Los gatos tienen un pelaje que cumple diversas funciones, los protegen del frío, de sufrir lesiones cutáneas y muchas otras. Este pelaje requiere cuidados, para que tenga una apariencia saludable, no se caiga en exceso y luzca brillante.
Los gatos instintivamente se acicalan, lamiendo su pelaje para retirar la suciedad y lubricar el pelo, sin embargo, en el proceso tragan mucho del pelo que se retiran, lo que les puede ocasionar problemas digestivos. Una manera de evitar estos problemas es cepillar el pelaje del perro.
Si quieres saber cómo cepillar a un gato, sigue leyendo, en este post vamos a explicar al detalle todo el proceso.
¿Qué se necesita para cepillar a un gato?
Para que el proceso de cepillado del gato transcurra sin problemas, es necesario contar con algunos implementos:
Cepillo especial para gatos. Se trata de un instrumento especialmente diseñado para el pelaje del gato, que además no lastima la piel del animal y tiene un mango con la forma perfecta para el agarre que se necesita.
Guante quita pelos. Se trata de un guante con un accesorio que, al pasarlo sobre el gato, retira los pelos sueltos. Se usa como un complemento para el proceso de cepillado.
Un tapete. Algo suave y cómodo para colocar al gato, y que además sirva para recoger los pelos, el polvo o cualquier cosa que se desprenda del gato durante el cepillado.
Procedimiento para cepillar al gato
Elegir una superficie alta y plana, que sea firme, esto puede ser una mesa o algo similar. Encima de esta superficie se debe colocar el tapete y todo lo que vamos a necesitar.
Tomar al gato con suavidad, elegir un momento en que esté tranquilo y tratar de no transmitirle inseguridad. Si el gato manifiesta mucha incomodidad es mejor aplazar el cepillado.
Hay que saber que los gatos tienen zonas de su cuerpo que no les gusta que le toquen, el grado de incomodidad va a depender del gato y de la confianza que tenga con su cuidador. Estas zonas son las cercanías a la cola, los genitales y la panza.
Comenzar por revisar el pelaje, con los dedos entrelazar los mechones en varias direcciones. Con esto se hará evidente si hay algún problema con la piel del gato y servirá de caricia, de manera que esté más cómodo. Si se observa que hay mucha suciedad, hay que considerar darle un baño antes.
Con las manos llevar el pelaje hacia la cabeza del gato, es decir mover a contrapelo. Esto se debe hacer en todo el lomo y los costados del cuerpo del gato, evitando la panza y la parte trasera.
Luego de esto, comenzar a usar el cepillo a contrapelo. Debe comenzarse con movimientos suaves y lentos, observando la reacción del gato, si se nota que le gusta se puede incrementar la velocidad e intensidad del cepillado. El movimiento debe hacerse girando la muñeca de manera que en cada cepillado se retire pelos.
A continuación, se cepilla en la dirección del pelo. Se debe comenzar desde la cabeza y continuar hacia la cola, en la medida que el gato lo permita. Las zonas cercanas a la cola se deben cepillar muy brevemente para no incomodarlo.
Para cepillar la panza del gato se debe sostener de la siguiente manera: el gato parado sobre sus 2 patas traseras, el lomo del gato apoyado sobre el regazo del cuidador, quien lo sostiene por debajo de las patas delanteras con una mano y con la otra sostiene el cepillo. El cepillado se hace hacia abajo, muy rápidamente para que no esté tan incómodo.
Es importante cepillar la cola, el cuello, las patas. Para esto se toma cada una de las partes del cuerpo con una mano y con la otra se pasa el cepillo con cuidado.
Si se observa que el gato disfruta el cepillado se puede prolongar, sobre las zonas del cuerpo que él más guste. Esto afianza el vínculo del amo con su gato, aumenta la confianza y estrecha los lazos afectivos.
Para terminar se le pasa varias veces el guante quita pelos. Este paso es opcional, sirve para retirar cualquier pelo desprendido que no haya salido con el cepillo.
Es muy importante que al finalizar el cepillado se le ofrezca un premio al gato, puede ser alguna croqueta que le guste mucho, o alguna comida que no se le proporcione regularmente.
Consejos para un mejor cepillado del gato
Es importante acostumbrar a los cachorros a sentir el cepillo sobre el cuerpo. Cuando los gatos cumplen las 8 semanas de vida y ya están destetados, se les puede pasar un cepillo por el cuerpo muy brevemente, con el único propósito de que se habitúen a la sensación y cuando necesiten el cepillado no lo rechacen.
Usar siempre el mismo tapete y además usarlo solo para el cepillado, de esa manera, cuando el gato lo vea, sabrá que lo van a cepillar. Si se ha hecho un buen proceso con el gato, estará bien dispuesto a dejarse cepillar y hasta lo disfrutará.
Es importante cepillarlo con una mano y la otra mano mantenerla sobre el cuerpo del gato de una manera firme pero gentil, de esta forma el gato entenderá que no debe moverse o bajarse de la mesa.
El cepillado puede usarse para aplicar algún producto veterinario que tenga algún propósito como algún anti parasitario, vitaminas, lociones capilares, etcétera. Todo eso recomendado por el veterinario.
La frecuencia del cepillado va a depender del largo del pelaje y a otros factores. Un gato con pelo corto, que no salga al exterior, se puede cepillar cada 2 semanas o una vez al mes. Si se trata de un gato con pelo largo se debe cepillar una vez a la semana o incluso con mayor frecuencia.
Con todos estos consejos se puede realizar un buen cepillado al gato que no solo mantendrá un pelaje hermoso, sino que también tiene beneficios adicionales: mejora la circulación, la digestión, el humor y la conexión con su amo.