¿Has oído hablar alguna vez del Caracal? Lo cierto es que este felino tiene poco de gato y mucho de animal salvaje. Por eso, a pesar de su aspecto y belleza, no es un animal apto para la convivencia con seres humanos. Aquí podrás descubrir qué es un caracal, su historia y sus características, pero, por mucho que llame tu atención, no olvides que se trata de un felino que debe vivir en su hábitat natural.
La historia del Caracal se encuentra en las sabanas y semidesiertos de África y del oeste de Asia. Está considerado como el lince africano, aunque no guarda ninguna relación genética ni de historia con el lince común. Su apariencia recuerda a los servales, otros felinos de la misma zona que pueden llegar a recordar a leopardos y felinos de mayor tamaño. Es un animal muy difícil de ver, puesto que nunca se acerca a los seres humanos y es nocturno, lo que tampoco ayuda a su avistamiento.
Recibe su nombre de la palabra turca Karakulak, cuyo significado es ‘oreja negra’. Lo que se debe a la forma y coloración de la parte posterior de sus orejas, con un pelaje negro que sobresale de una forma similar a las orejas de los linces. Aunque conviene recordar que al enfrentar caracal vs lince se pueden apreciar sus diferencias desde la superficie.
Una de las curiosidades de estos animales, es que no se mantuvieron en un solo territorio, llegando a encontrarse ejemplares incluso en la India. Allí, fue utilizado por la nobleza como animal de caza, e incluso es posible encontrar representaciones de estos felinos en murales del antiguo Egipto. Por lo que cabe pensar que tuvieron algún significado espiritual o religioso. No obstante, la relación entre el caracal y los seres humanos nunca fue fructífera, y es que no están hechos para ser domesticados por las personas.
No es posible tener un caracal doméstico como si de un gatito se tratara. Porque son animales que no tienen nada que ver más allá de algunas similitudes en su aspecto físico.
En el impulso humano de jugar a ser dios, se ha creado un híbrido de Caracal como mascota para dar una solución a las personas que quieren tener uno de estos animales salvajes. En concreto, la mezcla se realiza entre machos de caracal y hembras de gato común, pero no es un proceso nada fácil ni seguro.
La primera vez que uno de estos cruces tuvo lugar, fue de forma casual en un zoo de Alemania. El cachorro nació con toda clase de problemas de salud y tuvo una esperanza de vida muy corta. Algo que también suele ocurrir en los casos de cruces controlados. En primer lugar, porque son especies muy diferentes en cuanto a tamaño y características. Son muchas las hembras que han muerto a manos de los machos que ven en ellas simples presas de las que alimentarse. E incluso cuando el cruce es efectivo, la gestación y el parto tienen muchos riesgos para la madre.
De una camada en la que como mucho nacen tres o cuatro cachorros, la proporción dice que la mitad suelen morir a los pocos días, y que la salud de los que sobreviven no es la mejor. Además, hay que tener en cuenta que las necesidades de estos animales híbridos cuando crecen son mucho más parecidas a las de un caracal salvaje que a las de un gato común, tanto en lo referente a alimentación y cuidados como en su carácter y forma de comportarse.
Entre todas las consecuencias de criar a estos animales, destaca el hecho de que aquellos que no sirven ni para criar ni como mascota, son directamente sacrificados. Y que muchos de los que llegan a ser mascotas acaban abandonados al crecer y desarrollar su carácter salvaje. De forma muy puntual nace un ejemplar con las características deseadas y con buena salud, pero todo el sufrimiento animal provocado en el proceso hace que no sea algo ético y que no merezca la pena.
A pesar de ello, la demanda de estos animales está en alza, por lo que la tendencia será, con toda seguridad, la de seguir traficando con vidas inocentes que no deberían existir.
Lo cierto es que la belleza del llamado lince caracal es indiscutible. Tener la oportunidad de ver en persona a uno de estos animales es toda una experiencia, aunque resulta prácticamente imposible. Así que siempre será más fácil que puedas ver fotos del caracal para maravillarte con sus características.
El caracal es un felino de tamaño medio o incluso grande, que puede llegar a medir 92 centímetros de largo sin incluir la cola. Y 30 centímetros más si se incluye. Su peso se encuentra en una media de 17 kilos, aunque pueden superar esa cifra. A pesar de que sus dimensiones no sean especialmente abrumadoras, hay que tener en cuenta que se trata de un animal salvaje, fuerte y poderoso.
Entre sus características destacan, además de la fuerza, la velocidad y la resistencia. Y unos agudizados sentidos, especialmente la vista y el oído. Se convierten así en unos depredadores muy a tener en cuenta, capaces de dar caza a animales de gran tamaño, incluso superiores a ellos. Aunque las presas preferidas del caracal cazando son las liebres, los roedores en general, las crías de antílope y las aves. Disfrutan especialmente de la caza de todo tipo de pájaros y aves, ya que son capaces de atraparlas en las copas de los árboles e incluso cuando emprenden el vuelo, puesto que llegan a saltar hasta 3 metros de altura.
En su aspecto físico merece la pena nombrar la expresión de su rostro, que recuerda en algunos puntos a los gatos comunes, pero también a los grandes felinos. En su cara llama la atención una nariz grande y oscura, unos enormes ojos de color verde por lo general, y sus grandes orejas con penachos de pelo que sobresalen en las puntas erguidas. Su pelaje es corto y denso, suave al tacto, y se presenta en tonalidades que van desde el rojizo al anaranjado, sin patrones de ningún otro color, aunque su pecho y vientre son blancos.
La ternura que se puede ver en un caracal cachorro contrasta con la fiereza de la raza de gato caracal cuando es adulto. Como animal salvaje que es, el felino caracal tiene un comportamiento y un carácter completamente salvaje. Lo que significa que no es sociable con seres humanos ni con otros muchos animales. De hecho, se trata de un animal solitario que pasa la mayor parte del tiempo sin la compañía de otros de su especie, excepto en la época de celo, cuando se suelen ver en pareja.
Si todavía crees que puedes comprar un caracal, lo mejor es que deseches esa idea cuanto antes. No es factible tener un gato caracal de mascota, y tampoco deberías pensar en alguno de esos híbridos con gato común. El gato caracal no es doméstico, y tener uno en casa, a pesar de los procesos de hibridación por los que haya podido pasar, no es una buena idea.
El resultado será un animal y un humano frustrados por no ser capaces de entenderse y no poder generar una relación de amistad como sí ocurre con otros animales. Hay miles de gatos en la calle que serán mascotas ideales y que esperan la oportunidad de que alguien se fije en ellos y les dé un hogar. Los animales salvajes deben vivir libres, así que olvida la idea de tener un caracal y empieza a pensar en adoptar un gato a quien puedas dar todo tu cariño y atenciones.
Mascotas
Entradas recientes