Gato de Bengala

Como parte del gusto de los seres humanos por los felinos salvajes, son muchas las razas de gato doméstico que se han desarrollado a imagen y semejanza de dichos animales. Aunque la realidad es que casi ninguno de estos gatos domésticos responde a las características salvajes buscadas más allá del parecido físico. Razón, por otra parte, por la que se pueden mantener como animales de compañía domésticos.

Este no es el caso del gato de bengala, también conocido como gato bengalí, una de las pocas razas de gato que sí cuenta en su ADN con sangre salvaje. El origen de esta raza felina es muy actual y se remonta tan solo al año 1963, en los Estados Unidos, por lo que no se puede decir que tenga una historia larga y compleja. Lo cierto es que su aparición fue planificada cuidadosamente por una experta en genética animal, Jean Mill, quien dio comienzo al programa de cría de esta raza después del primer cruce entre un gato común doméstico y un gato leopardo de la zona de Asia, un felino pequeño y salvaje del tamaño de un gato doméstico pero que nada tiene que ver con las mascotas.

A partir de entonces, comenzaron a fijarse las características de la raza con otros cruces, con ejemplares de razas como el Mau Egipcio, el Ocicat, el Abisinio o el Siamés. Así, a partir de 1970 se estableció la nueva raza como tal, y también fue reconocida y admitida en exposiciones de belleza. Lo cierto es que, en un recorrido temporal corto, esta raza ha conseguido posicionarse como una de las preferidas en todas partes del mundo por su belleza y su parecido con el leopardo.

Después de los cruces con las demás razas, el temperamento del gato de bengala se suavizó, pero todavía en la actualidad sigue manteniendo comportamientos que pueden recordar al salvaje gato leopardo, del que procede. Por este motivo, el gato bengalí no es una raza que pueda recomendarse a cualquier persona. Únicamente debe vivir en lugares donde haya personas que sepan cómo tratarlo y educarlo, y responsabilizarse de su comportamiento siempre que sea necesario.

Y es que el gato bengalí ha heredado muchas de sus características, tanto físicas como de comportamiento, de sus antepasados salvajes. Para empezar, es un animal más grande que la media de gatos domésticos, y posee la belleza de los leopardos. En cuanto al temperamento, una de sus características más llamativas es el gusto por el agua, algo que se debe a las necesidades de los grandes felinos de nadar y pescar para sobrevivir. Por eso este animal no puede ser tratado como el resto de gatos domésticos, porque de no entenderlo, estará condenado a vivir una vida triste y frustrante, y a no generar nunca con su familia la relación deseada con una mascota.

A pesar de todo, se ha vuelto muy popular con el paso de los años, y actualmente es posible encontrar ejemplares de esta raza en todos los lugares del mundo. Pero siempre hay que tener en cuenta que las características del gato bengala deben ser muy concretas para que un ejemplar pueda catalogarse como tal.

Características del Gato de Bengala

El gato de bengala es un animal fuerte y musculoso, robusto y más pesado que otros gatos de tamaño similar. Eso es porque los huesos de esta raza son también más pesados y densos de lo que podría considerarse normal, lo que hace que este animal tenga una presencia única en relación a otras razas de gatos domésticos. El peso que puede llegar a alcanzar el gato bengalí es de hasta ocho o nueve kilos en un macho adulto, un peso que no es exagerado para el tamaño del gato bengalí. En el otro extremo, también pueden encontrarse hembras que no superan los 3 kilos y medio de peso, de ahí que los datos concretos dependan en gran medida de las características de cada ejemplar.

Entre las características del gato bengalí más destacables se encuentra su cabeza. Y es que la cabeza es muy llamativa también por su tamaño, redondeada y ancha, aunque siempre en proporción con el resto del cuerpo. Su expresión es de gran belleza gracias a unos ojos enormes y almendrados, que pueden ser de diversos colores, generalmente amarillos o verdosos, y a una mandíbula fuerte y afilada que le da una expresión salvaje muy propia del leopardo, animal al que sin duda hace referencia. También ayudan a completar esta imagen salvaje unas orejas pequeñas y terminadas en punta, que siempre mantienen erguidas sobre su cabeza.

Y sin duda, algo que tampoco pasa desapercibido en este animal es su pelaje único, digno de cualquier felino de mayor tamaño. Suave y espeso, brillante y con un patrón de color muy semejante al del leopardo. Tiende a apelmazarse sobre su cuerpo, por lo que, como parte de sus cuidados, se aconseja limpiarlo con frecuencia con un paño para eliminar polvo o suciedad y que se vea más suelto, mostrando toda su majestuosidad. Aunque el patrón de su manto sea el atigrado, lo cierto es que el color de base puede ser muy variable, desde el marfil o crema, pasando por el dorado, el amarillo o el naranja. Incluso las manchas que le dan el aspecto de pequeño leopardo pueden variar de negro a chocolate o a canela, aunque siempre se debe mantener, según el estándar, la punta de la de la cola negra, las almohadillas plantares y un abdomen moteado.

Comportamiento del Gato de Bengala

El carácter del gato bengalí está definido por la dualidad como mascota y animal salvaje. Es un animal activo y juguetón, sociable por naturaleza y también cariñoso, pero no hay que olvidar que mantiene ciertas pautas en su temperamento que recuerdan a un felino salvaje. Su curiosidad y su hiperactividad son inmensas, situándose en los primeros puestos en comparación con otros gatos. Siempre tiene el instinto de buscar, de descubrir y de moverse, pero eso no significa que no pueda ser un buen animal de compañía o que no genere una buena relación con sus propietarios.

