Una de las razas más majestuosas, delicadas y elegantes que existen en el mundo felino es sin duda el gato angora turco. Se cree que esta raza es una de las más antiguas de gatos domésticos que existen, y también están considerados como los primeros de pelo largo de la historia. Su origen se encuentra en la región de Ankara, situada en Turquía, de donde recibe parte de su nombre. Aunque no está claro el momento o la forma en la que apareció la raza como tal.
Una de las teorías sugiere que estos gatos tuvieron lugar a partir de otros gatos salvajes criados en China. O que se pudieron desarrollar a partir de gatos autóctonos de manera natural, cuando comenzaron a adaptarse al frio medio en que vivían y a lucir un pelaje largo y denso. En esta teoría, los primeros ejemplares similares al angora turco habrían aparecido en Rusia, y de ahí se habrían expandido a otros territorios para dar lugar al propio gato angora turco, al Maine coon o al bosque de noruega.
Fuera como fuere, lo que sí está claro es que el desarrollo de la raza como tal se produjo en Turquía, y que allí estos animales cobraron un gran protagonismo en poco tiempo. Sus características físicas únicas en el mundo felino eran lo suficientemente llamativas como para que se llegase a considerar el angora turco como un animal casi sagrado. Y es que su color blanco en todo el pelaje, y su habitual característica de heterocromía, o un ojo de cada color, eran considerados como símbolos de pureza. Llegando a convertirse en uno de los tesoros nacionales de Turquía. Incluso existen leyendas populares en torno a este animal que aseguran que algún día el fundador de Turquía regresará al mundo como una reencarnación en este animal.
La belleza de estos animales, su elegancia y sus características temperamentales, hicieron que poco a poco llegase a otros países. En primer lugar, de Europa, donde eran entregados como regalos del Sultán turco a la nobleza, según recogen algunos documentos del siglo XVI. Así, los gatos de angora turcos entraron en la corte inglesa, y luego en la corte francesa, donde también fueron muy valorados por las personas de la más alta posición.
Para hablar del gato angora turco como raza oficial, hay que avanzar en el tiempo hasta la década de los años 70. Primero fue la CFA y después la FIFE las organizaciones felinas que reconocieron al gato angora turco como raza. A pesar de ello y de todas sus cualidades, no es una de las razas con más ejemplares en todo el mundo. Encontrar un ejemplar de gato angora turco no siempre resulta sencillo. Pero lo que no cabe duda es que se trata de un animal por el que merece la pena esforzarse.
El gato de angora turco se puede describir como un animal de movimientos elegantes y sofisticados, caracterizado por una gran belleza y una delicadeza en un físico que no siempre se corresponde con su temperamento activo y juguetón. Lo más llamativo sin duda entre todas sus características es ese pelaje sedoso y esponjoso que a veces recuerda a las plumas de las aves. Pero no es la única cosa que hace único a este felino, por lo que hay que conocer el resto de características del angora turco.
El tamaño del gato angora turco es medio en comparación a otros felinos similares, aunque a veces puede parecer más grande debido a su pelaje. Su peso medio se sitúa en torno a los 4 kilos, un peso normal para la mayoría de gatos domésticos. Su cuerpo es alargado y atlético, muy estilizado. Guardando las proporciones perfectamente en todo su cuerpo, aunque su cabeza es más bien pequeña en comparación al resto de su anatomía. Llama la atención que sus patas traseras son más altas que las delanteras, pero esto no supone ningún tipo de problema para el animal. Destaca una cola larga y muy poblada de un manto largo y suave, y unos ojos almendrados y grandes para el tamaño de su cabeza. Otra de las llamativas rarezas de esta raza es que suele mostrar heterocromía en sus ojos, o, lo que es lo mismo, ojos que difieren en color de uno a otro. Lo más habitual es que tenga un ojo de tonalidad amarilla o ámbar y otro ojo de color azul o verde, pero las combinaciones pueden variar.
