El periquito australiano recibe la denominación de periquito común y, en un tono más científico, Melopsittacus undulatus, aunque también se le conoce con el nombre de cotorra o cata australiana.
Se trata de una especie endémica de Australia, aunque su uso como mascota le ha llevado a extenderse por el resto del planeta.
La raza de periquitos -específicamente el australiano- es la especie de ave más presente en los hogares como mascota y solo es superada como tal por perros y gatos.
Es un ave que suele medir en torno a 18-20 cm, contando desde la cabeza a la punta de la cola, y su peso es de aproximadamente 30-35 gramos.
Es el único de su especie que pertenece a la familia de los loros, de ahí su pico curvado, similar al de estos animales.
Su vida media es muy variable dependiendo de múltiples factores, pero generalmente va de los 10 a los 15 años.
Su plumaje de gran colorido le hace único y especial, siendo el más habitual el color azul, aunque también se pueden encontrar tonalidades amarillas, verdes, blancas, arlequín, etc. Es tan variado que solo el rojo y el negro son los colores que no se admiten en sus estándares.
El periquito australiano azul es un pájaro muy sociable, que no acepta muy bien estar solo, ya que en estado salvaje suele vivir en grupo. Por tanto, si decides hacerte con un ejemplar de esta especie, es conveniente que no le dejes solo durante mucho tiempo porque corren el riesgo de deprimirse y, en el caso de los periquitos, esta situación puede llevarle a la muerte.
El periquito australiano verde es otra de las variedades más frecuentes dentro de esta especie, cuya tonalidad principal es este color que le da nombre.
Además del periquito verde, dentro de las crías selectivas que se han ido dando a lo largo de los años, en diferentes mutaciones, han surgido otras variedades, tales como el albino, lutino, arcoiris o violeta.
Perteneciente a la línea azul, el periquito australiano albino presenta el cuerpo de un color blanco, con la cola totalmente blanca y los ojos rojos. Solo cambian el color en el pico, que es naranja, y en las patas, de color rosa.
Proviene de la línea verde y presentan el cuerpo de un tono amarillo. Al igual que en el caso de los albinos, el periquito australiano lutino no tiene melanina, por lo que las líneas onduladas no presentan color alguno.
El periquito australiano violeta también pertenece a la línea azul y su aspecto general presenta una tonalidad de este color, incidiendo en unas gulares de un color violeta más intenso.
No se trata de una variedad como tal sino que el periquito australiano arcoíris es un conjunto de variedades. Reúne tonos azul, opalino, rostral y las alas claras. La mutación perlado es conocida como arcoíris supra.
El canto del periquito australiano es su medio de comunicación para expresar diferentes sensaciones o peticiones, ya sea a su dueño o a su compañero de jaula.
Así, suelen emitir sonidos cortos que, en muchas ocasiones acompañados de movimientos corporales, tratan de transmitir algo, por lo que el canto del periquito australiano puede comunicar felicidad, tristeza, enfado, cariño, hambre o cualquier otra circunstancia.
En este sentido, el periquito australiano macho es mucho más activo que la hembra en este acto. Con adiestramiento y mucha paciencia, los criadores pueden llegar a enseñarles a decir palabras sencillas o pequeñas melodías.
Por ello, es muy frecuente ver a un periquito australiano cantando, ya que es su medio de expresar las diferentes sensaciones que pueda tener.
Su alimentación se basa en cereales y semillas, que es conveniente complementar con verduras y frutas, siempre que no se oxiden porque podrían poner en riesgo su salud.
Como sus huesos son huecos, los cuidados del periquito australiano requieren también suplementos de calcio, ya sea diluido en el agua o en forma de piedra.
Asimismo, recuerda que una visita periódica al veterinario, así como mantener controladas las desparasitaciones, son aspectos primordiales en su cuidado.
Las jaulas para periquitos australianos deben ser suficientemente espaciosas para poder mover sus alas libremente. Si vas a tener más de uno, debes tener en cuenta que tendrás que hacerte con una jaula más grande, en la que puedan convivir sin problemas de espacio.
Lo ideal para dos periquitos es un ejemplar de 60x60x40 cm, espacio suficiente para moverse y colocar sus juguetes para sus ratos de ocio.
Te recomendamos que adquieras una jaula con una bandeja extraíble, sobre la cual colocar papel de periódico o reciclado para facilitar así su limpieza frecuente.
El comedero y el bebedero deben ser de cerámica, evitando el plástico, que puede acumular más bacterias u hongos.
Procura colocar la jaula en un lugar tranquilo, con buena iluminación y una temperatura estable; en invierno, intenta no dejarla a la intemperie por este motivo.
Se trata de una familia muy alegre, curiosa vivaz y juguetona, por lo cual es muy recomendable que le proporciones diferentes juguetes para garantizar su diversión.
Así, si sabes que tu casa estará vacía durante largos periodos, lo mejor será que adquieras un par de ejemplares, para que se entretengan en esos ratos de soledad.
Por su carácter sociable, lo idóneo es que, llegada la noche, tapes la jaula con una tela para que se relajen y facilite la conciliación del sueño.
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