Los gatos son animales muy saludables. Han evolucionado con una gran resistencia a enfermedades, además de ser muy esmerados en su propio aseo. Dedican bastante de su tiempo a acicalarse y tomar largos baños de cara y buena parte del cuerpo con la ayuda de sus patas, su lengua y su saliva. Aun así, hay algunos problemas de salud que los pueden afectar. Y sus ojos son órganos muy delicados.
En los gatos, una afección común, es producir algún tipo de líquido o fluido que brota de sus ojos, como si estuvieran llorosos. Hay una amplia variedad de causas para que esto ocurra ya que lo normal es que estén húmedos, pero no en exceso ni con lágrimas. La presencia de algo extraño al ojo, incluso un objeto muy pequeño como su propio pelo, puede generar una reacción inadecuada que se manifieste con el lagrimeo excesivo.
Como todas las mucosas, son muy sensibles y reaccionan ante cualquier estimulo que lo afecte. Sin embargo, también puede ser una señal de algún problema más serio.
Para que tengas una idea más clara de lo que le ocurre a tu gato, cuando lo veas lagrimear, revisa estos datos prácticos que te van a resultar súper útiles.
¿Causas del lagrimeo en gatos?
Los ojos para mantenerse humectados, y puedan cumplir de manera adecuada su función tienen unos conductos llamados lagrimales. Estos funcionan como una especie de drenaje para las lágrimas. En ocasiones, se pueden obstruir con algún elemento como mucosidad, lo que conlleva molestias y una sobre estimulación acuosa. Es muy probable que el gato experimente molestias en la zona y, si no se atiende, puede volverse doloroso.
La conjuntivitis es un problema que afecta a humanos y felinos. Esta se desencadena por una infección de la conjuntiva que es la parte blanca del ojo. Este tipo de padecimientos tiene diferentes niveles de agresividad, algunos casos son leves otros se vuelven graves.
Un golpe o una infección, derivada de otras enfermedades o la presencia de microorganismos también resultan en un exceso de humedad en el ojo.
En ciertos casos, por su propio carácter juguetón puede entrarle un objeto extraño, basura, fragmentos de mental, tela o cualquier otro material. Cuando esto ocurre, las mismas lagrimas o humedad del ojo, actúan para hacerlo salir, pero si no funciona, queda adherido al ojo y se puede convertir en una infección por la presencia de microbios.
Distintos tipos de virus también pueden atacar a tu felino, en ocasiones se presentan como enfermedades que afectan las vías aéreas, lo que afecta la garganta, oídos, nariz y también los ojos. Incluso se puede observar que segrega sustancias más espesas que recubren parte del ojo.
Para algunos gatos, para pocos en realidad, hay elementos que les desencadenan alergias. Desde alguna hierba o flores, olores de sustancias químicas o naturales, el polvo, la humedad, entre muchos otros, son capaces de afectar la zona superior, crear constipación o una gran cantidad de humedad en los ojos. Incluso algunos alimentos tienen este efecto alergénico y sus visibles consecuencias.
Síntomas adicionales en gatos con ojos llorosos
Aparte de que los ojos lucen llenos de agua o con demasiadas lágrimas, hay otras manifestaciones o señales que emite el cuerpo. Es importante que las conozcas porque puede ser algo más delicado que los problemas mencionados.
Cambios de color, es decir que el ojo luzca irritado o incluso morado, además de presentar inflamación en la zona de los párpados, es muy probable que sea una conjuntivitis bastante agresiva. O puede tratarse de una enfermedad infecciosa muy contaminante. Si tienes otros gatos es preferible separarlos para evitar que el problema se propague.
Si el gato no puede abrir uno o ambos ojos por su cuenta. O experimenta molestia si lo tratas de abrir, existe la posibilidad que se deba un herpes felino.
Una característica que debe observar con atención es la coloración del fluido. La tonalidad amarillenta o verdosa es un fuerte indicativo de que hay un proceso infeccioso activo, por lo que necesita un tratamiento en dosis adecuadas al tamaño, edad, etc., del gato.
Como te has dado cuenta, mucho depende de la observación para tener una idea un poco más clara de lo que le ocurre. Así, por ejemplo, puede volverse intolerante a la luz, le molesta, no puede abrir los ojos si hay una fuente de luz cerca, tal vez hay un problema más serio en la estructura del ojo como una úlcera. Lo que, claro, requiere asistencia profesional.
Otros síntomas que puede presentar son estornudos, secreciones nasales, volverse más lento, menos activo, tos. Todo esto puede indicar que el gato está resfriado, por lo que también es necesario el diagnóstico del veterinario.
¿Cómo ayudar a tú gato si le llora un ojo?
Las medidas de higiene son necesarias en esta situación. Para ello necesitas gasas, de preferencia esterilizada, suero fisiológico o algún producto específico para la higiene ocular.
Limpia con cuidado, la zona de los ojos, los alrededores de los parpados, sin presionar en exceso. Trata de eliminar lo más que puedas todas las secreciones para que se sienta más cómodo.
Intenta examinar sus ojos, claro esto depende de que el gato permanezca tranquilo. Tal vez puedas detectar si tiene pegado algo que esté causando el problema.
En los casos de conjuntivitis, o cuando el gato se rasca de manera continua los ojos resulta beneficioso aplicar compresas frías y luego calientes, y combinar varias veces. Esto ayuda a desinflamar el ojo y a disminuir la sensación de escozor o picazón. También se puede usar las compresas de manzanilla que ayuda a mejorar estos síntomas.
Ten en cuenta que algunas especies de mininos tienen una mayor predisposición a sufrir problemas en los ojos. Como por ejemplo los escoceses y los persas, en general, los gatos con caras muy planas, es decir poca proyección del hocico, suelen enfrentar más problemas con conductos lagrimales, malformaciones de estos, así como la invasión capilar en los ojos.
La mejor recomendación, tal como se ha mencionado, es llevar al gato al veterinario. Así el diagnostico será seguro y tendrá los medicamentos que necesite. Además, podrá detectar si tiene alguna enfermedad que sea la raíz de que tu gato le llore un ojo.