El cambio de hora de octubre es un fijo en el calendario y, cuando se acerca el momento, muchos se preguntan si realmente esta modificación de los relojes afecta al ritmo vital tanto de personas como de animales.

¿Afecta realmente el cambio de hora de octubre o el de verano a las mascotas?

La madrugada del domingo 27 de octubre, tocará retrasar los relojes. Siempre se ha dicho que esta medida sirve para conseguir un ahorro de energía, ya que así se optimiza el aprovechamiento de la luz solar.

No obstante, todo ser vivo cuenta con un reloj interno, conocido como ritmo circadiano, que responde a la secreción de hormonas y establece el comportamiento y las funciones fisiológicas del organismo a lo largo de un día.

Al experimentarse un cambio en la iluminación natural, estos fenómenos pueden alterar el ritmo tanto de las personas como de sus mascotas, sobre todo en los aspectos relacionados con la alimentación y el sueño.

 

Los animales también sufren ligeros cambios en su ritmo cuando se percatan de que la duración de la luz solar se acorta, como sucede en el cambio de hora de octubre.

No obstante, el trastorno no incide de la misma forma en unos perros u otros, por lo que no hay que generalizar: especialmente, lo notan los cachorros, los ancianos y los animales que están enfermos, que presentan más dificultades para adaptarse a estos cambios.

Cómo minimizar los efectos

Como en muchas de las cuestiones relativas a cambios de hábitos u horarios, lo mejor en estos casos es la prevención.

Para ello, no debes esperar hasta el mismo día del cambio de hora de octubre para modificar sus actividades: en los días previos, ajusta la rutina que tengas con tu mascota de comidas, paseos y otras actividades que hagas con ella para que así el cambio no sea tan brusco y perjudicial. En este sentido, puedes ir ajustando el desfase con unos 10 minutos diarios hasta completar la diferencia, logrando así una transición lenta, ya que un cambio repentino puede ser realmente perjudicial para su estabilidad.

Por ejemplo, ten en cuenta que los perros tienen más o menos definidas sus horas de paseos, por lo que logran aguantar el momento de orinar hasta ese punto; en cambio, con una modificación del reloj, ellos no son conscientes y puede ser determinante para que se hagan sus necesidades en casa.

 

Si no tomas estas medidas para aplicarlas con tu mascota, tendrás que armarte de paciencia hasta que notes una adaptación completa a esta nueva rutina, ya que pueden tardar en adaptarse hasta una semana.

Durante este proceso, sería recomendable no realizar ninguna modificación en su entorno, ya que podría generarle ansiedad tanto cambio.

Este es, sin duda, uno de los episodios en los que más insisten los veterinarios para que comprendas a tu mascota, por lo que tendrás que ayudarle y, sobre todo, comprenderle mientras que se adapta a la nueva situación.

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