Los loros son una de las aves más apreciadas entre los amantes de este tipo de animales voladores, ideales para tenerlos en casa como compañero fiel.
Los loros son una especie de pájaros muy peculiar. Una de sus características que más llama la atención a las personas es su alta capacidad de retener palabras o expresiones cortas para repetirlas ante el asombro de quienes se encuentran al lado.
Los loros, anteriormente conocidos como psittacidae y que adquirió su denominación actual ante el gran número de variantes y subfamilias, están repartidos por todos los continentes.
Hay determinados tipos de loros que hablan. Estas aves son animales muy inteligentes y sociables, con la repetición de sonidos o expresiones que escuchan a través de un órgano llamado siringe que se sitúa junto a la tráquea, que posibilita la emisión de esos sonidos, ya que no cuentan con las cuerdas vocales del ser humano.
No obstante, aunque hay loros que hablan, estos no entienden aquello que dicen, aunque sí pueden relacionar las palabras con determinadas situaciones.
Una vez explicado el mecanismo por el que los loros tienen la capacidad para expresar sonidos adquiridos de los seres humanos que les rodean, toca conocer cómo enseñarles a decir determinadas expresiones.
En este sentido, cabe destacar que los machos son mejores habladores que las hembras, con una capacidad de vocalización mayor. Deben estar en perfecto estado de salud y confiar en el dueño para que pongan empeño en esta tarea.
Los mejores momentos para tratar de enseñarles es por la mañana o cuando está anocheciendo. Tienes que tener en cuenta que esas expresiones las repetirán mejor si las asocian con determinadas circunstancias, tales como “buenos días” al amanecer o “gracias” si le ofreces un snack. Por ello, tendrás que enseñárselas junto a la acción para que se asiente esa idea en su cabeza.
Tienes que tener paciencia porque no es un proceso corto ni sencillo, por lo que la constancia en esta labor es fundamental.
Dependiendo del ejemplar, puede haber loros de 10 cm y otros de hasta un metro, aunque lo más normal es encontrarse ejemplares de entre 30 y 40 cm. Su pico es muy característico al estar curvado, con la mandíbula inferior con movilidad y una buena capacidad craneal, lo que les hace ser una de las aves más inteligentes, a la par que los agapornis. Por su parte, la lengua es gorda y carnosa, con papilas fibrosas en determinadas especies.
Su capacidad voladora es bastante buena, mostrando también grandes dotes para agarrarse a cualquier soporte y trepar, mediante sus garras prensiles zigodáctilas (con dos dedos hacia adelante y dos hacia atrás).
Otro de los rasgos que definen a esta familia es la intensa coloración de su plumaje. Generalmente, su color principal es el verde, aunque existen especies con diversos colores alternativos como el rojo, el azul o el amarillo.
En cuanto a sus alas, son redondas y largas. Está muy extendida la costumbre de cortarle las alas una vez se le ha domesticado.
En esta familia, se da dimorfismo sexual, lo que posibilita tareas como diferenciar loros machos o hembras.
Aparte de que las hembras se muestran más agresivas que sus compañeros del sexo opuesto, en la edad adulta, los machos presentan un tamaño de cabeza mayor, además de que tienen tonos del color de su plumaje más intensos y chillones.
Además, la respuesta más certera está en los huesos de la pelvis, cuya separación es mayor en el caso de los ejemplares hembra.
La mayoría de las especies de loros son monógamas, es decir, son fieles a la pareja con la que se relacionan desde que inician su madurez.
La de los loros es una familia que tiene una esperanza de vida bastante alta, dependiendo también de la especie de la que se trate: la de especies como el guacamayo ronda los 80 años; la de las cacatúas, entre 20 y 60; y la de los loros grises se estima en unos 50 años.
Por tanto, dependerá de la especie de la que se trate y el entorno en el que desarrolle su vida, así como los cuidados que se le procure.
Dentro de la familia de los loros y psittacidae, se engloban numerosas especies con características diferenciadoras entre cada una de ellas:
Como mascotas, los loros son una familia que ha estado presente en muchos hogares siendo la compañía ideal de los amantes de estas aves.
Los loros, aunque pacíficos en la mayor parte del tiempo, pueden mostrar cierta agresividad en algunos momentos. Esto se debe a que es un animal que suele desarrollar preferencia por ciertas personas con las que pasan más tiempo en detrimento de otras, aunque habiten en el mismo espacio.
Además, en este sentido, es conveniente recordar que es un animal que debe ser mantenido por adultos, puesto que los niños no poseen los mismos conocimientos para procurarle los mejores cuidados.
Al principio de su interacción con el ser humano, los loros se sienten algo intimidados, ya que empiezan a vivir en un hábitat desconocido y hay que establecer contacto de forma paulatina, con ciertos consejos que te pueden ayudar a una adaptación más rápida:
La mayor parte de los loros viven en áreas tropicales con temperaturas cálidas. Así, se pueden encontrar ejemplares de estas aves en el hemisferio sur y en las zonas tropicales y subtropicales del norte. También se les puede ver en los desiertos interiores de Australia.
Muchas de las especies de loros se consideran actualmente en peligro de extinción debido, en parte, al tráfico ilegal de mascotas, la destrucción de su hábitat y el acoso de otras especies.
