Caballo Pura Sangre
El caballo pura sangre es, probablemente, la especie más conocida de cuantas existen de equinos, debido, entre otras cosas, a su rapidez que le hace estar muy presente en las competiciones ecuestres.
Origen del Caballo Pura Sangre
Esta raza, conocida también como pura sangre inglés, fue desarrollada en el siglo XVIII en Inglaterra, cruzando yeguas inglesas con caballos árabes y berberiscos que dieran como resultado unos auténticos corredores. El objetivo, por tanto, era el de crear unos auténticos portentos que alcanzaran una velocidad elevada que les permitiera triunfar en las competiciones ecuestres más reconocidas a nivel mundial.
Con los cruces que dieron lugar al pura sangre inglés, se pretendía conseguir grandes logros en términos de rapidez y resistencia.
Los purasangres ingleses descienden así de los sementales importados desde Oriente Medio en aquella época.
El registro de este tipo de caballos en Reino Unido se lleva por el Jockey Club. Aunque se considere que se crían solo para correr, lo cierto es que los caballos pura sangre son también desarrollados para la equitación u otras disciplinas por su complexión atlética.
Características del Caballo Pura Sangre
Los caballos pura sangre tienen una altura estimada de 1,63 cm, con coloraciones variadas: desde el tono zaino hasta castaños pasando por colores tordos y alazanes. Pueden presentar también pequeñas manchas blancas en las zonas de la cara, el hocico o por debajo de las patas.
El pelo del pura sangre inglés, que es como también se le conoce a esta raza, suele ser oscuro, por lo que estas manchas blancas vienen a contrastar con el color del resto de su cuerpo. Su pelaje es corto y sedoso.
Dependiendo de las características físicas específicas de cada ejemplar, el caballo pura sangre puede estar destinado para sprints o para carreras de fondo, o para superficie de césped o de arena.
Aquellos pensados para carreras de sprints son los ejemplares que muestran una mayor musculatura, mientras que los caballos de fondo son más esbeltos y presentan unas extremidades más largas y proporcionadas.
Así, se diferencian cuatro categorías de pura sangre de carreras según la conformación de cada ejemplar:
- Sprinter: muy rápido pero poco resistente, indicado para una distancia de unos 1000 metros.
- Miler: gana algo de resistencia y puede ser muy válido para unos 1600 metros.
- Stayer: con menos velocidad, es un animal más equilibrado y resistente, pudiendo ser el acertado para 2600 metros.
- Steeple Chaser: es un ejemplar más grande y extendido, con una osamenta fuerte y apto para aquellas competiciones de obstáculos.
Son animales muy bien proporcionados en su complexión, lo que les hace adquirir una gran belleza y fuerza para las disciplinas deportivas. Como la raza no tiene una apariencia estándar, cada uno de los ejemplares que obedecen al patrón de pura sangre puede tener elementos muy diferentes entre sí.
Muchos compradores de ejemplares de esta especie acuden a un experto veterinario para determinar el estado del animal en cuestión, valorando aspectos como su disposición a caminar, su inteligencia, la conformación de sus patas, el tamaño del corazón, su salud ósea o la situación del aparato respiratorio del animal.
También son conocidos como caballos de sangre caliente, mostrando mucha energía en su galope.
Comportamiento del Caballo Pura Sangre
En cuanto a su temperamento, el caballo pura sangre puede mostrar un carácter nervioso, por lo que a veces resulta algo complicado manejarlos de forma efectiva e inteligente. Se dice que solo los jinetes profesionales son capaces de calmar sus impulsos, por lo que no es un animal adecuado para principiantes o aficionados; quien quiera criar un ejemplar de esta raza tendrá que armarse de paciencia para tratarle.
Gracias a que no se permite ya el cruce de esta especie con otras, el caballo pura sangre mantiene las características tan apreciadas por los amantes de este animal.
La simbología del caballo pura sangre es muy representativa en esta raza, ya que es el modelo que las demás variedades persiguen de robustez, velocidad y resistencia.
Cuidados del Caballo Pura Sangre
Aunque sea un animal de una complexión indudable, también tiende a lesionarse con facilidad por las altas exigencias físicas a las que son sometidos.
Requiere muchos cuidados, ya que puede hacerse daño en las carreras y necesitará las mejores atenciones posibles para recuperar su poderío propio.
Los caballos pura sangre, por tanto, son ejemplares muy demandados por esas cualidades que le hacen únicos dentro de su categoría.
Venta de Caballo Pura Sangre
La venta de caballo pura sangre está siempre en unos niveles muy altos por las características que proporciona para la competición.
Cuando se cría para otras finalidades, como la equitación, es un caballo muy noble pero hay que saber tratarlo y adiestrarlo para calmar su ímpetu en determinadas ocasiones.
Caballo Pura Sangre: Precio
El precio del caballo Pura Sangre varía según distintos aspectos, como la edad, el estado de salud o la robustez del ejemplar. No obstante, al ser la mejor opción para disputar competiciones con él, su valor de mercado puede alcanzar varias decenas de miles de euros.
Hay que recordar también que la industria del caballo supone un 0,5% del PIB a nivel nacional.
En 2012, un pura sangre llamado Frankel fue valorado en 130 millones de euros tras cosechar en solo dos años 14 victorias, todo un tesoro para los criadores de animales portentosos y veloces como son los de esta variedad.
Curiosidades del Caballo Pura Sangre
El récord de tamaño de un caballo pura sangre lo ostenta Tritonis, un pura sangre que nació en Canadá en 1983. Está considerado como el caballo que no es de tiro más grande del mundo: medía 1,98 m a la cruz y su peso era de 950 kg.
También hay que destacar sobre esta especie que su esperanza de vida, dadas sus cualidades, es algo inferior a la de los demás caballos. Se estima que un caballo pura sangre suele vivir unos 20-25 años, aunque existe un récord de un caballo llamado Tango Duke que vivió hasta los 42.