Al contrario, los gatos de bengala son muy cercanos a su familia, siguen a sus dueños por la casa y demandan cariño y atenciones con frecuencia. Lo único que hay que tener en cuenta es que su educación y socialización deberá ser más estricta que con otros gatos para que no aparezcan problemas de conducta cuando el gato bengalí cachorro crezca. Incluso, los gatitos que se crían desde pequeños en un entorno familiar, suelen llevarse más que bien con otros gatos, perros y otros animales de compañía, con quienes siempre buscará el juego.

Por su ascendencia salvaje, en algunas ocasiones puede ser temperamental y cabezota, nada que no pueda controlarse con un líder fuerte y capacitado para guiarle. Lo único que hay que tener claro es que se trata de un gato único que requiere unos cuidados concretos, así que para conseguir que sea feliz y equilibrado, deberás informarte de todas sus necesidades y estar dispuesto a cubrirlas.

Principales enfermedades del Gato de Bengala

El gato de bengala no suele presentar enfermedades físicas hereditarias, y es más resistente que otras razas a las enfermedades más típicas de los gatos domésticos. Sin embargo, este animal puede presentar periodos de inestabilidad emocional si no se educa de la manera adecuada y si no se le ofrecen las actividades que necesita. Y es que sus raíces salvajes requieren actividades adaptadas, que deben ir más allá de estar en casa y de ser un gatito doméstico tranquilo. De no ser así, es posible que presente ansiedad, depresión o nerviosismo, y que se vuelva arisco con las personas. Para evitar estos comportamientos, hay que asegurarse de que entre los genes del ejemplar existan al menos cuatro cruces de gatos domésticos, por lo que siempre se debe acudir a un criador especializado en la raza.

Cuidados básicos del Gato de Bengala

La importancia de acudir con frecuencia al veterinario es máxima para todos los animales, y estos no iban a ser menos a pesar de su salud de hierro. Visitar al veterinario al menos dos veces al año hará que tu gato esté siempre en perfectas condiciones, y te permitirá además mantener al día su calendario de vacunaciones y desparasitaciones.

Más allá de la clínica veterinaria, tendrás que conseguir que tu mascota lleve unos hábitos de vida saludables a todos los niveles, y adaptados a sus necesidades. Para empezar, debes asegurarte de que su alimentación sea de calidad, para cuidarlo tanto interna como externamente. Una buena alimentación es la base de su salud y de la belleza de su pelaje, así que comprobar que tiene energía y que su manto está siempre brillante es una buena forma de saber que el alimento es adecuado para él. También deberás procurar que la ración sea la adecuada y administrarla en varias tomas diarias para que no aparezca ningún problema gástrico.

Por otro lado, debes cepillar su pelaje al menos una vez a la semana para que se mantenga en las mejores condiciones. Ciertamente, no es un tipo de pelaje que requiera de cuidados excesivos, pero sí es aconsejable eliminar la suciedad y el pelo muerto con frecuencia. También puedes bañarlo por completo de vez en cuando, cada dos meses aproximadamente, para que su pelaje brille aun más, pero hazlo siempre con productos específicos para gatos.

No debes nunca dejar de lado la educación y el ejercicio como parte de sus cuidados, porque eso ayudará a que tu mascota sea tranquila en casa, cariñosa y obediente. Juega todo lo que puedas con él y dale la oportunidad de realizar actividades intensas y variadas, que pongan a prueba tanto su físico como su inteligencia, que es mucha. Y edúcalo siempre de una forma firme pero cariñosa, recuerda que es un animal con sangre salvaje, y que enfadarte con él o castigarlo solo empeorará su carácter y su confianza en ti.

Curiosidades del Gato de Bengala

  • Hay que tener en cuenta que para que un gato de bengala pertenezca realmente a esta raza, debe tratarse de una cuarta generación. Es decir, han debido pasar tres cruces anteriores con gatos domésticos que garanticen que los cachorros serán también domésticos y sociables.
  • Los primeros machos que surgieron del cruce del gato doméstico con el gato leopardo fueron estériles, lo que auguraba un mal futuro a la raza. Sin embargo, después de los siguientes cruces de la hembra con otros gatos domésticos, los machos fueron fértiles, de modo que se siguió desarrollando y evolucionando hasta la actualidad.
  • Es una raza tan actual que, hasta el año 1985, no fue cuando realmente se presentó como tal ante todo el mundo. Previamente había sido reconocida en algunos lugares, pero todavía faltaba el reconocimiento de las asociaciones oficiales.
  • Existe una variedad de gato bengala muy poco común, llamada bengala snow, de color blanco, que se originó mediante el cruce de el gato leopardo de Asia y el gato siamés. No obstante, es muy poco frecuente encontrar ejemplares con el manto blanco.
  • El maullido del gato bengalí es muy peculiar. En ocasiones será dulce y suave como el de un gatito casero cualquiera, pero también puede ser que muestre un maullido profundo y grave, que recordará mucho más a un animal salvaje. Un indicativo de su estado de ánimo que vale la pena tener en cuenta.

Si crees que esta raza es la mejor para ti y piensas en comprar un gato bengalí, lo primero que debes hacer es informarte acerca de algún criadero de gato bengalí de confianza y profesional que se encuentre cerca de ti. No debería ser un problema dar con buenos profesionales, pero siempre asegúrate de que su crianza está controlada y pide consejo y opiniones a otros propietarios de gato bengalí. Hacerte con uno de estos animales implica una importante inversión, tanto económica como a nivel de esfuerzo y tiempo hasta obtenerlo. Pero también será muy gratificante cuando puedas abrazar a tu nuevo amigo y entenderás que el esfuerzo formará parte siempre de vuestra relación.

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