Ante la cuestión de cómo se reproducen los loros, hay que destacar que su reproducción es ovípara, con fecundación interna.
Los loros se emparejan para siempre en el 90% de los casos, siendo fieles en la cría de los descendientes de la pareja: cuando la hembra empolla los huevos, el macho es quien se encarga de acudir con el alimento.
La hembra puede poner de 2 a 6 huevos y los pichones nacen ciegos y sin plumas, siendo su nivel de desarrollo inicial muy escaso., tras unos 25 días de incubación.
Los loros son unos animales que requieren una serie de cuidados específicos para su correcta subsistencia en el entorno de un hogar en el que se le acoja.
Lo que comen los loros es, principalmente, verduras y frutas, acompañadas de raciones puntuales de alimento seco de calidad, siempre en base a su tamaño y especie.
El plátano, el melón o el melocotón, ricos en sacarosa, no pueden comerlo más de 2 ó 3 veces semanales. También hay que suministrarle mango, cereza o uva de forma moderada, en este caso por su alto nivel de glucosa.
Es conveniente que la fruta se le proporcione de forma paulatina, puesto que en caso de darle grandes piezas de una en una puede llegar a no gustarle y rechazarla.
Las verduras, en cambio, deben ser más frecuentes en su comida: el brócoli, la acelga, la escarola o las espinacas, así como zanahoria, rábanos, ajos, alcachofa, coliflor, tomate o pimiento rojo son alimentos adecuados para los loros.
La lechuga, por su parte, debe darse de forma más moderada porque sus componentes pueden producirle diarrea.
Todo lo anterior supone aquello que ingerirá más frecuentemente pero también puedes darle de forma puntual pasta, legumbres, arroz, tiras de pollo, pescado hervido, patata hervida, pan integral sin sal o huevo hervido.
Hay que dedicar una especial mención a este apartado, puesto que consideramos que todo propietario de un loro debe tener siempre presente aquello que va a ser perjudicial para su salud.
Los alimentos prohibidos para los loros son aquellos dulces con alto contenido de azúcar industrial, los alimentos salados, el café, el perejil, la leche no fermentada, la calabaza o la patata sin hervir, así como el aguacate, el cual puede ser mortal para el animal.
El hogar de los loros en su modalidad doméstica es una jaula, la cual debe ser lo más grande posible para asegurar que gozan de cierta libertad para moverse dentro de ella.
El tipo de jaula y su ubicación dentro de la casa es fundamental para procurarle los mejores cuidados a los loros, suponiendo una mayor o menor cantidad de años en la vida del animal.
A la hora de colocarla, hay que tener en cuenta que las jaulas para loros deben situarse a la altura de los ojos del dueño. Este aspecto no es arbitrario, sino que tiene mucho sentido.
La razón de esta premisa reside en una cuestión de jerarquía: si la jaula para loros se coloca por debajo de esa altura, el animal pensará que está siendo dominado y no le gustará esa situación, mientras que, si está por encima, creerá que es quien manda en la casa y no tolerará que se le moleste o castigue.
En los casos en que veas que el ave está muy agresiva, puedes bajar la altura para que comprenda quién está por encima en la jerarquía doméstica. Sin embargo, si dispones de otras mascotas, como perros o gatos, tienes que procurar que esté a una altura a la que no lleguen estos porque los loros son animales muy miedosos con otros animales distintos.
Las jaulas para loros grandes tendrán que colocarse en un punto en el que reciba luz directa del sol moderadamente, siendo una hora al día lo estimado como idóneo para el animal. Procura también que en el sitio donde la coloques no recibirá grandes corrientes de aire ni ruidos excesivos que pueda agobiarle.
Las dimensiones de las jaulas grandes para loros responderán al tamaño de los animales que habitarán en ella.
En caso de tener un loro de tamaño pequeño, una jaula de 40x37x45 cm podría ser suficiente si va a estar solo; una de 60x42x50 cm es la idónea para una pareja de loros pequeños; un loro de tamaño medio agradecerá la amplitud de una jaula de 70x60x80 cm, aunque le iría mejor una de 100x80x120 cm si va estar en pareja; en cambio, si el loro es de gran tamaño, le vendrá bien una jaula de 90x80x100 cm solo, y una de 120x100x150 cm en caso de contar con compañía.
La jaula debe ser rectangular buscando que se agarren bien a los barrotes y haya esquinas, que hace que no se les genere estrés al tener esos límites siempre controlados.
Dentro de la jaula puedes colocar diversos juguetes destinados a su entretenimiento, así como ramas frescas de árboles para posarse en ellas o morderlas.
Los loros pueden padecer determinadas enfermedades que van asociadas a esta familia por sus características. Un cuidado correcto minimiza las posibilidades de que contraiga alguna patología, pero siempre prestando atención para detectarla a tiempo si presenta los síntomas:
En estos casos, lo mejor será que acudas con tu mascota al veterinario para que le haga un correcto diagnóstico y recete los productos que le vendrán mejor para combatir la patología que presenten.
Existen numerosas curiosidades sobre estas aves. Recogemos algunas de ellas a continuación:
Estos son los datos más importantes que debes conocer de los loros antes de lanzarte a adquirir uno. Si tras leer esto, sigues creyendo que puedes otorgarle los mejores cuidados, ¡adelante, no te arrepentirás!
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