencia. Algo que no debería suponer mucho esfuerzo si se le ofrecen actividades y juegos variados.
Como ya hemos avanzado, el mau egipcio es más delicado que otras razas de gato. Lo que quiere decir que sus cuidados tendrán que ser algo más especiales, especialmente en lo que a su salud se refiere. Es importante procurar que no sufra cambios bruscos de temperatura, por lo que se aconseja mantener el interior de la vivienda a una temperatura media buena. Además de ofrecerle un rincón cálido donde pueda acurrucarse. Incluso es una buena opción ponerle alguna prenda de ropa en los días más fríos del año.
En cuanto a su higiene, no es el punto que más incidencia necesita. Los cepillados y baños puntuales serán suficientes para mantener su pelaje en las mejores condiciones. Utiliza siempre productos específicos para gatos para conseguir el máximo brillo y belleza en tu mascota.
No olvides la importancia de la alimentación, el juego y la educación desde que tengas a tu mau egipcio bebé. Todos estos elementos sirven para cuidar de su salud, pero también para permitir su desarrollo de una forma adecuada y equilibrada. Con tiempo dedicad a diario a su ejercicio y educación, te asegurarás que tu gato sea activo, que esté sano y que tenga un comportamiento ejemplar. Y siempre procura ofrecerle un alimento de la máxima calidad y controlando la cantidad que ingiere cada día en base a sus hábitos de ejercicio.
El gato mau egipcio no es de leyenda, es una raza real que se encuentra especialmente extendida como mascota en Estados Unidos. Si quieres conseguir un ejemplar de esta raza, tendrás que hacer el esfuerzo de encontrar un criador especializado que pueda ofrecerte todas las garantías de salud y procedencia del cachorro. Olvídate de pensar cuánto cuesta un gato mau egipcio, porque, si de verdad crees que es un gato para ti, tendrás que invertir todo el tiempo y el dinero necesario para hacerte con un mau egipcio en venta de calidad.
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