Sobre el color de su pelaje, en su origen solo se aceptaba el gato angora turco blanco por completo, pero con el paso del tiempo fueron apareciendo otros colores, por lo que ahora se pueden ver ejemplares de tonos como el rojo, azul, crema, marrón, etc. Aunque no es común encontrar un gato angora turco negro.
El carácter del angora turco es juguetón sin llegar a ser hiperactivo. Sabe estar tranquilo y en calma cuando la situación lo requiere, y activarse en los momentos de juego. Le gusta realizar todo tipo de actividades que desarrollen su físico y su mente, pero también disfruta del reposo y de momentos de tranquilidad como el que más.
Es un gato bastante sociable y que adora pasar el tiempo con su familia humana, incluso adoptando comportamientos caninos como el de seguir a su dueño por toda la casa. Sin embargo, puede mostrarse inseguro en el trato con niños o con extraños si no se le acostumbra y socializa desde que es un gato angora turco bebé.
Cabe destacar también que se trata de animales obedientes y dóciles, que aprenden con velocidad gracias a su inteligencia. Además, adoran los premios en forma de mimos o chuches, por lo que es un gato al que se le pueden enseñar diversos trucos con bastante facilidad.
También se adaptan fácilmente a la vida en cualquier lugar siempre que su familia le preste la atención que necesita, sobre todo en lo relativo al cariño y a las sesiones de actividad. Y así será feliz tanto en un piso como en una casa más grande con jardín.
Una de las características más ventajosas del gato turco de angora es que no sufre enfermedades congénitas que sí afectan a otros gatos. El único problema al que son más propensos que otras razas es a la sordera, que aparece con frecuencia en ejemplares blancos con los dos ojos del mismo color. Aparte de eso, hay enfermedades comunes a todos los gatos, como las bolas de pelo en el estómago, y otras de origen contagioso que se pueden evitar siguiendo algunas pautas básicas de hábitos y de higiene. Y, por supuesto, acudiendo al veterinario al menos dos veces al año para llevar al día sus vacunas y desparasitaciones.
Entre los cuidados que necesita el gato angora turco destaca la necesidad de cepillar su pelaje varias veces a la semana para retirar el pelo muerto. De esta manera, además de mantener su manto en las mejores condiciones posibles, se evita que pueda tragar demasiado pelo suelo cuando se acicala, que se convertirá en bolas de pelo en su sistema digestivo que pueden conllevar distintos problemas. Con estos cepillados frecuentes el pelaje se mantendrá en buenas condiciones, pero no hay que olvidar los baños completos una vez cada 6 u 8 semanas con un champú que potencie el tono de su pelo y que sea un producto específico para gatos.
Otra cosa que hay que tener en cuenta como parte de los cuidados de esta raza es la alimentación, que deberá ser equilibrada y siempre en las cantidades adecuadas para su nivel de actividad y tamaño. Como la mayoría de gatos, tenderá a engordar si se le ofrece demasiado alimento y de baja calidad, por lo que conviene ser conscientes de este punto para proteger su salud y conseguir que esté siempre en las mejores condiciones.
Finalmente, no hay que olvidar el ejercicio y la educación dentro de los cuidados que el gato de angora turco necesita. El ejercicio es imprescindible para su salud física, al igual que la educación lo es para su salud mental. De esta forma, tendrás un gato equilibrado y sano cuando sea adulto, para disfrutar con él de una relación inigualable durante muchos años.
Si quieres comprar un gato angora turco y te preguntas cuanto cuesta un gato de angora, debes saber que no todos los animales que se venden son de esta raza, aunque sus características se parezcan. Para asegurarte de que te estás haciendo con un gato angora turco puro, lo más aconsejable es que encuentres un criador profesional y responsable, especializado en la raza que pueda ofrecerte todas las garantías acerca de tu nuevo mejor amigo. Recuerda que esta raza es muy especial y que no se encuentra extendida por igual en todas las partes del mundo, pero el esfuerzo sin duda valdrá la pena en el momento en que empieces a vivir una nueva vida junto a tu mascota.
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