Gato Común Europeo

Conocido también como gato romano, el gato común europeo es, como su nombre indica, una de las razas más comunes que se encuentran en Europa. Además de ser un animal de compañía habitual en viviendas de todo tipo, también es frecuente encontrarlo en estado salvaje en colonias en las ciudades. Es una raza muy heterogénea y con multitud de variables tanto en sus características físicas como en su temperamento. Una de las razones por las que es tan numeroso.

El origen del gato común europeo es desconocido, pero se sabe que es uno de los felinos más antiguos del planeta. Es posible que los primeros ejemplares aparecieran en África y Asia, como consecuencia de cruces entre diversas especies felinas. Los romanos encontrarían en este animal un compañero ideal, y fueron ellos los encargados de hacer que la raza se extendiera por todo el mundo. De ahí que se conozca también como gato romano. Aunque no es posible definir con exactitud los antepasados del gato europeo, lo más probable es que en su ADN se encuentren restos del gato montés africano y del gato de la jungla.

Estos gatos llegaron rápidamente a casas de todos los rincones de Europa para saltar después al resto del mundo. Y es que los humanos conseguían compañeros muy leales y además unos cazadores inigualables para dejar las casas libres de roedores y otros pequeños animales. Incluso llegó a popularizarse tanto que era poco usual encontrar una casa en la que no hubiese al menos un ejemplar de gato europeo común.

A pesar de su expansión y número de ejemplares, la Federación Internacional Felina tardó varios años en aceptar la raza como oficial. El primer intento fue en el año 1925, petición que resultó denegada. Por lo que hubo que esperar hasta el año 1983 para que el gato común europeo fuese una raza como tal.

El principal problema del aumento tan significativo de ejemplares de esta raza, es que no había ningún control sobre la cría. Lo que propició también la creación de colonias callejeras salvajes repletas de gatos. Esto hizo que la concienciación de las personas con respecto a esta raza no fuese tan alta como con otras, razón por la que todavía es tan habitual ver por la calle gatos sin hogar e incluso abandonados.

Características del Gato Común Europeo

Aunque se pueden encontrar infinidad de combinaciones y variaciones en los ejemplares pertenecientes al gato común europeo, lo cierto es que todos ellos comparten algunas características concretas. Por ejemplo, suelen ser gatos de tamaño medio, fuertes y musculados, aunque con una silueta esbelta y atlética. Se trata de animales bien proporcionados en la longitud de sus patas y de su cola, con una cabeza redondeada y un hocico de tamaño medio. Muestra unas orejas también medianas que se mantienen siempre erguidas sobre la cabeza. Y unos ojos grandes y redondeados que pueden aparecer en cualquier color, aunque los más comunes son azules, verdes o amarillos.

Dentro de sus características se incluye también el hecho de que es un animal muy adaptable a todo tipo de circunstancias, como puede ser el tipo de hábitat, la temperatura, etc. El desarrollo natural de la raza ha hecho que conviva bien en cualquier lugar y que muestre una mayor resistencia y fortaleza si se producen cambios.

Por otro lado, cabe mencionar su pelaje. Por lo general, el gato europeo es de pelo corto, fino, brillante y muy suave al tacto. En caso de encontrar ejemplares de gato europeo de pelo largo, lo más probable es que se trate de un cruce con otra raza, por lo que no podría considerarse como tal. En cuanto a las tonalidades, el estándar de la raza admite todo tipo de colores y patrones en la raza, siendo los más habituales los gatos pardos. Es fácil encontrar ejemplares de gato común europeo atigrado gris, gato europeo bicolor, tricolor, tabby, jaspeado, monocolor, etc. Y todos ellos con cualquier coloración o mezcla de ellas, desde el negro hasta el blanco, pasando por el naranja y cualquier otro.

La raza es tan variable que es posible encontrar ejemplares desde los 4 kilos hasta los 8 kilos de peso. Pero es difícil deducir cómo de grande se hará un cachorro de gato europeo a no ser que se conozcan tanto a sus progenitores como a sus ascendentes directos.

Comportamiento del Gato Común Europeo

El gato común europeo tiene un carácter también muy variable dependiendo del ejemplar. Esta raza no se ha definido a nivel de cría y selección de ejemplares como sí se ha hecho con otras, de ahí que resulte complicado encontrar homogeneidad en su temperamento actual. Lo más importante para desarrollar un temperamento adecuado, es ofrecer al gato una educación adecuada y una correcta socialización desde pequeño.

Como rasgos más generales del gato europeo doméstico, destaca el hecho de que es un animal independiente, lo que no implica que sea poco cariñoso o arisco. De hecho, es un animal que suele buscar el afecto de su dueño, aunque sí puede mostrarse antipático con las personas que no conoce. Destaca también en esta raza una elevada inteligencia y capacidad de aprendizaje, tanto que incluso a veces puede ser algo cabezota a la hora de obedecer una orden.

También hay que mencionar que se trata de un animal muy limpio que tiende a mantener su casa y a sí mismo sin suciedad. Y es un gran cazador que mostrará sus habilidades llevado regalos en forma de animales cazados a su familia. El temperamento del gato común europeo dependerá en gran medida de la propia naturaleza de cada ejemplar, pero también de cómo se le trate y eduque desde pequeño.

Principales enfermedades del Gato Común Europeo

El desarrollo natural de la raza ha hecho que el gato común europeo sea una de las más fuertes y resistentes de todo el reino felino. Además, se adapta con máxima facilidad a cualquier modo de vida, por lo que apenas sufre enfermedades, y no se conoce ninguna enfermedad genética que le afecte de forma especial por el tipo de raza.

Pueden desarrollar algunas enfermedades comunes a los gatos, pero no en mayor proporción que otras razas. Por ejemplo, alergias, cataratas, conjuntivitis, problemas gastrointestinales por bolas de pelo, etc. Para evitar en la medida de lo posible estas y otras afecciones, lo más recomendable es que acudas con tu gato al veterinario al menos dos veces al año o siempre que notes algún comportamiento extraño. Así podrás llevar también al día su calendario de vacunaciones y desparasitaciones y descubrir si tiene cualquier otro problema.

Cuidados básicos del Gato Común Europeo

Los cuidados del gato común europeo son realmente sencillos. Todo lo que requiere es seguir unos hábitos saludables en su día a día, tiempo de juego, cariño y una educación adecuada. El propio gato tiende a ocuparse de su higiene, aunque nunca viene mal cepillarlo para eliminar el pelo muerto, y darle un baño completo cuando esté sucio.

Una de las claves para la salud de tu gato europeo es la alimentación. Con un alimento de calidad se mantendrá sano por dentro y se verá espectacular por fuera. Procura ofrecerle comida seca y puntualmente alimento húmedo para que tenga todos los nutrientes que necesita. Cuida además de las cantidades y las raciones, puesto que es fácil que un ejemplar muy glotón engorde, y la obesidad es una de las peores enfermedades para los gatos.

Procura también que tu gato se ejercite a diario tanto física como mentalmente. Hay ejemplares que son más activos y otros que prefieren pasar la mayor parte del día durmiendo, pero es importante para mantener su salud que jueguen, corran y salten todos los días. Recuerda además que la base de un gato equilibrado y feliz es una buena educación, así que comienza a educarlo desde cachorro y siempre con firmeza y mucho cariño.

Si quieres que tu nueva mascota sea de la raza de gato europeo, no podrías tenerlo más fácil. Puedes encontrar cachorros de esta raza deseando ser adoptados en protectoras de animales o en camadas de particulares. Incluso podrías valorar la opción de rescatar un gatito de la calle, que seguro que te lo agradecerá.

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